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La tarta que sabe a infancia, a raíz y a sueños: así es la joya manchega de Materia

Descubre el obrador toledano que conquista paladares con su tarta de queso artesana

Pedro Trujillo aún recuerda la primera vez que probó una tarta de queso. No era la que hace hoy, ni de lejos. Era aquella versión horneada, clásica, coronada con mermelada de arándanos, o incluso la de nevera con gelatina. Pero algo quedó en él. Una memoria dulce, una emoción callada.

Hoy, su proyecto Materia —creado junto a su mujer Ester— reinterpreta ese sabor del pasado con una sensibilidad radicalmente nueva. En su obrador no se cocina solo con ingredientes: se cocina con alma.

Pedro Trujillo y su mujer, Ester

Pedro Trujillo y su mujer, EsterLas Noticias Cuenca

Nace Materia, crece un sueño

La idea nace en 2023 cuando su restaurante Los Trujis fue finalista a la mejor tarta de queso de España. Aquel reconocimiento marcó un antes y un después. «Pensamos en Talavera, en lo que podíamos aportar a la ciudad y también en nuestro sueño: hacer de Materia una marca reconocida y llevar su nombre a lo más alto», explica Pedro.

Materia, Toledo

Materia, ToledoMateria

Y lo han hecho. Con cuatro tiendas entre Talavera y Toledo, una comunidad de clientes fieles y una filosofía muy clara: no todo vale. Aquí lo artesano manda, lo cercano importa, y lo manchego es sagrado.

La tarta que cuenta una historia

Si hay algo que distingue a la tarta de queso de Materia es que sabe a lo que somos. A campo, a leche de oveja manchega, a quesos con carácter, a dulzura contenida, a esa sal que despierta los sentidos.

«La reinterpretamos desde el producto local: la leche, el queso, los pastos. Nuestra tarta es sedosa, terrosa por la galleta, con una textura como un bombón que se funde en boca. Y con una nota leve, casi poética, a campo», cuenta Pedro con orgullo.

No hay artificios. «Un buen producto no necesita ser disfrazado. Al revés, puedes estropearlo si le pones de más».

El alma manchega hecha postre

Sí, usan queso manchego. Y no por capricho. Es un símbolo, un compromiso, una declaración de intenciones. «Es nuestro, es de calidad, cumple parámetros muy exigentes… ¿por qué no usarlo en lo dulce? Es versátil y aporta sabor, untuosidad, identidad».

La carta de Materia va mucho más allá: tartas con pistacho ibérico de Toledo, con gominolas, con trufa negra, con cremas dulces o frutos secos. Pero la reina es la manchega. Y después, la de torrija caramelizada —homenaje al postre mítico de Los Trujis—.

El obrador donde se cocina la magia

Nada se deja al azar. En el obrador de Materia todo está medido al milímetro: desde el horneado perfecto hasta la logística que garantiza que la tarta llegue fresca a tu mesa. «Cada tarta pasa por muchas manos, muchas tareas. Por eso no todo vale. Ser artesano no es solo una palabra bonita, es una exigencia diaria», afirma Pedro.

Y él lo vive así. Perfeccionista, exigente, encima de cada detalle. «El jefe tiene que estar presente. Es la única forma de mantener la esencia».

No somos una moda: somos historia

España vive un boom de tartas de queso. Pero Pedro lo dice claro: «Ahora todo el mundo abre un obrador, pero se nota cuándo una tarta es verdaderamente artesanal y cuándo no. Las modas pasan. Lo auténtico permanece».

Mientras algunos viven de likes e influencers, Materia construye legado. Cada semana presentan una novedad, para mantener al cliente ilusionado, enganchado, con hambre de más.

El mundo pregunta, Materia resiste

Las ofertas de expansión les llueven: desde Miami hasta Toronto, pasando por Venezuela, México o Nicaragua. Pero Pedro lo tiene claro. «Crecer es dejar de controlar todo y perder la magia. Nosotros somos artesanos».

En lugar de franquiciar, se preparan para lanzar una food truck y otras sorpresas que les permitan llevar su tarta donde otros no llegan… sin perder lo que les hace únicos.

Que tu celebración tenga historia

Para Pedro, que una tarta de Materia esté presente en una celebración, es un privilegio y un honor. «Queremos que el cliente disfrute como lo hacemos nosotros al elaborarlas, que note el mimo, que entienda que detrás de cada tarta hay una historia».

Y cuando le preguntamos qué sería su tarta si fuera una persona, sonríe: «Sería dulce, sincera, elegante y emocionante».

Y si fuera música, suena Ludovico Einaudi al piano. Porque una buena tarta de queso —como una gran melodía— no se olvida jamás. Es una verdadera obra de arte.

La magia de lo artesano

Ese es el lema de Materia. Y no es marketing. Es una forma de estar en el mundo, de volver al origen, de decir «esto es lo que somos». Una cucharada basta para notarlo.

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