La mayor fábrica de baterías europea se declaró en suspensión de pagos en noviembre

Coche eléctrico

China arrebata a Europa la joya de la corona de la electrificación: adiós a nuestra única gigafactoría

A día de hoy China es propietaria de cinco de las mayores fábricas de baterías del mundo, seguida por Corea del Sur con tres y Estados Unidos con dos

A día de hoy la superioridad China en materia de coches eléctricos es tal que el país asiático controla el 85 % de la producción de baterías a nivel mundial, y lo que es aún más importante tiene los derechos de explotación de la mayor parte de los recursos mundiales de materias primas necesarias para su fabricación.

Para entender su superioridad sobre Europa en materia de coches eléctricos hay que tener en cuenta que actualmente las baterías suponen entre un 40 % y un 50 % del precio de un coche eléctrico.

Ejercicio de superioridad

En este contexto la dependencia europea de China en materia de coches eléctricos es absoluta y a día de hoy tan sólo Corea del Sur con sus gigantes electrónicos LG y Samsung estaría en disposición de hacerle sombra.

Las fábricas de baterías tienen poco que ver con las de coches tradicionales

En 2016, cuando el término electrificación ya comenzaba a escucharse en Bruselas, la Unión Europea comenzó su propio proceso para lograr la independencia energética de China, para lo cual puso en marcha un proyecto muy ambicioso bautizado como NorthVolt, la joya de la corona europea en materia de electrificación.

La joya de la corona

Se trata de la mayor planta de fabricación de baterías de Europa desarrollada en colaboración con el Gobierno sueco, un proyecto en el que Bruselas ha enterrado cientos de millones de euros.

Conviene explicar que hay dos categorías de fábricas de baterías, por un lado están las meras ensambladoras, que se limitan a montar las baterías con las celdas que les llegan ya terminadas y las fábricas de las propias celdas, el verdadero secreto de la industria china.

Las plantas europeas de automóviles tienen poco que ver con las de eléctricos

De hecho el propio Gobierno asiático ha dado instrucciones para evitar ceder información valiosa en esta materia a Occidente, pues se calcula que los chinos llevan 10 años de ventaja a Europa en esta tecnología.

El Caballo de Troya

El proyecto de Europa vio la luz en 2016 de la mano de marcas como BMW, VW, AMF, Folkman y Goldman Sachs, una joint venture que contaba a su vez con la 'colaboración' del Gobierno chino a través de la empresa pública Wuxi Lead su socio en materia tecnológica.

Finalmente tras no llegar ni a un 20 % de la capacidad de producción prevista y cancelar varios proyectos de ampliación de la planta, a finales de noviembre NorthVolt ha quebrado oficialmente, dejando a Europa huérfana del que era el principal proyecto en materia de electrificación.

Durante estos años no han faltado las acusaciones respecto al soporte tecnológico chino, haciendo responsable al país asiático del envío de máquinas defectuosas que estaban en chino, con lo cual resultaban inservibles para los operarios europeos, lo que obligó a mandar a 500 operarios asiáticos a Europa que en ningún momento colaboraron con los locales.

La cancelación de pedidos de marcas como BMW está detrás de la quiebra de NorthVolt

Es cierto que a día de hoy hay más de una decena de plantas en Europa que están produciendo baterías ubicadas en el Reino Unido, Polonia, Noruega, Suecia o Francia, pero la realidad es que su capacidad de producción es muy inferior al previsto para Northvolt.

De hecho las previsiones indican que la capacidad de producción de baterías en Europa lejos de crecer va a caer hasta 2030 respecto a las previsiones, un verdadero drama que deja la industria del automóvil en manos de China.

De hecho la semana pasada el gigante CATL, el mayor productor de baterías de China y del mundo declaraba por medio de un portavoz: «Estamos abiertos a ayudar a las empresas europeas que necesiten nuestra ayuda». Un ayuda que le permitirá hacerse con el control de la gigafactoría sueca.

Hay que tener en cuenta que la industria europea del automóvil se la juega todo a una carta, de la que depende más del 7 % del PIB europeo y casi 14 millones de empleos directos.