La megafactoría de Tesla que el 'procés' se llevó de Cataluña

Corría el año 2018 cuando Tesla anunciaba oficialmente sus intenciones de abrir una fábrica en territorio europeo para reducir gastos, aumentar producción y mejorar su rentabilidad.

Entonces cobró vida un rumor confirmado extraoficialmente por fuentes oficiales de que Tesla valoraba a Cataluña como una de las alternativas con más posibilidades para levantar su megafactoría.

Octubre de 2019

Cataluña llegó a la terna final de candidatos junto a Alemania y Reino Unido. Finalmente el 12 de noviembre de 2019 Elon Musk anunciaba oficialmente que la ciudad elegida para emplazar su megafactoría era Grünheide, cerca de Berlín. Una inversión multimillonaria para la producción de 500.000 coches al año.

Unas instalaciones de última tecnología de las que esta semana ha salido ya la primera unidad del Tesla Model Y.

La marca esgrimió motivos de cualificación del personal entre las distintas sedes. Y las críticas arreciaron contra el gobierno catalán, pues el proceso de decisión tuvo lugar en octubre de 2019, mes en el que las calles de Barcelona ardieron con protestas y sabotajes muy importantes.

Una triste imagen que dio al traste con uno de los planes económicos más florecientes que habría conocido Barcelona, y que habría dado trabajo a más de 12.000 personas de forma directa e indirecta.

Otros casos

Estos hechos eliminaron para siempre la candidatura de la Ciudad Condal de la mente de Musk, que ya se había fijado incluso en unos terrenos propiedad del gobierno catalán ubicados en Anoia, a menos de una hora de Barcelona y con una excelente comunicación.

Aunque parezca mentira la historia se repite hoy. La firma electrónica LG Chen, multinacional surcoreana fabricante de baterías, se ha fijado en las instalaciones de la ya cerrada fábrica de Nissan en la Zona Franca de Barcelona para su factoría de baterías.

Se da la coincidencia de que LG Chen es uno de los mayores proveedores de baterías de Tesla y que quiere montar unas instalaciones de última generación para fabricar las nuevas baterías cilíndricas que exige Tesla a sus proveedores para sus futuros modelos.

Existe el triste precedente de tres marcas chinas de automóviles que en la década pasada acabaron ‘plantando’ sus factorías en otras ciudades europeas pese haber contemplado la posibilidad de levantarlas en Cataluña. Esperemos que no se repiten y las instalaciones abandonadas ya de Nissan recobren vida dentro de una nueva apuesta por la industrialización.