Entrevista
Uwe Hochgeschurtz (Stellantis): «Llegado el momento decidiremos si España es buen lugar para una fábrica de baterías»
Hochgeschurtz es uno de los ejecutivos con más peso en el automóvil europeo hoy y desde su posición privilegiada al frente de Stellantis Europa nos habla del sector con suma claridad
Tras algo más de un año al frente de Stellantis Europa, Uwe Hochgeschurtz, Enlarged Europe Chief Operating Officer de Stellantis, es uno de los directivos automovilísticos mejor informados del Viejo Continente. Mantenemos una entrevista con él para conocer de primera mano la situación y evolución de un sector que pasa por uno de los momentos más apasionantes de su historia pero a la vez se enfrenta a uno de sus mayores retos.
Electrificación, fábricas de baterías, coches chinos, combustibles sintéticos, el precio de los coches… No nos dejamos ningún tema en el tintero para tener una visión más amplia de lo que ocurre hoy en el mundo del automóvil europeo y lo que está por venir los próximos meses.
–Tras un año en Opel y ahora al frente del grupo Stellantis en Europa, ¿cuál es el papel de Opel y en general de cada marca dentro del grupo?
–Hoy Opel es una de nuestras ocho marcas en Europa, es nuestra marca alemana. Todas nuestras firmas tienen un ADN y lo respetamos, respetamos su pasado, su origen, es su mayor valor.
Opel está diseñada y fabricada en Alemania, este es su gran valor. Las personas que compran un Opel lo compran por este motivo, por el ADN germano que hay en su cadena de valor. Que sea propiedad de Stellantis no significa que pierda sus valores, es probable que los padres o tíos de sus compradores hayan tenido un modelo de esa marca y no quieren perder su esencia.
Todo el mundo compra marcas que conoce y sabe lo que puede esperar de ellas, eso no debe cambiar. El resto de marcas del grupo mantienen otros valores: Peugeot es la calidad francesa modernizada, Fiat representa los valores italianos, Alfa Romeo esencia deportiva italiana… Así con todas las marcas del grupo.
En España se venden pocos coches eléctricos por un problema de infraestructuras
–¿Y es fácil gestionar marcas y personas de tantas nacionalidades dentro de un grupo francés?
–No prestamos atención a las nacionalidades, nos limitamos a gestionar. En nuestro caso la diversidad es una gran ventaja. En nuestra organización hay más de 40 nacionalidades y respetamos el carácter que impone cada nacionalidad y lo que aporta. Si alguien entiende el ADN de Opel puede trabajar para esa marca, independientemente de que sea alemán o español. Trabajamos con muchos españoles en la central de Stellantis y el resultado es excepcional. Es un problema de competencias.
–Hablando de España, ¿cuál es el papel de la factoría de Figueruelas, en Zaragoza, y qué cabe esperar en su futuro?
–En España las factorías tienen la misma situación que en el resto de Europa. Si quieres ser competitivo tienes que tener un coste razonable y alta calidad. La regulación legal también es muy importante y el precio de la energía. Estas variables nos hacen tomar las decisiones: si un lugar es competitivo o no. Estas decisiones no se toman por simpatía.
–¿Y en este momento Zaragoza es competitiva?
–Seguro, si no no estaríamos produciendo allí. Nuestra rentabilidad en Europa es alta, con buenos márgenes. Mientras la situación siga siendo esta y la factoría siga siendo competitiva el futuro está asegurado. Todas nuestras fábricas en España lo son.
La alfombra roja a las marcas chinas supone la destrucción de trabajo para los trabajadores españoles
El principal peligro que existe es la tendencia que hay ahora a ser más caros, a subir los impuestos de la energía, a bajar la calidad… Estos factores destruyen la competitividad.
–¿Puede afectar a España negativamente el bajo nivel de ventas de coches eléctricos?
–No estoy de acuerdo con que en España se vendan pocos coches eléctricos. El mercado ha aumentado significativamente en agosto, las cifras se han doblado. Es un problema de infraestructura, el retraso es enorme. Cómo pueden los Países Bajos multiplicar el número de puntos de recarga de España… ¿Cómo puede ser que España con la cantidad de sol que tiene y de viento no tenga más puntos de carga alimentados por renovables?
–De otra forma: ¿será cierto que si España no vende coches eléctricos no fabricará coches eléctricos?
–No conectaría ambas realidades: España debe respetar las normas de la Unión Europea que ellos mismos han votado. Las reglas de la Unión Europea votadas por todos los miembros y ciudadanos es que sólo habrá coches eléctricos, y así está trabajando Opel y así trabajan ya ciudades españolas como Madrid y Barcelona. No hay alternativa.
El Gobierno español se ha dormido en la infraestructura, pero hay que mejorar. España es un país privilegiado para el coche eléctrico por las energías renovables de bajo coste.
–¿Podemos ver una fábrica de baterías en España?
–Estamos construyendo tres fábricas de baterías: una en Francia, otra en Italia y otra en Alemania. Si el programa de eléctricos sigue su curso es probable que necesitemos más baterías, pero no hemos decidido si las fabricaremos en una nueva factoría o las compraremos hechas.
Cuando llegue la situación lo decidiremos. A día de hoy tenemos lo que necesitamos. En este punto si España mantiene la competitividad que decíamos antes, será una alternativa.
–¿Cuál sería una buena ubicación?
–Un lugar con energía renovable abundante y barata, con trabajadores competitivos y motivados, bajo absentismo laboral. Ahora hay un problema, la gente quiere jubilarse pronto y trabajar cada vez menos horas y esto no es compatible con la competitividad. Factores como este nos ayudarán a decidir llegado el momento. Es una cuestión de matemáticas.
Hay mucha diferencia económica entre regiones, dinamismo laboral… y esto es muy importante. España sería un lugar perfecto por lo que hemos dicho: sol, viento, agua, montañas.
Ahora hay un problema de competitividad, la gente quiere jubilarse pronto y trabajar cada vez menos horas
–Hablando de otras cosas, qué pasa con las marcas chinas, ¿qué papel desarrollan en el automóvil ahora?
–El mercado europeo es muy competitivo y atractivo, con 15 millones de coches, es normal que vengan operadores externos como los japoneses en su momento, los coreanos después y ahora los chinos. Eso forma parte del mercado, lo que pido es que haya una competición justa.
No podemos poner la alfombra roja y darles todas las facilidades para venir a Europa, lo que ellos luego no nos dan allí. Es como si en unos juegos olímpicos los europeos corriéramos los 100 metros y los chinos sólo 80… Es darle una ventaja demasiado importante.
Tenemos que hacer juego limpio. En China la descarbonización no existe, por eso su energía es mucho más barata y contaminante. Los trabajadores no reciben el mismo trato que aquí, allí las jornadas no son de ocho horas… No podemos ponerle la alfombra roja. No es justo para los trabajadores europeos.
No podemos poner la alfombra roja a las marcas chinas y darles todas las facilidades para venir a Europa
–¿No hay cierta falta de corporativismo entre la industria europea del automóvil?
–Nosotros somos Stellantis, tenemos ocho marcas en Europa y no necesitamos hacer frente común con nadie. Somos lo suficientemente poderosos, producimos tres millones de coches en Europa. Si los gobiernos no lo entienden no hay problema, no produciremos coches ni invertiremos dinero en Europa. La alfombra roja a las marcas chinas supone la destrucción de trabajo para los españoles.
–¿Qué opina que el coche más vendido en España en agosto haya sido un coche chino, el MG ZS?
–Una muestra más de la alfombra roja. El problema es que ellos no han corrido los 100 metros, sólo 80, y eso favorece a los trabajadores chinos, no a los españoles. Es importante matizar que no podemos culpar a los consumidores, el comprador trabaja en un marco establecido por las autoridades, el consumidor no tiene la culpa.
Los combustibles sintéticos no son una solución para los segmentos generalistas, puede que se limite a deportivos, clásicos y coches de lujo
–¿Se cumplirán los plazos de la electrificación marcados por Europa?
–Tiene que ser así, ha sido una decisión de toda Europa y todos los gobiernos, lo contrario generaría incertidumbre y la incertidumbre es lo peor para la economía.
–¿Y el papel de los combustibles sintéticos?
–Los efuel son tres veces menos eficientes que los vehículos de batería. Quizá en 10 años los mejoremos al 50 %, pero la gente no estará dispuesta a pagar por ellos pese a que se haya modificado el reglamento para su aprobación. No son fáciles de almacenar, cuestan entre 6 y 7 euros litro, algo que muy pocos estarían dispuestos a pagar. Quizá en 20 o 30 años hablemos del hidrógeno pero no de los efuel. Puede que se limiten a deportivos y segmentos de lujo, pero nunca en generalistas.