El pueblo más bonito para viajar en octubre, según National Geographic

El paso de los siglos ha ido dejando una serie de huellas en el valle de Aragón en forma de templos, iglesias, monasterios y fortalezas que compiten con la singular y sobrecogedora naturaleza en la que se erigen

Tierra de contraste donde se aúnan la montaña, los grandes ríos, el arte, la historia y la gastronomía. Alquezar presume de la merecida denominación de 'Pueblo más bonito de España'.

El origen de la localidad se remonta al siglo IX, cuando Jalaf Ibn Rasid manda erigir una fortaleza que sería el principal punto de defensa de Barbastro frente al condado cristiano de Sobrarbe. El nombre de la localidad proviene de la palabra árabe al-qásr, es decir, fortaleza. En 1982 la villa fue declarada conjunto histórico-artístico por su rico patrimonio cultural.

La colegiata Santa María La Mayor es uno de los templos que más merece la pena conocer en Alquezar. Tras la reconquista se convirtió en colegiata cristiana y, poco después, se fueron añadiendo varios estilos artísticos que a día de hoy la convierten en una belleza artística. En su claustro, por ejemplo, se pueden observar detalles medievales, románicos o renacentistas.

La Iglesia de San Miguel, los habitantes de Alquezar destacan la robustez y sobriedad del exterior, con un juego de volúmenes y tejadillos, que dificulta adivinar si se trata o no de un edificio barroco. Pero sí que lo es. La actual iglesia se construyó sobre la anterior derribada y acabó su obra en 1708. La austeridad de su interior con ausencia de retablos y otros objetos litúrgicos se debe a la Guerra Civil Española

El pueblo conserva su fisonomía medieval intacta. Prueba de ello son los callizos, una serie de callejones cubiertos que cubren algunas calles que confluyen a la calle Baja y se aprovechaban para albergar en su interior habitaciones voladas. Su riqueza patrimonial, además, se ve acrecentada con dos museos: el Museo Etnográfico Casa Fabián y el Museo de la Colegiata de Santa María la Mayor.

Su casco medieval con el castillo, la colegiata y sus encantadoras calles empedradas solo son capaces de competir en belleza con las pasarelas del río Vero, una de las rutas senderistas más populares y frecuentadas de todo Aragón. Cada año miles de visitantes realizan este sencillo, pero espectacular recorrido de menos de dos horas que nos permite adentrarnos en un singular enclave natural de la Sierra de Guara.

En el intrincado de calles medievales destaca la plaza Rafael Ayerbe, más conocida como plaza mayor. Es de planta irregular, porticada y de una suficiente amplitud para acoger reuniones importantes. Además, en su pasado, fue el centro comercial gracias a que Carlos V concedió a la villa el privilegio de poder celebrar mercados todos los jueves y una feria anual.