Jim Corbett… Más allá del valor

Al comprobar que un hombre desarmado es algo indefenso, un tigre se convertía en el animal más peligroso de la Tierra, un «devorador de hombres». Ha perdido su miedo natural al hombre, ha aprendido sus costumbres y horarios y sabe que sus sentidos y capacidad de defenderse son nulos.

Jim Corbett luchó en las dos guerras munddiales llegando a Coronel

Creo que de todo lo que he leído de caza, viajes y naturaleza uno de los que más me marcó, fue Las fieras cebadas de 'Kumaon'. Escrito por un inglés, nacido en la India Británica, y de nombre Edward James (Jim) Corbett.

Esta historia podría empezar en 1875, año en que nació en el norte de la India, en las estribaciones del Himalaya, nuestro protagonista. Desde niño mostró gran afición por la naturaleza, el campo y la caza. Instruido por un jardinero, antiguo furtivo, que le enseñó todos los secretos de la vida en la selva. Pronto ingresó como director de la estación de trenes de la ciudad de Nani Tail, justo al oeste de las montañas de la frontera nepalí.

La situación en 1900

Sobre el año 1900 habia en la India unos 100.000 tigres y 200 millones de habitantes. Algo increíble, si pensamos que hoy, hay 1.200 millones de personas y apenas quedan unos 2.000 tigres. Al contrario de lo que «se ha hecho creer», no fue la caza la que casi acabó con los felinos. Fue la absurda creencia que los despojos de un tigre, su grasa, huesos y bigotes, se consideraban reconstituyentes e incluso afrodisiacos en la medicina china. Pagaban fortunas por ellos en los mercados ilegales chinos. Además, el Gobierno procomunista independiente a partir de 1947, de Pandit Nerhu, los consideró alimañas e incluso repartió cápsulas de estricnina, para acabar con ellos.

En esos años los conflictos entre tigres, ganado y habitantes era complicada. Un tigre en situaciones normales, no come, ni ataca al hombre. Tal vez sea su posición erecta, poder hablar, vivir en aldeas hace que si usted se encuentra un tigre en la selva, lo normal es que se vaya. Guardando las distancias y no dándole la espalda ni huyendo, lo normal es que el 99,9 por ciento de los tigres se retiren.

Ahora bien un tigre se convertía en «devorador de hombres» por varios motivos. La mayoría por ser demasiado viejos para poder cazar sus presas salvajes. Por haber perdido sus incisivos por alguna herida, como unas púas infectadas de puerco espín en sus patas que le impide cazar. Normalmente se dedicaban a cazar ganado doméstico. Y al final solía acabar con la vida del zagal que cuida el rebaño. Y el tigre puede probar la carne humana, que tal vez es más rica en sal y aficionarse a ella.

¿Qué es un devorador de hombres?

Ese tigre, solo ese, que es tan extraño como un asesino en la raza humana. Al comprobar que un hombre desarmado es algo indefenso, se convertía en el animal más peligroso de la Tierra, un «devorador de hombres». Ha perdido su miedo natural al hombre, ha aprendido sus costumbres y horarios y sabe que sus sentidos y capacidad de defenderse son nulos.

En estas tiendas abiertas dormía mientras intentaba eliminar algún Devorador de hombres

En esos años Jim Corbett ya tenía fama como cazador y experto en la selva. Había cobrado su primer leopardo a los 10 años y algunos tigres de modo deportivo y lo sabía todo sobre la selva. Pero también se dio cuenta de la disminución de la fauna india y pronto dejó de cazar para dedicarse a la fotografía y al conservacionismo. Pero cuando aparecía uno de estos rarísimos tigres antropófagos el Gobierno británico le pedía que acabase con él. No es fácil acabar con un animal que ha perdido el miedo al hombre. Pero sin duda es peligrosísimo.

La increíble vida de Jim Corbett

Jim no lo dudaba. Arriesgó su propia vida muchas veces para devolver la tranquilidad a esas zona que vivían aterradas. Incluso se ponía él mismo como cebo, disfrazado y actuando como aldeano, para atraer a semejantes asesinos.

Lo que cazó en realidad Jim Corbett.

Hollywood, las leyendas, y la imaginación han hecho pensar que Corbett acabó con cientos de devoradores de hombre. Nada más lejos de la realidad. Es su vida solo acabó con 12 tigres y leopardos aficionados a la carne humana. Sus condiciones que exigía al Gobierno eran peculiares. Pedía que se retirase la recompensa que generalmente pagaba el Gobierno a quien acabase con uno de esos asesinos. Los eliminaba de un modo altruista, solo para salvar vidas humanas, sin recibir nada a cambio. Siempre cazaba solo y dormía tranquilamente en una tienda de campaña en mitad de la selva. Trataba a los aldeanos como iguales, cosa poco normal en esos años en la India. Y ellos le adoraban considerándole casi como alguien al que debían la vida.

Rifle que regaló a Corbett el gobernador de la India, en agradecimiento por eliminar a la Tigresa de Champawt

Tal vez su más famosa pieza fue la tigresa asesina de Champawat. En 1907 pasó a la India, procedente de Nepal. Ya llevaba contabilizadas 463 víctimas devoradas. En 1910 eliminó al Leopardo de Panar, con 390 víctimas devoradas. En 1926 eliminó al leopardo asesino se Rudraprayag, con 125 muertes humanas en su haber. Varias de estas fieras, las mató a muy pocos metros de distancia, cuando le estaban cargando, precisamente para matarle y devorarle.

Un gran conservacionista

Antes de la II Guerra Mundial Corbett se dio cuenta de la devastación que estaba llegando a los tigres. En parte por el veneno y en parte para vender sus despojos. Dejó de cazar y se dedicó a fotografiarlos para mostrar al mundo el exterminio que sufrían los felinos. Por sus presiones luchando contra la matanza furtiva e intentando salvar los últimos tigres de la India, se creó en 1936 el primer Parque Nacional de la India. Se le dio el nombre de Parque Halley en nombre del gobernador de la India. En 1952, cinco años después de la independencia, se le cambió el nombre por Parque Nacional de Ramganga.

Por petición popular al Gobierno independiente indio en 1957 lo renombraron Parque Nacional Jim Corbett, en honor a su persona y a la cantidad de días que pasó solo en la selva, arriesgando su vida para salvar vidas de la población de la zona. Eso a pesar de los intentos por eliminar cualquier nombre que recordase al dominio británico. En el Parque Corbett comenzó el 'Proyecto Tigre' para intentar salvar a los escasos 2.000 tigres que quedaban en la India de morir envenenados o convertidos en un saco de despojos para los mercados ilegales chinos.

En el sitio en que eliminó al leopardo de Rudraprayag, a menos de 3 metros cuando le cargaba para matarle y devorarle, el Gobierno indio levantó un monolito en recuerdo del valor que demostró durante 50 años jugándose la vida por los demás. Una vez al año se reúnen los miles, de descendientes, que hoy viven gracias a que el viejo Jim, evitó que devorasen a sus abuelos.

Roque Armada es director de Armada Expediciones y de la escuela de tiro de Trofeo