La pancarta de la Marea Blanca de Sevilla en una de las últimas protestas por la sanidad pública en la capital hispalense

La pancarta de la Marea Blanca de Sevilla en una de las últimas protestas por la sanidad pública en la capital hispalenseEFE

Manifestaciones por la sanidad pública

La izquierda trata de aprovechar la 'marea blanca' de Madrid para echarle otro pulso a Moreno

El PSOE sale a la calle a pesar de los recortes que hizo en sanidad cuando estaba en San Telmo, de donde parte la marcha en Sevilla

La Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas ha convocado para este sábado, 26 de noviembre, manifestaciones en las capitales de provincia de Andalucía por el «deterioro progresivo» de la sanidad pública de la región. Los partidos de izquierdas, así como los sindicatos de clase y movimientos sociales y vecinales, participarán en las protestas y tratarán de aprovechar la 'marea blanca' de Madrid para echarle otro pulso a Juanma Moreno.
Más de 200.000 personas, según la Delegación del Gobierno; 670.000, si hacemos caso a los convocantes, o unas 165.000, como calculó El Debate, acudieron a la concentración que tuvo lugar el pasado 13 de noviembre en la capital de España y que partía de cuatro columnas –Ópera, Hospital de la Princesa, Nuevos Ministerios y Atocha– para confluir en la plaza de Cibeles. La protesta fue considerada un éxito por las izquierdas, que esperan poder sacar pecho por la convocatoria como en Madrid.
En Sevilla, la marcha comenzará frente al Palacio de San Telmo –sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía— y discurrirá hasta las Setas, en la plaza de la Encarnación. La última gran manifestación por la sanidad pública andaluza, en enero de 2017, también partió en la capital hispalense desde San Telmo. En el PSOE andaluz, que aún gobernaba entonces la comunidad, hay quien piensa que, por encima de la corrupción, esta protesta supuso el principio del fin de Susana Díaz como presidenta de Andalucía.

Las manifestaciones de 2017

Desde San Telmo, los socialistas presenciaron en 2017 cómo cientos de miles de ciudadanos se manifestaban en las calles de Granada, Málaga, Huelva y Sevilla por la sanidad pública andaluza. El proyecto de fusión de dos hospitales en la antigua capital nazarí fue la mecha que, en octubre 2016, prendió la llama de un movimiento local liderado por el médico granadino, recientemente fallecido, Jesús Candel, alias Spiriman, y que se extendió en pocos meses al resto de Andalucía.
Spiriman se convirtió, por ello, en el enemigo número 1 del PSOE andaluz. El Gobierno de Susana Díaz consiguió incluso que el Colegio de Médicos de Granada lo inhabilitara temporalmente. El médico granadino acusaba a los socialistas de corrupción, de manipulación en las listas de espera, de fraude y de un largo etcétera, e interpuso varias denuncias y querellas contra la presidenta, pero nunca ganó en los tribunales. Por el contrario, fue condenado por injurias a Díaz en varios de los vídeos que subía a las redes sociales.

Los socialistas salen ahora a la calle

De vuelta al presente, en esta ocasión, y con el 'popular' Juanma Moreno en la Presidencia de la Junta de Andalucía, los mismos que se escondían detrás de las cortinas del Palacio de San Telmo hace algunos años salen a la calle para protestar por el estado de la sanidad pública de la comunidad. Los socialistas, los mismos que mermaron en 7.000 millones de euros el sistema de salud autonómico, protestan por los «recortes» del Gobierno del PP.
Las mareas blancas basan su reivindicación en la falta de plantilla en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), el progresivo aumento de las derivaciones a la sanidad privada, la fuga de talento joven y la escasez de recursos en la atención primaria. Los partidos de izquierdas ponen el foco en los 12.000 sanitarios (de los 20.000 iniciales) que fueron contratados de refuerzo por el covid y cuyo contrato expira el próximo 31 de diciembre, así como en el «colapso» de la atención primaria.
La intención del Ejecutivo autonómico es renovar a estos 12.000 sanitarios antes de dicha fecha, aunque esta cuestión no se ha abordado aún en Consejo de Gobierno. El equipo de Moreno presume de presupuesto en sanidad para 2023 –13.837,5 millones de euros, un 40,6 % más que en 2018, y el 7,4 % del PIB andaluz– y destaca que destina 1.500 millones más a la atención primaria que el último Gobierno socialista.

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