«Lleno, por favor»: un gasolinero explica por qué deberíamos evitar esta frase en las gasolineras

De acuerdo con las estadísticas, los españoles pasamos por la estación de servicio entre dos y tres veces al mes, en función del kilometraje que recorre cada uno y del uso que le damos al automóvil.

Junto al surtidor hay dos tipos de conductores, los que siempre echan la misma cantidad, ya sean los 20 o los 30 euros, porque con 10 ni se mueve la aguja, y los que siempre apuestan por el «lleno por favor».

«Lleno por favor»

Al final es una cuestión de comodidad y es que muchos conductores quieren evitar tener que perder tiempo y dinero en las estaciones de servicio, algo cada vez más habitual.

El gesto de lleno tiene además dos traducciones, llenar el depósito hasta que la pistola salta por sí sola y hace el tradicional click o seguir insistiendo para que eche hasta la última gota que entra en el depósito.

Hasta la última gota

Este es precisamente lo que este experto en combustibles dice que debemos evitar, pues ocurre igual que si llenamos una botella hasta el último milímetro, aumenta la presión dentro con el movimiento y el combustible busca vías de escape, lo que significa que se mete por donde no debe y provoca averías de consideración como por ejemplo en el depósito cánister, que es una zona que almacena los gases del combustible para evitar olores en el habitáculo, pero si está muy lleno termina por estropearse.

Todo ello sin dejar de lado la válvula de seguridad, que terminará por tirar combustible cuando el depósito está lleno hasta la boca, otro problema añadido.

En este caso doble pérdida, por un lado perdemos dinero del combustible que tiramos y por otro el pago de la avería que podemos provocar si llenamos el depósito hasta la boca con demasiada frecuencia. En referencia a los gasolineros, ellos sí que saben.