Un joven cansado después de jugar al tenis
Astenia veraniega: qué es y cómo superarla y recuperar la energía
El calor propio de la época genera entre muchas personas más somnolencia, agotamiento o falta de motivación
En los meses de verano, la falta de energía se convierte en un problema común. Las olas de calor, cada vez más frecuentes y prolongadas, hacen que el cuerpo humano se resienta, provocando una sensación generalizada de fatiga, apatía e incluso bajones anímicos. No se trata solo de una percepción subjetiva: el organismo, al verse obligado a adaptarse al exceso de temperatura, redobla esfuerzos para mantener una temperatura interna constante. Ese trabajo extra se traduce en cansancio físico y mental.
Quienes han notado últimamente más somnolencia, agotamiento o falta de motivación, no están solos. Las altas temperaturas imponen cambios fisiológicos que alteran nuestros ritmos habituales. Y aunque quedarse quieto parece lo más apetecible, hay formas de contrarrestar este bajón estacional sin necesidad de grandes sacrificios. La clave está en adoptar hábitos simples pero eficaces que ayuden al cuerpo a recuperar su equilibrio.
Uno de los pilares es la alimentación. Mantener una dieta variada y equilibrada, rica en frutas, verduras y alimentos frescos, es esencial para que el organismo disponga de todos los nutrientes que necesita. También conviene respetar unos horarios regulares para las comidas, lo cual contribuye a un mejor funcionamiento digestivo y metabólico.
Otro recurso clave es la vitamina C, que más allá de su fama como aliada contra resfriados, tiene un papel importante en la regulación del sistema inmunológico y la función cognitiva. También puede ayudar a reducir el dolor muscular asociado a la astenia veraniega. Algunas marcas han incorporado esta vitamina en formatos más eficaces gracias a la tecnología liposomal, como es el caso de Altrient, que promete una mejor absorción del suplemento.
A esto se suma la necesidad de moverse, incluso cuando el cuerpo pida lo contrario. La actividad física, practicada en las horas más frescas del día o mediante deportes acuáticos, puede revitalizar tanto el cuerpo como la mente. Complementar el ejercicio con actividades intelectuales como la lectura, juegos de lógica o incluso escritura, también ayuda a despejar la mente y a reducir la irritabilidad.
Y, por supuesto, el descanso. Dormir bien es una de las mejores formas de combatir la fatiga. Establecer una rutina de sueño con horarios fijos permite al cuerpo regularse y aprovechar mejor el día.
En definitiva, si bien el calor nos desafía, no todo está perdido. Con algunos ajustes en nuestros hábitos cotidianos, es posible disfrutar del verano sin que el cansancio nos pase factura.