
Dos mastines españoles vigilando el ganado
En la cuna del mastín español, el mejor aliado del ganadero contra el lobo
«El ambiente del mastín es el aire libre, rodeado de ovejas por montañas y valles y un largo camino por delante. Era, y todavía es, un perro de trabajo». Así describe la Asociación Española del Perro Mastín Español (AEPME) el entorno idílico de «la mejor solución que existe para los ataques de lobo».
La extensión del cánido en la Península Ibérica se ha acelerado desde 2021, cuando se produjo la inclusión del lobo el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre). Desde entonces, y pesar de haberse invertido cuatro millones de euros en medidas preventivas, se han producido más de 8.000 ataques al ganado extensivo.
Juan, criador de mastín español en León desde hace décadas, destaca en conversación con El Debate el aumento de peticiones de esta útil herramienta de defensa: «Hay zonas en las que antes no había demanda, como la parte más al sur, y ahora sí, lo que indica que la población de lobo se ha extendido».
La naturaleza del mastín español es convivir con el ganado. «Tienen un olfato privilegiado que les permite detectar la presencia de extraños a kilómetros, tanto animales como personas. Además, el mastín español es muy resistente al frío y a la lluvia, por lo que siempre ha estado con las ovejas», explica Juan.
Perro de talla, gran cabeza, bien proporcionado, muy potente y musculado, el mastín español se distingue como «el mejor remedio» contra los ataques de lobo: «Me remito a todo tipo de pruebas que se han hecho en infinidad de sitios, incluso países extranjeros se han llevado y vuelven a por más», asevera el criador.
Ejemplar de mastín español
El desarrollo idóneo para el mastín tiene que ser en el campo. «Con cinco o seis meses ya puede ir a la explotación a aprender, no a defender. Tiene que estar con el ganado y con el viento coger olores de distintos animales para saber diferenciar cada cosa», comenta.
La actitud del mastín en su entorno de trabajo, pese a la nobleza que le caracteriza, es de estar en alerta con cualquier cosa que se mueva. «No deja entrar a nada ni nadie en del ganado, sea un lobo, un zorro o un jabalí». La capacidad disuasoria del mastín ahuyenta al depredador, aunque su instinto le lleva a perseguir al invasor: «No hay una medida de cuántas ovejas puede defender un perro, la cuestión es que cuando se produce un ataque el mastín va a por el lobo y deja al ganado solo. Si tienes varios perros alguno se queda guardando a los animales mientras los otros salen en defensa».
La presencia del mastín, salvo en ocasiones señaladas, es suficiente para expulsar al cánido de la explotación: «Normalmente el lobo va donde tiene la presa fácil. Si se encuentra con dos o tres perros que le están ladrando o que le están acosando se va en busca de un lugar más cómodo. Si tiene mucha hambre lo intentará una, dos o hasta cinco veces y se irá, pero normalmente cuando ataca están cuatro o cinco días atacando a ver si consiguen comida de algún lado. El lobo no es tonto y cuando ve que lo tiene crudo se va a por otras presas como los corzos y los jabalíes».
El precio del mastín español oscila desde los 500 hasta los 1.500 euros. «Puede parecer mucho, pero cualquier perro vale 800 euros y con un día que defiendan al ganado ya está amortizado», explican fuentes del sector, que señalan que, por ejemplo, en León, se ven lobos, algo que antes no pasaba: «Hace un mes estábamos de caza y con los collares de localización vimos que los perros no se movían. Pensamos que estaban mordiendo un jabalí y al llegar vimos que el lobo había matado al perro», lamentan los expertos, que recomiendan el uso de carlancas en el cuello del perro para que esté más protegido.
Con un peso aproximado de 80 kilos cuando están en el campo –si no acompañan al ganado llegan a los 100 kilos sin problema–, la raza está íntimamente ligada a la trashumancia y en especial al ganado merino, al cual acompaña desde el siglo XIII, defendiéndole del lobo y demás depredadores.
«Muy inteligente, no desprovisto de belleza; su expresión manifiesta ambas cualidades. Rústico, cariñoso, manso y noble, resulta un perro de gran firmeza ante las alimañas y los extraños, en especial cuando se encuentra defendiendo fincas o ganados. En su comportamiento se observa que es un perro seguro de sí mismo, dosificador de sus fuerzas por ser conocedor de su enorme potencia», recoge el estándar del mastín español, el mejor aliado del ganadero frente al lobo.