La periodista Emilia Landaluce en una entrevista con El DebatePaula Argüelles

Emilia Landaluce, premio Jaime de Foxá: «La caza no es disparar y matar»

La periodista se declara como una defensora de la cinegética y de su papel como herramienta de conservación

Emilia Landaluce (Madrid, 1981) destaca en el panorama periodístico nacional como una de las columnistas y generadoras de opinión de referencia del país.

Los textos de la directora del suplemento LOC de El Mundo y comentarista habitual de 'Es la Mañana de Federico' en esRadio y 'La brújula' de Onda Cero dejan ven un carácter directo, capaz de abordar aquellas conversaciones que para otros resultan incómodas y en las que la autora no duda en posicionarse.

Uno de esos artículos han llevado a Landaluce a un lugar que para sus lectores puede resultar extraño, como es la lista de galardonados con el Premio Jaime de Foxá de periodismo venatorio que otorga el Real Club de Monteros (RCM); sin embargo, la escritora y periodista, lejos de incluirse en el club de los urbanitas que nada quieren saber de la naturaleza, se reivindica como una hija del campo y una defensora de la cinegética.

–Emilia Landaluce en Campo y Caza. ¿Cómo le explicamos esto al lector?

–Los que estén en el mundo del campo y la caza sabrán que Landaluce es un apellido asociado a una larga tradición de caza hasta el punto de ser durante algunos años la forma de vivir de mi padre. Es una afición que yo he mamado desde pequeña. No sé si sabía andar cuando maté mi primera perdiz.

–¿Cuál es la relación que tiene Emilia Landaluce con el campo?

–Mis padres están muy relacionados con la agricultura y el campo. Mi familia ha tenido durante años cotos de caza. De hecho, mi padre es la primera persona que puso un negocio cinegético en España y durante años estuvieron viniendo las personas más importantes del mundo. Mi padre llegó a tener unas 90.000 hectáreas con este fin cuando no había teléfonos móviles y la guardería era más compleja que ahora. Todo era con radios y no podías localizar al guarda. Yo he visto fotos antiguas donde sale aguadores con burros.

La periodista Emilia Landaluce en una entrevista con El DebatePaula Argüelles

–¿Ha cambiado demasiado la percepción de conservación? Parece que desde determinados sectores no se entiende la vida rural

–El mejor argumento para defender tradiciones como la caza y los toros es que son la mejor manera para cuidar el medioambiente. Mucha gente en la ciudad no entiende que para tener una hamburguesa las vacas tienen que crecer –ojalá todas lo hicieran en pastos estupendos, aunque no es así– y que hay que matar a ese animal.

La ciudad se ha acostumbrado a la elipsis del campo. Parece que se omite un proceso entero. Esto también pasa con la caza. ¿Qué concepción tienen de la caza? Pues tienen, lo siento por los niñatos que cazan, esa imagen de los niñatos con el trofeo, pero ellos omiten que para que haya ese trofeo el animal ha tenido que vivir un tiempo en el campo libre, se ha tenido que cuidar y se ha creado un impacto económico.

A los animales hay que darles respeto y dejarles vivir como ellos sonEmilia Landaluce

Donde hay más perdiz natural es donde también hay más linces. La caza tiene un impacto muy importante en la ecología y eso se omite en la ciudad. La gente se queda en que los cazadores son unos asesinos que han matado a no sé cuántos jabalíes, pero no piensan en todo en ese tiempo.

–¿Quién tiene la responsabilidad de este desconocimiento?

–Yo creo que es culpa del alejamiento que hay entre el entorno rural y la ciudad. Hay una desconexión con el campo y con la vida en general. A mí me hacía mucha gracia el pensamiento que había durante la pandemia de, 'Ahora la gente se está dando cuenta de lo que es la muerte'. Bueno, si no se han dado cuenta de lo que es la muerte antes son idiotas.

–¿Cómo de peligrosa es la deriva de desconexión entre el campo y la ciudad?

–La gente quiere tener sus frutas más bonitas, pero no se da cuenta de que o las importas o las tienes que producir en el campo y eso requiere inversiones en infraestructuras y riego.

Un ejemplo muy claro es el trasvase. Hay muchas voces en contra cuando es una herramienta capaz de dar soluciones en épocas difíciles. Los trasvases permiten mantener tierras que se han convertido en fértiles. Hay una desconexión en todos los ámbitos.

–¿Qué culpa tienen los medios de comunicación de la construcción de este retrato sobre la vida rural?

–Esto es una afición con más de 750.000 licencias, pero la gente piensa que los cazadores son los galácticos amigos de Su Majestad el Rey Juan Carlos I; sin embargo, la caza es mucho más. La Federación Andaluza de Caza, que es la más numerosa del país, cuenta con un importante número de integrantes que a lo mejor lo único que hacen es salir algún domingo a correr las liebres o simplemente matan dos conejos. Una de las primeras cosas que se concedieron tras la Revolución Francesa era el derecho popular a cazar, ya que previamente era solo de aristócratas. Todo eso se obvia.

–¿Cómo explicaría a alguien que rechaza visceralmente la caza sus bondades?

–La persona en cuestión, ¿es vegana?

–Pongamos que no

–En primer lugar, le llevaría a una finca en la que se viera la labor de conservación y cómo viven los animales. Luego le enseñaría otros casos en los que los animales no tienen esa vida. Odio los zoológicos, me dan mucha pena esos animales. Invitaría a esas personas a que vieran cómo viven estos animales.

La gestión natural de la caza te hace tener entornos infinitamente más sanos ecológicamenteEmilia Landaluce

El artículo que me ha valido el premio Jaime de Foxá lo explica muy bien. La prohibición de la caza en los parques nacionales ha dado lugar a que los animales se reproduzcan en exceso y para solucionarlo metían a las criaturas en cajas para matarlas de un tiro en la cabeza. No le doy a los animales sentimientos humanos, pero eso es una manera de humillar al animal. A los animales hay que darles respeto y dejarles vivir como ellos son.

La periodista Emilia Landaluce en una entrevista con El DebatePaula Argüelles

–Su artículo 'Los ojos blancos de las ciervas en la jaula', publicado el 29 de octubre de 2024 en El Mundo galardonado por el RCM desbarata en seis párrafos la prohibición de caza en los parques nacionales como herramienta de conservación. ¿Por qué decidió escribirlo?

–Era un tema que se estaba debatiendo. Los propietarios afectados por la medida en el Parque de Cabañeros lo habían llevado a Europa. Me interesan estas cuestiones y me pareció relevante sacarlo. Así también los lectores de El Mundo, que no es que sean muy cazadores, podían saber de ello. Parece ser que funcionó.

–En muchos casos, a los cazadores les cuesta reconocer sin complejos que cazan. ¿Siente la responsabilidad de poner en valor la cinegética?

–Cuando estaba en el colegio me daba vergüenza decir que mi padre era cazador por si te llamaban asesino, pero a medida que te vas haciendo mayor y razonas más, me parece que la caza se puede defender desde la razón, lo que pasa es que la gente es muy poco razonable.

-Miguel Delibes, Alfonso Ussía, Raúl del Pozo, Artur Pérez-Reverte, Ramón Pérez-Maura o Luis Ventoso. Junto a ellos, Emilia Landaluce aparece en la ilustre lista de premiados con el Jaime de Foxá al periodismo venatorio del RCM. La responsabilidad de defender la caza aumenta

–Ahora mucho más. El lema del RCM, 'Cazar no es matar' (Venari non est occidere), lo comparto totalmente. Marea Verde, de Jaime de Foxá, es uno de los mejores textos de caza con reflexiones muy interesantes que hoy, más de 70 años después de su publicación, siguen vigentes.

Sobre el lema del RCM, es muy importante la reflexión que hace Ortega y Gasset de la caza y los toros, pero sobre todo sobre la caza. El filósofo dice que la caza es una incertidumbre y lo bueno es que nunca sabes lo que va a pasar ese día. El campo es totalmente impredecible. La caza no es disparar y matar, es cuidar un entorno, producir esas condiciones para que los animales se reproduzcan de la manera más sano. No se cuenta que un trofeo mayor es fruto de un entorno y de un animal más sanos. Desarrollar eso en un entorno natural requiere un esfuerzo incomparable con el que se hace en una explotación sin interés cinegético. La caza no es disparar, es todo el proceso que se da hasta que puedes disparar e ir de caza.

La gestión natural de la caza te hace tener entornos infinitamente más sanos ecológicamente. Hay que transmitir que la caza no es solo disparar, es muchísimo más