Belén luminosos de la Puerta de Alcalá

Belén luminosos de la Puerta de Alcalá

La Puerta de Alcalá ya luce su tradicional Belén luminoso

El Nacimiento se compone de tres módulos de 7,29 metros de altura y 3,74 metros de anchura

La renovada Puerta de Alcalá ya luce su nueva cara tras las obras de remodelación que han durado casi un año. Desde este jueves cuenta con su Belén luminoso, diseñado por el arquitecto Ben Busche para el Ayuntamiento de Madrid.
El Nacimiento se ha instalado esta noche y se colocó por primera vez en 2014 con el diseño actual. Tras cuatro años, se volvió a instalar a partir de 2019 con la llegada del alcalde, José Luis Martínez-Almeida.
El Belén se compone de tres módulos de 7,29 metros de altura y 3,74 metros de anchura cada uno que se colocan en los arcos centrales de dicha puerta, para lo cual se emplean tubos telescópicos para impedir así causar cualquier daño en el monumento. Al igual que el resto de la iluminación navideña de la capital, es 100% led.
Con la instalación de este elemento, el alumbrado navideño de la ciudad está ya completo sumando más de 230 emplazamientos y 11,8 millones de bombillas led que podrán disfrutarse hasta el próximo 7 de enero.
La Puerta de Alcalá luce completamente renovada tras once meses de obras y 3,1 millones de inversión, en una intervención que ha contado con la participación de 150 profesionales que han conseguido que el monumento se pueda disfrutar «en todo su esplendor».
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, visitó ayer el monumento y recordó la «complejidad técnica extraordinaria» de los trabajos que se han llevado a cabo para paliar las «patologías realmente severas» que presentaba en cuanto al «desgaste de los materiales».
Los trabajos de restauración de la Puerta de Alcalá han incluido una profunda investigación documental y material sobre el conjunto artístico. Se ha descubierto que el problema de transpiración había provocado que las esculturas absorbieran la humedad.
El análisis ha detallado aspectos relevantes que antes se desconocían como el peso de las panoplias y las virtudes, que oscilan cerca de los 9.000 kilos en total.
Uno de los detalles que se ha mantenido es la huella de los proyectiles que impactaron en la puerta durante la entrada del ejército francés en 1808 al igual que las de los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823.
Durante las labores de conservación se ha creado una línea de vida que permitirá la monitorización de los puntos más delicados para evitar posibles problemas a futuro. La restauración es el fruto del trabajo de la fusión entre las técnicas de la época de Sabatini y las modernas, con tecnología 3D.
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