Coches con los que puedes recorrer más de 1.000.000 de kilómetros

No tienen etiqueta en el parabrisas, ni la quieren, miles de kilómetros les contemplan pero aún se ven a decenas por las carreteras, tan relucientes como el primer día. La mejor muestra de que estos sí que eran buenos coches y no los de ahora...

Volkswagen Golf. Sobran las palabras al hablar de este coche, el icono de una generación y uno de los coches más buscados hoy entre los usados. sus precios son absurdamente elevados para un vehículo que vio La Luz en 1997 y estuvo a la venta hasta 2014. Inolvidables las versiones GTD de 150 caballos y GTi

Mercedes Clase E. Este vehículo es el más icónico de la firma germana. Muy habitual como taxi al recorrer más de un millón de kilómetros sin tocar el motor, una unidad de generaciones anteriores e la Clase E está considerado como el coche con más kilómetros del mundo, un taxi que alcanza los siete millones

Skoda Octavia. Uno de los primeros modelos lanzados por Skoda bajo el paraguas del Grupo VW en 1997. Heredaba multitud de elementos mecánicos y la base de los VW Golf y los Audi A3, toda una declaración de intenciones. A su fiabilidad absoluta hay que sumar su espectacular habitabilidad, un referente

Peugeot 205. Uno de esos modelos capaces de cambiar el destino de un fabricante. Un urbano lanzado en 1983 y del que Peugeot fabricó más de 5,3 millones de unidades. Incorporaba los famosos motores diésel de Peugeot irrompibles, inolvidable la versión deportiva GTi que entró en el ranking de los mejores automóviles de la historia

Seat Leon. La variante española de los VW Golf, Audi A3 y Skoda Octavia. Por la calle aún se ven a decenas y basta con tocar su carrocería para darse cuenta de lo que era calidad de chapa y calidad de pintura. Desde las parcas versiones turbodiésel hasta las impresionantes Cupra un coche que ha marcado una época en el automóvil español

Mazda MX-5. Mazda es de por sí una de las firmas más fiables del mercado, una cualidad que llega a la obsesión en este vehículo descapotable. Como detalle de su calidad, montaba batería de gel que duraba más de una década sin necesidad de sustituirla. Precisamente lo único que se estropeaba era la lona de la capota

Nissan Micra. Feo como del solo y austero, este vehículo consiguió hacer de Nissan una marca de volumen y le salvó de la quiebra en Europa, anticipando lo que estaba por venir después como el Nissan Qashqai, que hizo justicia a la que es una de las grandes marcas del automóvil asiático y europeo