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Castillo de san Servando

El castillo de mil años donde se alojó El Cid y hoy es un albergue del que se cuentan episodios fantasmales

San Servando se eleva sobre un cerro a los pies del Puente de Alcántara, al otro lado del río Tajo, que da a una de las puertas (del mismo nombre) de la ciudad

El Castillo de san Servando hoy es un albergue. Tiene una piscina infinita, no porque sea moderna, sino porque su vistas de la ciudad de Toledo, al otro lado del Tajo, desde su cerro privilegiado, lo son. Un lugar extraordinario que en su milenio de edad ha sido, antes de su construcción, fortaleza romana y musulmana hasta que fue castillo de vigilancia cristiano durante la Reconquista.

Fortaleza de vigilancia

Fue también monasterio y, vencidos los árabes, asolado por el desuso. Ha sido constantemente reconstruido a lo largo de los siglos, tan constantemente como durante largas épocas ha permanecido casi en la ruina. Hoy no, pues casi reluce orgulloso al atardecer de Toledo mientras contempla a la ciudad en su altozano exquisito y privado.

El Puente de Alcántara, con Toledo al fondo, desde donde se levanta el cerro del castillo de San Servando

El Puente de Alcántara, con Toledo al fondo, desde donde se levanta el cerro del castillo de San Servando

En su abandono se utilizó como polvorín en el XIX, siglo en el que la declaración de Monumento Nacional (el primer castillo de España que recibió esta distinción) salvó al fantástico enclave para siempre. A mediados del XX fue definitivamente rehabilitado y reformado y convertido en albergue de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, su último destino (el penúltimo fue ser sede de las Cortes de la región desde 1983 a 1987), aunque sus exteriores también acogen eventos como el Erato Fest, con conciertos y actividades en su localización única.

El Cid y el fantasma

Aparece en el Cantar de Mio Cid, donde el héroe español se quedó a rezar la noche anterior al juicio en Toledo contra los infantes de Carrión que habían atado, golpeado y abandonado a sus hijas, doña Elvira y doña Sol, en el robledal de Corpes. No se dice nada en el poema de ningún fantasma, pero sí lo dice la leyenda de extrañas muertes de soldados sin resolver y terroríficas sombras que avistaron los guardias desde la Puerta de Alcántara.

Castillo de san Servando

Castillo de san Servando

Hoy en día se cuentan episodios fantasmales en la habitación T4 del torreón, según refiere Leyendas de Toledo, como si de la habitación 237 del Hotel Overlook de la película El resplandor se tratase. Un cliente fue a quejarse de que alguien subía y bajaba escaleras constantemente por la noche mientras dormía, pero no encontraron a nadie. Más tarde la queja fue que alguien había llamado a la puerta y luego que alguien había dado un fuerte golpe en ella.

No encontraron a nadie, como nunca se encontró al asesino misterioso de los soldados (trabajadores han contado episodios de ruidos y movimientos sin explicación) en el castillo milenario que también fue templario y que mira a Toledo orgulloso de las mejores vistas de la ciudad.

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