Navajeros albaceteños de principios del siglo XX
De Albacete a Seki: Un viaje por las capitales mundiales de la cuchillería
Una tradición recogida en esta muestra de ciudades de Japón, Francia, Argentina y España
La cuchillería en España tiene claramente asentada su meca en Albacete. Siglos de tradición, avalan a la ciudad y a sus navajas como un referente que se ha modernizado en el sector por medio de la fabricación de cuchillos de uso cotidiano. Aun así, la figura del navajero sigue presente como símbolo de la ciudad, que es sin duda una de las capitales mundiales de la cuchillería gracias a su tradición, calidad y la historia reflejada en el museo de la Casa del Hortelano.
El cuchillo es una de las herramientas más básicas e importantes de la rutina histórica del ser humano, pero según el lugar de fabricación ha tenido diferentes desarrollos y aplicaciones. Este utensilio creado, según las investigaciones y vestigios arqueológicos, en el Paleolítico Superior solían estar hechos a partir de cristal de roca y no solían tener ornamentos, aunque sí que existen algunos ejemplos de la época con decoraciones.
El descubrimiento se atribuye a los Homo Habilis, parientes lejanos del actual Homo Sapiens que acogió como buena la idea de colocar este instrumento en puntas de lanza o usarlo de manera manual para despedazar animales cazados. Eso sí, no resulta del todo correcto hablar de cuchillos como tal hasta la aparición primero del hierro y después del acero.
Los egipcios manipulaban el hierro 3000 años antes del nacimiento de Cristo y posteriormente los romanos comenzaron a experimentar con la navaja y con materiales como el bronce. Desde estos primeros pasos hasta hoy, se deriva en el nacimiento de la cuchillería, que se ha cultivado con especial ahínco en las ciudades del mundo presentes en esta muestra.
Albacete (España)
Museo de la cuchillería en Albacete (España)
La tradición del cuchillo llega a Albacete de la mano de los musulmanes. La tradición árabe caló en la ciudad manchega desde el siglo XV, siendo los ejemplares del siglo XVI los más antiguos hallados en el lugar. Concretamente de 1573 datan unas pinzas del maestro Torres y unas tijeras de Rico y Sinobas que sentaron base para que ya en el siglo XVII se contara en Albacete con un amplio abanico de cuchillos, puñales, espadas y como no, de navajas.
La Edad de Oro de la cuchillería en Albacete llegó con el siglo XVIII, que pese a la estricta normativa de la época logró mantener activos sus talleres donde aunaban eficacia artística y productiva.
Navajas de Albacete
La llegada del ferrocarril en 1855 potenció la industria cuchillera y en concreto a su producto estrella: la navaja de Albacete. A finales del siglo XIX multitud de viajeros quedaban prendados de las dimensiones de las navajas en la ciudad y dicho interés potenció a la herramienta hasta convertirse en símbolo de la ciudad. De ello, también tienen buena culpa la multitud de navajeros que vendían sus manufacturas por la calle a principios del siglo XX, cuando se fabricaba masivamente.
Los mangos pueden ser de asta de ciervo o toro, madera e incluso marfil y las hay de multitud de estilos como pastora, punta de espada, navaja clásica albaceteña o de estilete, por ejemplo.
La Primera Guerra Mundial trajo consigo un nuevo auge con casi un millón de piezas fabricadas al año, pero tras el conflicto la producción bajo un tercio. Desde entonces destaca la creación de la Feria Nacional de Cuchillería en 1965 que impulso el producto local, aunque la nueva legislación de 1981 frenó a la artesanía obligando al sector a modernizarse en grandes fábricas.
En 2006 hasta 70 empresas se dedicaban al sector en la ciudad y en 2017 la cuchillería albaceteña fue declarada Bien Cultural e incluso elegida como Capital Mundial de la Cuchillería en 2022.
Thiers (Francia)
Museo de la cuchillería en Thiers (Francia)
El pequeño pueblo francés ubicado en el centro del país, es otra de las capitales de la cuchillería contando con un centenar de empresas dedicadas al sector y un significativo 80% del total en fabricación de cuchillos en Francia. Al igual que en Albacete, se elaboran todo tipo de cuchillos desde los de cocina hasta los de bolsillo.
Su historia se remonta hasta la era romana y se convirtió en un referente por su posición geográfica en el centro del país, la cual además está dotada de varios cursos de agua imprescindibles para la elaboración de metales.
Cuchillos de Thiers
Para hablar de cuchillería como tal hay que remontarse al siglo XIII, donde la abundante existencia de agua propiciaba la construcción de molinos, que juntos al carbón vegetal y los minerales de la zona dotaban al lugar de unas condiciones óptimas para la empresa.
El gran momento llegaría en los siglos XVII y XVIII, época donde se establecieron los gremios y comenzaron las exportaciones por toda Europa. Desde entonces han vivido un proceso de modernización constante virando a productos especializados y también de coleccionismo, de los cuales se da cuenta en el museo creado en 1982. Thiers ha sido Capital Mundial de la Cuchillería en 2016 y 2018.
Tandil (Argentina)
Castillo de Tandil (Argentina)
Nombrada también Capital Mundial de la Cuchillería en 2024, Tandil es una ciudad ubicada al este del país que desde finales del XIX y principios del siglo XX ha construido una tradición cuchillera de prestigio.
En la época, el lugar caracterizado por lo rural poseía en el cuchillo una identidad que acompañaba a muchos de sus pobladores como un elemento más de vestimenta. La emigración de los europeos al lugar, fomentó el nacimiento de herrerías que lograban un trabajo más fino del acero. Muchos de ellos procedían del País Vasco, además de otras zonas de España e Italia y trajeron consigo técnicas innovadoras para la forja.
Cuchillo de Tandil (Argentina)
Los cuchillos de Tandil tienen sello propio, de tradición gauchesca por sus múltiples creaciones caracterizadas por hojas hechas a mano y empuñaduras de hueso, cuerno o plata, convirtiendo al objeto en más que una herramienta.
El lugar celebra eventos como la Fiesta del Cuchillo y existen espacios como el Paseo del Cuchillo, donde pueden empaparse de la tradición, además de comprar todo tipo de cuchillos.
Seki (Japón)
Edificio clásico en Seki (Japón)
Sin lugar a duda, la visita a Japón trae consigo un filo único, que cuenta historias por si solo y al que se conoce como katana. Las famosas armas de samurái siguen siendo reflejo de los cuchillos de cocina actuales en Japón fabricados a partir de las técnicas que sacaron a luz la famosa espada.
A mediados del siglo XIII varios herreros se mudaron a esta región para fabricar unos cuchillos y unas espadas que tienen fama de no romperse ni doblarse, además de cortar de maravilla. Con esta ideología, Seki ha fabricado cuchillería durante 700 años, pero las katanas quedaron a un lado tras el fin de la dinastía Edo y la llegada de la cultura occidental. Desde entonces aplicaron los conocimientos a los cuchillos de utilidad cotidiana, quedando las katanas como artículo de lujo y colección.
Artesano de katanas en Seki (Japón)
La fama de Seki tuvo su gran impacto en la Edad Media gracias al valor que le dieron señores feudales y samuráis que anhelaban poseer un filo de este lugar. La marca sigue igual o más valorada en la actualidad, aprovechando las condiciones de la abundante agua del río Nagara, la gran cantidad de madera y la riqueza en hierro de la zona. En la actualidad, la modernización y tradición artesana convierte a Seki en uno de los grandes baluartes cuchilleros del planeta.
Cuentan con una Asociación de Cuchillería, Salón de la Cuchillería y por supuesto, museo de los herreros de Seki. En la localidad se encuentran talleres con más de ocho siglos de tradición que suponen un importante porcentaje de la economía de la ciudad de 90.000 habitantes.
Un oficio, el de la cuchillería, que se sobrepone al tiempo y a las fronteras. Un lenguaje universal a través de los filos y sus múltiples interpretaciones, que reflejan a través de sus forjas, la identidad, tradición e historia del lugar que las vio nacer.