El protagonista de esta historia

El protagonista de esta historia

Sanciones

Un conductor que ha estado 16 años sin pagar ni un peaje explica cuál es su método

Este conductor se declaraba un «insumiso de los peajes» y reclamaba su derecho de paso para circular libremente sin pagar por circular

Aunque durante los últimos años los peajes han ido desapareciendo de la geografía española, todavía quedan algunos que son especialmente ‘dolorosos’ para los conductores.

Entre ellos se suele citar el de la autopista AP-9 que cruza toda Galicia, uno de los más sangrantes por su precio y porque no son pocos los conductores que tienen que pagar a diario para ir a trabajar, el que une Madrid con Ávila y Segovia cruzando la sierra de Guadarrama o el de la AP-7 en Málaga.

Los más sangrantes

En el tema de los peajes existen diferentes consideraciones y posturas, Europa apuesta por que el mantenimiento de las carreteras lo paguen los conductores, lo que supone la puesta en marcha de peajes de pago en todas las autopistas y autovías, por el contrario muchos ciudadanos son partidarios de que todas las autopistas de peaje deberían se gratuitas.

El protagonista se aproxima a las cabinas de pago

Esta última postura aboga por que si lo que se trata es de reducir la siniestralidad y los fallecidos en carretera, las mejores autopistas deberían ser gratis, precisamente para evitar que los conductores opten por vías secundarias gratuitas en las que el índice de siniestralidad es superior.

Lo primero: seguridad

En cualquier caso hace ya años, en concreto en 2012, surgió un movimiento antipeajes llamado #Novullpagar, algo así como no voy a pagar, que aboga por una especie de resistencia pasiva o insumisión que consiste en pasar los peajes pero sin pagar.

El movimiento de insumisos que no pagaban peajes

En este caso su ámbito de acción estuvo en Cataluña el asunto se cerró con 100.000 denuncias que finalmente provocaron la emisiones de unas 6.000 multas, en virtud de las cuales la Generalitat ingresó más de 300.000 euros.

«No soy defraudador, no tengo dinero»

El conductor protagonista de esta noticia, que fue portada de medios hace años, explicaba que llevaba 16 años sin pagar ni peajes ni multas.

Su modus operandi es muy sencillo, una vez en la garita de pago solicitaba el derecho de paso que asiste a todos los usuarios de caminos, vías y carreteras. Una especie de servidumbre de paso del siglo XXI, una figura que pese a no estar muy clara permite pasar por caminos en propiedades privadas y particulares cuando no existe alternativa.

El operario de la cabina le abre el paso

La realidad es que según los juristas cuando entramos en un peaje debidamente señalizado el conductor firma un contrato virtual con la empresa que lo explota en virtud del cual asume un pago.

El problema es que el Reglamento General de Conductores en su artículo 153 no habla de que los conductores tengan que pagar en los peajes, sino que simplemente se refiere a que tienen que detenerse en los mismos, generando una situación de vacío que provoca que en muchas ocasiones los propios tribunales no dan la razón a la empresa denunciante y sí al conductor.

En este caso la legislación se refiere a este delito como una infracción administrativa y como tal anima a la DGT a sancionarlo como una infracción grave o leve en función de las circunstancias, obligando a pagar al conductor una multa de entre 100 y 200 euros en función.