Resulta difícil de imaginar el escondite del radar en esta imagen

¿Seguridad vial?

Lluvia de multas de la DGT tras esconder un mini radar en un lugar imposible de imaginar

La DGT juega al gato y el ratón con los conductores, escondiendo sus radares de velocidad en los lugares más insospechados

A día de hoy los casi 700 radares fijos y los 90 de tramo con los que cuenta la DGT en su ‘arsenal’ parecen una broma al lado de los 1.350 radares móviles con los que ha dotado a la Benemérita tras años de inversiones en comprar este tipo de material.

Los excesos de velocidad se han convertido en una de las obsesiones para la DGT, que las persigue de día y de noche y con todos los medios disponibles.

Verdadera obsesión

Puede que no le falten razones para perseguir este tipo de comportamientos al volante, con los pésimos datos de fallecidos que ha arrojado la Semana Santa, pero lo que no podemos pasar de largo es el juego del gato y el ratón en que se han convertido sus servicios de vigilancia.

Aunque no lo parezca, en esta imagen hay un radar

Hace sólo un par de años los radares de velocidad móviles solían estar correctamente señalizados unos centenares de metros antes, de forma que se evitaba el sorprender a los conductores y pillarles al descuido, justo lo que se intenta ahora.

Basta con una señal

Entonces, los coches patrulla con radar no hacían por esconderse, sino que eran visibles a distancia y se colocaban con este fin pues, tal y como es conocido, una simple señal de radar es suficiente para que la gente aminore la velocidad de inmediato.

Durante la pasada Semana Santa hemos visto escondites de lo más variopinto, pero quizá este se lleva la palma. Los agentes de la Guardia Civil han ocultado un dispositivo Veloláser en una travesía de 50 kilómetros/hora provocando una auténtica escabechina de multas.

Y decimos esconder con todas las de la ley, pues el mini radar, que mide menos de 50 centímetros de largo estaba fijado por detrás de un hito kilométrico de la travesía que cruza la población de Palazuelo de Órbigo, en León, en concreto en la carretera nacional LE-420.

La sujeción de ventosa permite fijarlo así

Este tipo de dispositivos son absolutamente indetectables en estas circunstancias y al final no distinguen entre delincuentes que superan con mucho la velocidad máxima permitida de conductores descuidados que superan el límite de velocidad en 4 ó 5 kilómetros/hora, provocando una verdadera sangría económica y de puntos entre los mismos.

Estos dispositivos Veloláser tienen batería de cuatro horas, captan vehículos de diferentes tipos y excesos de velocidad hasta los 250 kilómetros/hora. Están conectados por wifi con el coche patrulla, que está escondido a decenas de metros. Son verdaderas máquinas de multar contra las que no existe remedio alguno.