Obras del Metro de Málaga (archivo)Álex Zea | Europa Press

Málaga

Los comercios de Eugenio Gross en Málaga entran en modo supervivencia dos años y medio por las obras del Metro

El corte de tráfico en uno de los ejes de La Trinidad despierta el temor de comerciantes y vecinos, que recuerdan el duro impacto de las obras del Metro en otros barrios

Las máquinas ya han tomado la calle Eugenio Gross para dar sus primeras dentelladas. Desde este miércoles, el tramo entre Martínez Maldonado y Martínez de la Rosa es un paisaje de vallas y desvíos. Un escenario que se extenderá durante los próximos treinta meses. Para muchos malagueños, es un regreso al pasado que trae a la memoria los años de caos y paciencia que vivieron otros distritos durante la construcción de la Línea 1 del Metro. La promesa de una movilidad mejor choca, una vez más, con la cruda realidad del presente.

«Ya pasó esto en la calle La Unión, tenía allí un bar y las obras del metro lo arruinaron». Quien habla es Miguel Ruiz, dueño del bar Los Compadres, ahora en la esquina de Eugenio Gross. Su testimonio resume el miedo que recorre la zona. Aunque se muestra algo más esperanzado por ser propietario del local, lanza una advertencia: «Mi bar ahora allí tendría beneficios, pero es un tiempo de espera muy largo. Aquí, en Eugenio Gross, a mayoría de los locales van a cerrar». Su pesimismo no es infundado.

Lo que dice Miguel Ángel tiene mucho de verdad. Y es que durante las prolongadas obras del Metro en el Centro y Trinidad, hace ya más de una década, numerosos comercios se vieron obligados a echar el cierre. La falta de acceso y la drástica reducción de clientes fueron una losa demasiado pesada. Ahora, aquellos fantasmas regresan. «El negocio pequeño se va al garete porque no hay capacidad de resistencia ante algo así», recalca Miguel Ranea, del bar Ranea II, quien cuestiona la necesidad de la obra en esta calle considerada «red básica». A él, no le ha ido mal, ya que ha podido montar varios bares, pero ahora está en la incertidumbre de no saber qué va a pasar.

Incertidumbre y soluciones

Lo cierto es que la incertidumbre se palpa en el aire. Carlos, un vecino con plaza de garaje se pregunta «¿y ahora dónde dejo mi coche?». Pepi afirma que su madre vive en el Perchel y sufrió las obras del suburbano: «Es cabezona y no quería venirse a mi casa, pero la pobre sufría mucho con el ruido de las máquinas». Son las pequeñas grandes batallas del día a día.

Frente a esto, la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, responsable del proyecto, ha establecido alternativas. Las calles perpendiculares se configuran como fondos de saco con doble sentido para residentes y emergencias. Además, se habilitarán nueve pasos peatonales. La inversión asciende a 46,4 millones de euros e incluye la estación La Trinidad.

Algunos, como la churrería Antonio Martín, ya se han adelantado al contratiempo. Traslada su negocio a la calle José María Freuller «para salvar la situación, el tiempo que se pueda». Eugenio Groos es una arteria que cruza buena parte de Málaga, y en la que se encuentra centenares de comercios de toda índole, como supermercados, bazares, restaurantes, bases, tiendas de fotografía, de ropa, alimentación… Todos miran con recelo las máquinas adentrándose en el asfalto.

El paralelismo con el pasado es inevitable. Las quejas por el aparcamiento, la logística para los proveedores y el temor a la pérdida de clientela son un eco de lo vivido. Sin embargo, la experiencia también demuestra que, una vez terminadas las obras, las zonas afectadas suelen renacer con fuerza, beneficiándose de la mejora en las comunicaciones. Los malagueños de Eugenio Gross cruzan los dedos para que su historia tenga un final igual de feliz. El tiempo, y la paciencia, lo dirán.