Vista de Cartagena de Indias desde el cerro de La Popa.
Cartagena de Indias, la joya del Caribe colombiano que encumbró a Blas de Lezo
El próximo 1 de junio Cartagena de Indias, el bastión de Blas de Lezo, celebra el aniversario de su fundación por Pedro de Heredia en 1533
La Cartago Nova de Poniente, joya del Imperio español, fue fundada por Pedro de Heredia en 1533. Por ser enclave privilegiado, fue objeto de las ambiciones piratas primero y de la colonización inglesa después. En vísperas del aniversario de su fundación, el 1 de junio, y con la reciente llegada del Buque Escuela Juan Sebastián de Elcano, Cartagena de Indias es centro de todas las miradas.
Cartagena de Indias es Patrimonio de la Humanidad y la ciudad más visitada de Colombia
Sus murallas se conservan intactas y la ciudad es Patrimonio de la Humanidad, la más importante y visitada de Colombia. Pasear por sus calles empedradas es respirar la historia del Nuevo Mundo, dar la mano al pasado y disfrutar del presente entre fortificaciones, monumentos, baluartes, iglesias, palacios, museos y plazas llenas de sabor tropical. Su exitoso reclamo turístico la ha llenado de apetecibles tiendas y artesanía local, y los mejores diseñadores del país también han encontrado en Cartagena de Indias un lugar donde dar rienda suelta a su imaginación.
El fortín de Blas de Lezo
Castillo de San Felipe de Barajas.
La joya del Caribe colombiano conserva un conjunto monumental excepcional, testimonio de su papel como bastión del Imperio en América. Su emblema más imponente es el castillo de San Felipe de Barajas, una fortaleza militar del siglo XVII, célebre por haber resistido el asedio británico de 1741, liderado por el almirante Edward Vernon. Esta obra de ingeniería, construida sobre el cerro San Lázaro, domina la ciudad como símbolo de resistencia. Fue el gran bastión de Blas de Lezo, desde donde desplegó toda su estrategia defensiva para superar el asedio inglés y vencer al enemigo, asegurando así el dominio español en el Caribe.
Blas de Lezo superó el asedio inglés con su estrategia defensiva y aseguró el dominio español en el Caribe
Pero antes de aquella hazaña, en 1586, la ciudad fue sacudida por el fuego y el saqueo del temido pirata inglés Francis Drake, quien saqueó conventos y tomó rehenes hasta recibir un cuantioso rescate. El eco de sus cañones aún parece resonar entre las piedras de las murallas, recordando que Cartagena también se forjó en medio del estruendo de la pólvora.
Belleza colonial
Iglesia de San Pedro Claver.
Dentro del recinto amurallado se despliega un conjunto urbano colonial de belleza inigualable. Destacan la Torre del Reloj, antigua entrada principal a la ciudad; el Palacio de la Inquisición, con su arquitectura barroca, así como la iglesia de San Pedro Claver, que honra al «apóstol de los esclavos».
Mención especial merece la catedral de Santa Catalina de Alejandría, iniciada en 1577 y de sobria elegancia renacentista, cuya silueta preside el centro histórico. Junto al convento de Santa Cruz de La Popa, la catedral representa la solidez espiritual de una ciudad erigida entre la fe y la fortaleza. El convento de La Popa, en lo más alto de la ciudad, ofrece magníficas vistas panorámicas y en él se venera a la Virgen de la Candelaria, patrona de la ciudad.
Hotel en el monasterio
Monasterio de Santa Clara reconvertido en hotel.
En el siglo XVII, las primeras religiosas monjas clarisas se establecieron en el monasterio de Santa Clara. Hoy, convertido en hotel, mantiene la esencia de aquellos tiempos de oración, como el claustro, frescos y tumbas. Fue inmortalizado por Gabriel García Márquez en su novela Del amor y otros demonios, pero el Premio Nobel sucumbió ya en su juventud ante esta ciudad que marcó su vida y obra. Aquí encontró la libertad que necesitaba para convertirse en uno de los autores hispanoamericanos más importantes del siglo XX. A su casa del barrio de San Diego acuden curiosos de todo el mundo para comprender cómo esta ciudad no solo fue su refugio, sino también un lugar donde realidad e imaginación convivían, y aún conviven, con naturalidad.
Curiosos de todo el mundo acuden a la casa de Gabriel García Márquez en el barrio de San Diego
A principios del siglo XX se construye el teatro Heredia, de estilo ecléctico, inspirado en los teatros europeos del XIX. Fue remodelado y pasó a llamarse teatro Adolfo Mejía, en honor al compositor cartagenero que compuso el himno de la ciudad. Es sede del Hay Festival y símbolo del patrimonio cultural, siempre vivo de Cartagena.
El templo del café colombiano
Panorámica aérea de Cartagena de Indias.
Nadie debería abandonar la ciudad sin vivir ni sentir la experiencia sensorial que ofrece el Café San Alberto. Ubicado en la emblemática Plaza de Santo Domingo, este templo del café ofrece una inmersión en el mejor café del mundo, con más de 30 premios internacionales.
En el Parque del Centenario, ya extramuros y entre su arboleda, osos perezosos, ardillas e iguanas, conviven con más de 40 librerías que extienden sus casetas con libros nuevos y de segunda mano. La transición perfecta hacia el barrio de Getsemaní, antiguamente habitado por libertos. Fue uno de los epicentros de la lucha por la independencia y hoy es símbolo de identidad popular y evolución cultural. Los murales y el color han transformado este barrio, convirtiéndolo en el favorito de artistas y bohemios reunidos en torno al mestizaje y la rebeldía.
