Famosa por ser «la villa de las tres mentiras» (ni santa, ni llana, ni tiene mar), Santillana del Mar conserva un maravilloso casco histórico de piedra que parece detenido en el siglo XV. En otoño, cuando el turismo baja, se disfruta mejor que nunca: calles empedradas, casas blasonadas, el aroma a leña y ese ambiente medieval que la convierte en uno de los pueblos más bellos del norte de España.