Esta autopista dispone de peajes de tipo dinámico llamado free flow

Tecnología

iExoddus: la autopista más moderna de Europa está en España y es de peaje

Esta autopista va a pasar a formar parte de un proyecto europeo que permitirá conocer en tiempo real la velocidad de los coches, el peso o las emisiones

La conducción autónoma tal y como la vemos en las películas es una utopia que está aún muy lejos de hacerse realidad. Eso de ir en un coche mientras lees un libro o te fumas un puro a día de hoy forma parte de la ciencia ficción salvo en casos muy concretos, como los proyectos de taxi robot de San Francisco, en EE.UU., prácticamente el único lugar en el mundo en el que está permitido.

El problema no están tanto en los coches, que a día de hoy ya cuentan con ojos y oídos para llevarnos, como en las carreteras, que aún están en un estadio muy primitivo de evolución frente a las necesidades reales.

Carreteras primitivas

El principal problema hace referencia a la comunicación entre las infraestructuras y el vehículo, lo que ha venido a llamarse V2I, pues sin esta comunicación es imposible que el coche autónomo pueda circular.

Todos los elementos de la carretera, incluido coches, deben estar conectados

Para entender la situación, el coche está obligado a estar en constante comunicación con la autopista y con la central de control, en este caso el vehículo envía información sobre su velocidad o por ejemplo si tiene los limpiaparabrisas y luces activados o no, mientras que la carretera le informa constantemente del estado del firme, de la posibilidad de encontrarse un accidente más adelante, hielo o a unos ciclistas despistados...

La información es seguridad

Estas deficiencias han hecho que la UE cree el proyecto iExoddus, una plataforma de estudio sobre cómo deben ser las autopistas de cara a la conducción autónoma. La comisión de investigación designada por Bruselas a elegido a Guipúzcoa para que las autopistas de peaje AP-8 y AP-1 pasen a formar parte de esta investigación.

Estas carreteras serán dotados de balizas de posicionamiento, sistemas de visión artificial, medidores de ruidos y emisiones, sensores de peso de vehículos, sensores láser y en general todo tipo de mecanismos para el control absoluto de todos los coches que circulan por ella, que estarán comunicados entre sí y con la infraestructura a través del protocolo móvil 5G, el más rápido que existe en la actualidad.

Sin este tipo de carreteras la conducción autónoma no será realidad

Esta infraestructura, que actualmente es de peaje, podrá calcular en cuestión de segundos desde el precio que debe pagar un coche por circular en función de su peso y emisiones hasta las condiciones de peligro de la vía en función de la niebla o la lluvia.

Proyecto piloto

Este proyecto piloto, del que forman parte España, Austria, Alemania y Turquía cuenta con la colaboración y financiación de Ford, Canon, Ferrovial, Ceit o Tecnalia. La segunda fase se extenderá a la A-1 y la A-15, en lo que promete convertirse en el primera red de carreteras españolas con capacidad real para que funcione la conducción autónoma.