
El consumo de alcohol en aeropuertos puede ser muy problemático a la hora de volar
Viajar
Esto te puede pasar si bebes alcohol en un avión
Son muchas las consecuencias negativas que puede tener abusar de la sustancia al embarcar a un avión
Los aeropuertos son lugares de paso en los que se tiende a hacer tiempo. Algunos de los pasatiempos preferidos mientras se espera a volar son pasear por el Duty Free, aprovechar a ponerse al día con la lectura o comer en los restaurantes que dan vida a las terminales. Esta última actividad suele ser acompañada, y en ocasiones reemplazada, por beber. En particular es especialmente problemático el consumo de alcohol en las horas previas a los vuelos.
La experiencia de volar, que muchas veces tiene un significado excitante para los pasajeros puesto que un gran número de los viajes en avión son para llegar a las deseadas vacaciones, puede ser empeorada por pasajeros conflictivos. Algunas de las faltas más cometidas por pasajeros son fumar en los baños, tener dimensiones mayores a las permitidas en su equipaje de mano, ser irrespetuosos con la tripulación, ocasionar peleas entre viajeros y hacer ruido e incordiar por su postura en el asiento. Estas consecuencias cargantes pueden verse exacerbadas por el excesivo consumo de alcohol.
Las compañías aéreas restringen la cantidad de alcohol que se vende a bordo, pero no tienen ningún control sobre el alcohol que se vende en los aeropuertos antes de embarcar. La violencia y agresividad que puede despertar el consumo desmedido de esta sustancia puede ser motivo para detener el viaje. Tener que aterrizar en un objetivo distinto al original empeoraría la experiencia de la tripulación y pasajeros, y encarecería los costes de las partes interesadas.
Es especialmente característica esta conducta en vuelos con destinos típicos de fiesta como Cancún, Ibiza, las islas griegas o las Canarias. Además, si el vuelo sufre retrasos, aumentan las probabilidades de llegar a un estado de ebriedad notable.
Una de las peores consecuencias que pueden tener estas faltas en el pasajero que las comete es su detención en el aeropuerto de llegada, sea el de aterrizaje previsto o el improvisado por los problemas supuestos en el avión. La Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) indica que en los «últimos años, se ha detectado un incremento significativo de las denuncias interpuestas contra pasajeros por incidentes derivados de comportamientos inadecuados o conflictivos durante vuelos comerciales». Las multas pueden alcanzar hasta los 45.000 euros.
Este ha sido el caso de un pasajero que volaba en abril del pasado 2024 de Dublín a Lanzarote, y que tuvo un «comportamiento inexcusable» que obligó a desviar el vuelo a Oporto. Esto le costó a la compañía aérea, Ryanair, alrededor de 15.000 euros, que ahora le reclama en concepto de daños y prejuicios.