Uno de los Ferrari aparcados en el garaje
¿Por qué no ardió el garaje del edificio incendiado en Valencia?
Pese al brutal siniestro que ha arrasado todo el edificio, el garaje donde aparcaban los coches ha quedado intacto
Este fin de semana la Policía Municipal de Valencia autorizó a los vecinos del edificio incendiado a que sacaran sus coches del garaje. A la vista del tétrico esqueleto de acero y hormigón que dejaron las llamas a su paso, resulta insólito que los vecinos de la finca hayan podido entrar al garaje con total seguridad, una prioridad absoluta en estos casos.
Identificados uno a uno
El procedimiento, en el que estaba presente el portero de la finca, era riguroso. La Policía solo autorizaba la entrada de los vecinos más allá del cordón de seguridad. Una vez que se identificaban, eran acompañados hasta el garaje por bomberos, de donde salían con coches en perfecto estado, como si no hubiera ocurrido nada.
Del garaje del edificio salían vehículos de lujo propiedad de un concesionario
Más sorprendente aún ha sido ver vehículos de lujo como Ferrari, Aston Martin o Maserati salir del garaje de inmueble... una historia que merece una explicación, o mejor dicho dos explicaciones.
No son de los vecinos
En primer lugar, conviene matizar que además del concesionario de coches eléctricos de la marca BYD, el garaje del edificio se usaba habitualmente por el grupo propietario de la exposición para aparcar vehículos de lujo de otras marcas para su posterior venta.
En este caso, el stock de automóviles de la marca BYD compartía aparcamiento con otros vehículos de marcas de lujo como Ferrari, Bentley o Lamborghini. Se trata de vehículos que estaban a la venta o pertenecían a clientes del grupo que se los dejaban en custodia para que se los mantuvieran, algo muy habitual entre los propietarios de coches de lujo.
Un Mazda CX-5 en perfecto estado de uno de los vecinos
Esto explicaba la caravana de superdeportivos de lujo impolutos que pudo verse saliendo del edificio durante el fin de semana. Este garaje es independiente del garaje de los vecinos del edificio. De hecho, ocupa la primera planta y tiene una entrada independiente de la zona residencial.
Los coches de los vecinos ocupaban las plantas -2 y -3 del edificio y basta ver su estado para comprobar que tampoco han sufrido el menor daño. Según fuentes especializadas consultadas, la existencia de un entresuelo diáfano (una planta de locales sin ocupar) entre el edificio y el aparcamiento hizo de cámara de seguridad y evitó que las llamas se propagaran al garaje, en cuyo caso estaríamos hablando de unos daños mucho mayores.
Los vecinos proceden a sacar sus coches
El entresuelo de obra dura, con techo y suelo de hormigón, hizo de muro de contención, pues ni siquiera estaba aún tabicado con paredes de pladur, como sí ocurría en el resto del edificio.
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