El misterio del Reina Regente, el buque de la Armada que desapareció en el Estrecho con 420 hombres

Era el barco más moderno de la Armada y aspiraba a ser símbolo de la pujanza de la España de la Restauración. Construido en los astilleros escoceses James and George Thompson, siguiendo el modelo de la Armada de guerra británica, y equipado a la última, fue botado en febrero de 1887, bautizado en honor a la Reina María Cristina. Sin embargo, apenas ocho años después, se le perdió la pista en el Estrecho de Gibraltar. Hasta hoy.

El naufragio del Reina Regente es todo un misterio, un 'Expediente X' de la Armada y las teorías han sido muchas y diversas. Se trata del cuarto hundimiento en número de fallecidos si hablamos de navíos españoles y el segundo, si descontamos los que se fueron a pique por causa de guerra. Ciento treinta años después, la desaparición de este crucero sigue despertando interés, como muestra la publicación reciente de la novela 1895. Reina Regente (Kaizen editores), del periodista gaditano Luis Miguel Rossi.

El 9 de marzo de aquel año, el crucero partió del puerto de Cádiz rumbo a Tánger, para devolver a la delegación de embajada del Sultán de Marruecos, que había asistido a Madrid para tratar de los términos de paz de la Primera Guerra del Rif. Todo fue sin novedades aquel día, pero al siguiente amaneció con fuerte viento y mar picada. Las autoridades marroquíes cerraron el puerto, pero el Reina Regente se empeñó en salir.

Perdido sin remedio

El comandante Francisco de Paula Sanz de Andino quiso regresar cuanto antes a España en cumplimiento de sus órdenes y a fin de poder asistir a la botadura del acorazado Carlos V en Cádiz. No esperó a que el temporal amainase en las impredecibles aguas del Estrecho. Aquel 10 de marzo de 1895, al Reina Regente se lo vio cabecear y debatirse contra el temporal, pero no se supo nunca más cómo y dónde acabó hundido.

Durante horas y días, el Gobierno español rastreó la pista y se abrigó la esperanza de que estuviera a salvo en algún refugio. Los primeros restos llegaron a Tarifa y Algeciras, confirmando el desastre. Fallecieron los 420 miembros de la tripulación. Solo se salvó un integrante, que había quedado borracho en Tánger, y un perro terranova que apareció a la deriva sobre unas tablas. La catástrofe fue sonada y acortó la vida útil de dos buques de características similares.

Veinte intentos de búsqueda

El «Informe acerca de las causas probables de la pérdida del crucero 'Reina Regente'», presentado al año siguiente, intentó arrojar luz y establecer las causas del naufragio, en la que el temporal habría sido decisivo. El buque habría embarcado gran cantidad de agua en su lucha contra el mar y no habría sido posible cerrar las escotillas. Con la sala de máquinas inundada o tal vez ya sin gobierno, el Reina Regente habría quedado a merced del Estrecho.

Durante este siglo se han realizado hasta veinte intentos para encontrar el pecio. Expertos como el Coronel de Infantería de Marina Alfredo Fernández Molina consideran que, sin duda, debe encontrarse frente a las costas de Bolonia, no muy lejos de Tarifa. Sin embargo, el Reina Regente, orgullo de una Armada española que intentaba sumarse al carro de la modernidad, no ha vuelto a dar señales de vida.