'Velintonia 3', el documental que abre las puertas de la casa de Vicente Aleixandre
Entrevista al director sevillano Javier Vila
El documental que abrió las puertas de la casa de Vicente Aleixandre: «España sabe poco de su Premio Nobel»
La película revive «el oasis de poesía y amistad» que supuso para muchos la casa de Aleixandre, lugar de peregrinación para la literatura del siglo XX y punto de encuentro para la Generación del 27
En la casa del poeta / donde ya no vive nadie / Se demora la luz del amanecer / Allí el tiempo no se acorta. Es el inicio del tema ‘La casa en el número 3’ del grupo Maga, una canción dedicada a la residencia de Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura.
Una canción y una vivienda que precisamente, inspiraron al director sevillano Javier Vila para su película Velintonia 3, que, tras su paso por Málaga, participará en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, uno de los certámenes más prestigiosos que tendrá lugar este año entre el 7 y el 15 de noviembre.
El documental revive «el oasis de poesía y amistad» que supuso para muchos la casa de Aleixandre, lugar de peregrinación para la literatura del siglo XX y punto de encuentro para la Generación del 27. Tras la muerte del poeta, primero, y de su hermana, después, permaneció cerrada y abandonada durante casi 40 años, hasta que la Comunidad de Madrid la ha acabado de adquirir.
La película participará en el Festival de Cine Europeo de Sevilla
Velintonia 3 logra, tras cuatro décadas de clausura, abrir las puertas del lugar y reunir a los últimos poetas amigos del Nobel, hoy octogenarios, como los novísimos Vicente Molina Foix, Guillermo Carnero, Marcos Ricardo Barnatán, Antonio Colinas y Jaime Siles, que con sus recuerdos y las lecturas de los actores Antonio de la Torre, Ana Fernández, Mona Martínez y Manolo Sotos reconstruyen la historia de un lugar y de una vida, la de aquellos que la ocuparon.
–¿Cómo surgió la idea de este proyecto?
–Me vino a raíz de una canción del grupo Maga, ‘La casa en el número 3’. Ellos compusieron la canción y después fueron a grabar allí un videoclip. A través de ellos me llegó esa historia, hicimos una visita y me pareció increíble tanto el estado en la que nos encontramos como la historia que arrastraba. Estamos ante una figura como un Premio Nobel de la cual España sabe muy poco.
–La paradoja es que al igual que desconocía la historia de la casa y de vida de Aleixandre hasta que le llegó por una canción, sucede que muchas personas en España lo desconocen casi todo sobre un Premio Nobel…
–Para mí, al menos, lo era, pero a mi alrededor pasaba igual, todos sabemos lo justo. Y sobre el tema de la casa, había muy poca información, lo que me llamó mucha la atención. Es posible que eso sea porque la poesía sea el género literario que menos repercusión tenga siempre, pero es que estamos hablando de que fue ‘hogar’ de muchos de los miembros de la Generación del 27. Es otro ejemplo del abandono de nuestra cultura, seguramente en otros sitios, su huella hubiera sido tratada con algo más de cariño, y ese fue otro de los motivos que me llevó a meterme en esta historia.
–Y Sevilla, ¿recuerda bien a Vicente Aleixandre?
–Pues más de lo mismo, aunque él es sevillano de nacimiento, creo que tan solo da un nombre a un instituto y alguna placa, salvo que se me escape algún dato.
–Precisamente, su participación en el Festival de Cine Europeo de la ciudad sirva para cumplir con esa deuda…
–Siempre que se emprende un proyecto de este tipo, esperas que sirva para cambiar algo. Efectivamente, nos gustaría que en este caso sirviera para poner un poco más el foco sobre su figura. Más allá de la poesía, quiero volver a la historia de la casa. No es un documental solamente biográfico, sobre él planea el que fue su hogar, que ha pasado por todo tipo de visicitudes.
–¿Cómo recibieron la idea aquellos que le trataron y con los que habéis contado?
–Fue una respuesta magnífica, aunque estamos hablando de personas algunas de ellas muy mayores y ya recluidos de algún modo en su mundo. Todos dijeron que sí. En su momento, ellos eran los jóvenes poetas que lo conocieron con él ya muy mayor. Velintonia se cerró desde la muerte de su hermana en el año 86 y casi ninguno había vuelto a pisarla. Volver fue muy emocionante para ellos, aunque hubo algún caso que prefirió no ir porque sabía que estar allí le iba a provocar pasarlo mal.
–¿Cómo explicarse que la casa pudiera caer en el olvido durante 40 años?
–Pues esa es precisamente la pregunta que me hice yo en su momento y la cuestión que planea todo el rato durante el documental, pero que no tiene una sola respuesta, porque no es fácil. Yo no tengo una respuesta clara, aunque hay factores que influyeron, como la falta de acuerdo entre los familiares u ofertas por parte de la administración que los herederos encontraban insuficiente. Ahora ha habido un giro de la historia que puede ser el comienzo de un final feliz con la compra por parte de la Comunidad de Madrid que proyectará una especie de Casa de la Poesía.
–La casa fue para él importante debido a su estado de salud y a sus propias circunstancias personales…
–Vivió 84 años, y su vida fue más de puertas para adentro debido a una enfermedad crónica desde joven. Su universo pasó entre esas cuatro paredes y ese mundo interior creó una riqueza que se traduce en su obra pero evidentemente, es un tipo de vida menos contable para un documental que si lo comparamos con los casos de Lorca o Miguel Hernández, sobre todo por el final que ambos sufrieron. Nosotros ahora nos hemos dedicado a sacar todo ese mundo al exterior.
Tras su muerte, Velintonia quedó deshabitada hasta su adquisición por parte del Ejecutivo autonómico en subasta pública el pasado mes de abril por un importe de 3,1 millones de euros con el fin de restaurarla para convertirla en una Casa de la Poesía, que albergará también la Casa Museo del escritor. La Consejería de Cultura, Turismo y Deporte prevé su apertura en 2027, coincidiendo con el centenario de la generación del 27 y el 50 aniversario de la concesión del Nobel a Vicente Aleixandre.
Desde que es propietaria, la Comunidad de Madrid ha realizado actuaciones de urgencia en el inmueble como la instalación de un sistema de seguridad y la reparación de una parte de la cubierta, iniciada esta misma semana. Paralelamente, está preparando los pliegos para licitar el proyecto de adecuación y conservación, así como el expediente para declararla Bien de Interés Cultural (BIC).