La misteriosa Cruz del Diablo: la leyenda que todavía estremece a Cuenca

Cuenca y sus calles están plagadas de historias, leyendas y misterios. Con su ambiente casi medieval por el casco antiguo y alrededores, el ambiente invita a suscitar antiguas leyendas del pasado, que han sido recogidas generación tras generación por la tradición oral.

Cuando vives en Cuenca y te adentras en sus entrañas, los locales no tardan en abundar en viejos cuentos y leyendas, pero si una destaca es la de la Cruz del Diablo. Solo tienes que esperar a una noche lúgubre, de esas que se aprovechan para rememorar momentos y contar historias, para que algún local presente te adentre en un episodio, que dice la leyenda, ocurrió en el siglo XVIII.

La leyenda de la Cruz del Diablo

Por aquel entonces un joven gallardo llamado Diego, se lucía de sus galanterías para embaucar a cuantas doncellas alcanzaba a cortejar. Una vez, quedaban plenamente prendadas de sus formas y apuesta belleza, el galán las dejaba plantadas sumiéndolas en un profundo estado de dolor.

Diego, era cada día más conocido en las calles de Cuenca o al menos su nombre circulaba de boca en boca entre sus vecinos. Un buen día, llegaría a la ciudad una mujer de una belleza pocas veces vista. A su paso, mujeres y hombres quedaban impactados ante tal hermosura y los jóvenes soñaban con seducirla, siempre sin éxito.

La dificultad de la afrenta de conquistar a la joven pronto llegaría al saber de Diego y como no podía ser de otra forma, se lanzó a por ella. El muro cayó y Diana pareció quedar también encantada, por lo que confesó su nombre al apuesto joven. Diego presumía entre los conquenses de conocer a la sensacional mujer, pero tras varios días, Diana seguía sin dejarle ir más allá. El joven galán capaz de conquistar a cualquier dama, terminaría enamorándose e incluso obsesionándose por hacerse con el amor de la doncella.

Finalmente, el destino sonreiría al gallardo, que recibió de Diana el siguiente mensaje: «Te espero en la puerta de las Angustias. Seré tuya en la Noche de los Difuntos». Diego quedó entusiasmado y no tardó en prepararse para la cita a la que asistiría con la mejor de sus vestimentas.

Camino al Convento de los Descalzos, una gran tormenta tiñó de oscuro el cielo de Cuenca. Un concierto de truenos ponía a danzar los rayos que iluminaban el cielo. Puntual a su cita llegó Diego y allí contempló en la espera a la hermosa Diana con un vestido casi irreal, tal era su belleza. En un impulso desesperado de amor, Diego se abalanzó sobre Diana la cual aceptó el juego del bello gallardo.

Motivado por la correspondencia de la cotizada doncella, Diego levantó su falda al momento en que uno de los imponentes rayos partió la noche iluminando las piernas de Diana, que no eran de suave y fina piel, sino de pelo abrazado a una pezuña en una pata de cabra. Paralizado por el miedo, Diego huyó del lugar y Diana, desenmascarada como el mismo Diablo comenzó a reír camino de su presa.

El galán sin escapatoria se abrazó a la cruz del lugar y el Diablo propinó un zarpazo que quedó para la eternidad marcado en la piedra de la cruz que protegía a Diego. Todo quedó en calma y Cuenca nunca sabría del destino del joven, el cual se dice que ingresó en el Santuario de las Angustias.

Legado cultural de la leyenda

La historia, más que presente en la cultura local, ha protagonizado múltiples recreaciones teatrales con motivo del Día de Todos los Santos en el mismo lugar en el cual se desarrolló la aparición del Diablo.

Además, la leyenda fue recreada en una producción 3D a cargo de Hugo León y basado en el concreto relato de Cristina Moreno.

Una historia que ha maravillado a visitantes de todos los rincones del mundo, entre quienes destaca el famoso youtuber Luisito Comunica. El mejicano visitó la ciudad en 2018 en unos de sus famosos videoblogs de viajes donde aportó alguna pista sobre dicho misterio, que han visto ya quince millones de usuarios. El conocido personaje de internet suma 44,8 millones de suscriptores, siendo este sin duda el canal de mayor alcance que ha tenido la leyenda.