Franco inaugura oficialmente la planta de Seat en 1955

Nostalgia

Seat, el regalo que Franco hizo a Cataluña, cumple 75 años como ariete de la industria española

Seat es una de las empresas fruto del legado industrial del franquismo que ha sabido reconvertirse y transformarse en el mejor embajador de la industria española del automóvil

Corrían los años de la posguerra, en plena época de autarquía y autoabastecimieno de España, cuando el Gobierno de Franco es consciente de que tiene un serio problema para enfrentarse a la industrialización de un país que aún vivía masivamente en el medio rural.

Así el equivalente a su ministro de economía en los años 40, José Larraz López, diseñó una serie de industrias que serían clave por dos motivos, por un lado producirían bienes de consumo imprescindibles para modernizar España, coches y camiones, y por otro sería focos de generación de empleo en sus zonas de influencia.

Enasa a Madrid, Seat a Barcelona

Así en 1940 y 1946 nacieron Seat y Enasa, dos empresas que deberían asegurar la movilidad del país en una época en la que las importaciones y las exportaciones eran inexistentes. Franco ubicó estratégicamente ambas industrias, dio Enasa a Madrid, cuya marca comercial sería Pegaso, el mayor fabricante de camiones de la época, y Seat a Barcelona.

En España hablar de camiones era hablar de Pegaso

El emplazamiento originario de Seat en Zona Franca fue una decisión personal de Franco en contra de parte de su Gobierno que no quería favorecer una zona que ya empezaba a dar problemas, de hecho la planta de Seat fue tradicionalmente un núcleo sindical muy activo durante los años del franquismo.

Adiós al textil

Hay que tener en cuenta que en los años 50 la industria textil que hasta entonces había dado de comer a Cataluña mostraba ya síntomas de agotamiento, a la vez que Franco quería crear un foco de trabajo en Barcelona para favorecer la migración de regiones mucho más deprimidas como el sur de España.

El Seat 1400 nació como coche de estado en España

Así nacía Siat en 1940, la Sociedad Ibérica de Automóviles de Turismo, que no lograba construir un solo coche por motivos obvios y se transformó en Seat por obra del recién nacido INI, Instituto Nacional de Industria, que logró un acuerdo con Fiat para la fabricación de sus coches con licencia, por lo que el 9 de mayo de 1953 cambiaron la denominación a Seat para evitar que las marcas fueran tan parecidas: había nacido oficialmente la firma española.

Nace Seat: 1953

La producción no arrancó con un modelo muy popular pues el primer vehículo que salió de la línea de montaje fue el 1400, un coche destinado al Gobierno y las autoridades de la época y no fue hasta 1957 cuando la llegada del Seat 600 convirtió a la firma en el coche oficial de la España de la época, el verdadero coche del pueblo que costaba el equivalente a 65.000 pesetas y que llegó a tener una lista de espera de dos años. Se llegaron a producir 800.000 unidades hasta su desaparición en 1974.

Seat 600, el coche que permitió a los españoles irse de vacaciones

Seat alcanzaba la mayoría de edad y comenzó el lanzamiento de algunos de los modelos más populares y codiciados hoy como el 127, el 850, el 1500 y otros que marcaron la entrada de la marca en el automóvil contemporáneo como el 131 o el 132.

Los complicados 80

Los años 80 estuvieron marcados por la colaboración con la alemana Volkswagen con frutos como los motores System Porsche, los Toledo, Málaga y el mito Ibiza, quizá el modelo más importante de la historia contemporánea de la marca. En los años 80 nacería aquel popular acrónimo de «Siempre Estamos Apretando Tuercas» fruto del carácter nacional muy crítico con todo lo que se hace en España.

1986 es junto con el año de su función en 1953 la segunda fecha más importante de la historia de la marca, pues Volkswagen entra en su accionariado con el 51 % que posteriormente se convertiría en el 99,9 % en 1990, aquella decisión fue motivada por la intención de la alemana para producir en España coches para toda Europa, pues entonces los costes laborales era los más bajos del Viejo Continente.

El Seat Ibiza fue el Seat 600 de los años 80 y 90

A partir de ahí la historia de Seat ha ido muy ligada a la dirección germana del grupo VW, con presidentes que la han apoyado ‘a muerte’ momentos en los que ha vivido sus mejores años y otros períodos en los que ha sido cuestionada hasta el punto de hablarse de su cierre, todo ello con la espada de Damocles de Skoda sobre su cabeza, una marca que le robó protagonismo en el grupo.

Ahora se enfrente a uno de sus mayores dilemas, la electrificación, sin previsiones de tener un coche eléctrico en su gama, cuando inicialmente el Curpa Born estaba vestido de Seat.

Sólo el tiempo dirá si los planes que Wayne Griffiths reveló antes de salir de la marca se cumplen y Seat tendrá un modelo eléctrico a su debido momento, cuando las ventas lo justifiquen y no se conviertan en un foco de perder dinero.