Nostalgia
El mito del automóvil español creado en la época de Franco que cuesta más hoy que nuevo
Uno de los primeros frutos de la industrialización española de posguerra, este vehículo motorizó al campo español durante décadas y a las fuerzas de seguridad
En plena España de posguerra y frente a la falta de maquinaria industrial y vehículos por el embargo internacional, el Gobierno de la época decidió crear su propia industria automovilística, con firmas como Seat (1950) o Metalúrgica Santa Ana (1956) en Linares, con el propósito de crear maquinaria agrícola.
Un duro muy duro
A principios de los años 60 un acuerdo con Land Rover le permitió construir los Santana, eso sí con un 75 % de las piezas fabricadas en España. Había nacido un mito del automóvil que muy pronto se hizo habitual de fincas, explotaciones ganaderas, Ejército y Guardia Civil, pues este vehículo era perfecto para las labores de patrulla.
En construcción hasta 1994, este vehículo tenía un precio en su momento que rondaba los 1.200 euros, un dineral entonces. Durante estos años ha evolucionado tanto en concepción como en mecánica, aunque no en su planteamiento inicial, estuvo disponible con motores diésel 2.0 litros y gasolina 2.25.
A prueba de todo
El acuerdo de la factoría con Suzuki hizo que Land Rover en los años 80 provocó una pérdida de confianza por parte de Land Rover, finalizando su construcción en 1994, aunque la firma británica rompió el acuerdo años antes Metalúrgica Santa Ana conservaba una licencia de fabricación.
Este vehículo terminaría sus días en Linares en 1994, tras haberse producido tres series o evoluciones del mismo. Hoy en día es un vehículo muy buscado en todo el mundo por su sencillez y eficacia absoluta, desde el desierto hasta las selvas.
En España es posible encontrar unidades entre los 3.000 y los 12.000 euros, en función del estado de conservación, pero en subastas extranjeras se ha llegado a pagar por una unidad más de 60.000 euros. Un pedacito de la historia automovilística española.
Cualquier conductor que se haya puesto a los mandos de una unidad sabe perfectamente lo que es este vehículo, tremendamente incómodo pero imposible de superar en campo.