Actual fábrica de Tesla en Berlín

Industria

La pasividad del Gobierno pone en peligro el futuro del automóvil en España: hasta siete fábricas en el aire

Lo preocupante no es que Tesla elija otro destino para su nueva gigafactoría, sino las actuales fábricas de automóviles que podrían echar el cierre

En 2023 se fabricaron en España 2.451.200 automóviles, lo que significa que España es el segundo país Europeo que más automóviles fabrica y el octavo a nivel mundial, para una producción anual en todo el mundo entre 85 y 90 millones de unidades, unos datos que dan idea de la importancia estratégica que tiene este sector para el tejido industrial nacional.
Hace menos de dos años que España parecía estar en la trazada buena de la electrificación a nivel mundial, se llegó a hablar de un Detroit español en Valencia, donde podrían convivir hasta dos gigafactorías y una fábrica convencional.

Más que Tesla

En este caso hablábamos de los planes de Tesla para la construcción de su segunda factoría para Europa, de la electrificación de Almussafes y de la planta de baterías del Grupo Volkswagen en Sagunto, que parece que es el único proyecto que va viento en popa por el momento.

Las obras de la fábrica de VW en Sagunto ya han comenzado

La fábrica de Tesla se alejó de España tras una desafortunada filtración con tintes electorales del Gobierno valenciano del socialista Ximo Puig, con el consiguiente enfado de Elon Musk.
Mientras, Ford acaba de aprobar un nuevo ERTE de 18 días que afecta a un máximo de 500 trabajadores hasta el 28 de marzo, una mala noticia tras la salida por bajas incentivadas de 1.100 trabajadores en 2023 ante la falta de carga de trabajo.

Ford espera novedades

El problema radica en que Ford ha decidido retrasar su programa de electrificación para la planta valenciana, que suponía la fabricación de dos nuevos modelos eléctricos. Lo que sí se ha producido es la finalización de la producción de los modelos de combustible que albergaba hasta ahora.

Nuevo Ford Kuga, único modelo en producción en Almussafes

Esta decisión deja a Almussafes con un solo modelo, el Kuga, que además acaba de ser actualizado y necesita una puesta al día de la cadena de montaje, motivo por el que se ha anunciado este ERTE. Hay que tener en cuenta que Almussafes finaliza la producción de la Tourneo Connect en abril.

La raíz del problema

La raíz del problema es que la baja tasa de electrificación del mercado español, sólo un 5 % de los coches que se vendieron en España en 2023 eran eléctricos, no justifica que España mantenga su posición como el segundo fabricante de automóviles en Europa.
La realidad es que una vez fabricados, estos vehículos son mucho más rentables si se venden en los mercados locales que si hay que montarlos en un tren o en una plataforma para su exportación.

Carlos Tavares, CEO de Stellantis, ha hablado muy claro sobre España

La situación no difiere mucho de lo que declaró recientemente el presidente de Stellantis, Carlos Tavares, cuando expresó que si en el Gobierno español no pone en marcha «ayudas, su compañía no fabricará coches eléctricos en España».
Tavares se refería tanto ayudas a los compradores como ayudas a los fabricantes, pues a diferencia del Grupo VW, que ha recibido 400 millones de euros para la factoría de baterías de Sagunto, Stellantis tan sólo ha recibido algo más de 66 millones con cargo a los planes Perte, por lo que la fábrica de baterías que inicialmente debería construirse en Zaragoza, junto a la fábrica de Figueruelas, aún está en el aire.

No hay buenas noticias

En este caso cuando hablamos de Stellantis hablamos del principal productor de coches nacional, con más de un millón de unidades al año, a lo que habría que sumar la fábrica de baterías en caso de confirmarse.
En paralelo BYD, uno de los mayores fabricantes de automóviles chino, confirmó hace unas semanas sus planes para construir en Hungría su fábrica de baterías, para la que España era un firme candidato.
La única realidad es que si el Gobierno no sale de su pasividad y fomenta la venta de coches eléctricos con planes de ayuda realistas a la compra y a la fabricación y crear un marco legal adecuado que incluya facilidades para la puesta en funcionamiento de cargadores, podemos perder para siempre el tren de la electrificación europea y con ello el del automóvil.