El directivo apuesta por subvencionar la renovación del parque sin mirar el motor
Combustibles
Josu Jon Imaz, Repsol: «Prohibir los coches de combustión es una catástrofe, darán marcha atrás»
El ejecutivo de Repsol pinta un cuadro preocupante para la industria del automóvil si Bruselas no sale en ayuda de los coches con motor de combustión
Por primera vez en décadas todos los protagonistas de la automoción en España y en Europa tienen un diagnóstico común respecto a lo que le pasa un sector que ha perdido por completo el pulso de la automoción mundial, un coto privado durante décadas.
La imposición del coche eléctrico ha sumido al sector en una crisis estructural que amenaza con llevarse por delante decenas de fábricas en territorio europeo.
Crisis estructural
En este contexto lógicamente las petroleras son parte interesada en el problema, lo que no quita que las reflexiones del CEO de Repsol sean compartidas incluso por los defensores del coche eléctrico.
Bruselas prevé disparar el precio de los carburantes
En el transcurso de unas jornadas financieras en el País Vasco, Imaz calificó como «catastrófico» lo que está haciendo Bruselas al imponer los coches eléctricos y ninguneando los de combustión, aunque expresó que es cuestión de tiempo que «Bruselas dé marcha atrás a esta decisión», que culmina con la prohibición a la venta de coches de combustión en 2035, fecha en la que deben desaparecer de los concesionarios.
Habrá marcha atrás
Imaz comparte con las patronales del sector que «urge la puesta en marcha de un plan de ayuda al automóvil que no margine ninguna tecnología, pues ayudar solo a los eléctricos está demostrado que no está funcionando».
El Moves debe abrirse a otras tecnologías
El gran problema es que esto ha provocado que los conductores estiren mucho más la vida útil de los coches de combustible y los años los hacen mucho más contaminantes, tal es así que «el consumo de combustibles está subiendo desde 2019», pues estos coches viejos cada vez gastan más, por lo que la prioridad absoluta debería ser su renovación por cualquier tipo de coche moderno, con un consumo muy inferior.
Trasladamos las emisiones
El directivo destacó que no tiene sentido que la industria europea deslocalice la producción y se la lleve a países más permisivos que Europa en materia de emisiones como puede ser Marruecos, del mismo modo que tampoco tiene sentido que compremos las baterías a China, donde son «un 25 % más baratas» pero con unas limitaciones medioambientales más laxas, lo que significa que no reducimos las emisiones, simplemente las movemos de sitio.