Calamar, flanders, lavadora y otras especies de la carretera La fauna de las carreteras es infinita. Las redes sociales se han ocupado de bautizar a cada una de estas especies dignas del mejor psicoanalista Iván Mingo 19/02/2023 Actualizada 04:30 Facebook Twitter Whatsapp Whatsapp Enviar por Email Calamar. Dícese del conductor que al volante de un coche diésel es capaz de provocar una bomba de humo a su antojo acelerando a fondo para 'cegar' a los coches que van detrás y así poder deshacerse de ellos. Una pena que ahora la desaparición de los diésel esté provocando la extinción de esta especie. Flanders. La versión norteamericana de don Prudencio. Un experto conductor con cientos de años de experiencia que es capaz de circular cumpliendo al milímetro las normas de circulación de la DGT. El popular vecinito de los Simpson da nombre a toda una especie de conductores que son muy queridos por las aseguradoras. Fitipaldi. El mítico piloto de Fórmula 1 Emerson Fitipaldi sirve para bautizar a una especie de conductores que se creen con el poder absoluto cuando tienen el volante en sus manos. Normalmente sus hazañas en la carretera terminan tan pronto como les comienzan a llegar multas a casa o directamente les retiran el carnet. Petroleta. La fiebre diésel de principio de siglo fue sencillamente brutal. Las tasas de ventas de coches movidas por gasóleo superaban el 70 %. Su conducción agradable, empuje, bajo consumo y autonomía los hacía ser extremadamente deseable hasta que la Unión Europea dijo lo contrario. «Comeculos». Un nombre un tanto irreverente para una de las más molestas especies de la carretera. Nadie sabe muy bien de dónde salen ni por qué se acercan tanto a nuestro 'culete', pero lo mejor que puedes hacer es cederles el paso, seguro que tienen algún buen motivo para tener tanta prisa. Lavadoras. La proliferación de coches eléctricos ha obligado a etiquetarlos rápidamente. No hay término medios, sus propietarios aman a sus coches eléctricos tanto como el resto los odian. Levantan envidias al circular por donde otros no pueden y aparcar donde les da la gana... Una pena las horas de espera de sus propietarios mirando el móvil mientras cargan el coche. Teki. Una de las especies con más denominaciones, tenis, pelas, pesetas, peseta, teclas... todas ellas dichas desde el cariño. Excelentes conocedores de las calles de las ciudades españolas están siempre dispuestos a ayudar ante imprevistos que se encuentren en la carretera. Pisapedales. Así se conoce a los conductores normalmente novatos que quieren correr pero van por encima de sus posibilidades y suelen acabar así. Su táctica de conducción es acelerar mucho en las rectas y frenazo antes de entrar en las curvas. Se soluciona con los años. Cucaracha. Nombre despectivo con el que se llamaba a los vehículos de transporte de personas tipo VTC durante los enfrentamientos con los taxistas. La carrocería negra de los coches era motivo más que suficiente para este desafortunado mote.