Ciudades Castilla-La Mancha
El grito que une a Almagro, Almadén, Sigüenza y Toledo: esto es lo que piden para salvar su historia
Alertan de que sin ayuda inmediata será imposible mantener vivo un patrimonio que sostiene la identidad de toda la región
En Castilla-La Mancha hay ciudades que respiran patrimonio en cada esquina. Almagro, Almadén, Sigüenza y Toledo comparten una misma preocupación: la urgencia de preservar su legado, de sostener su vida cotidiana y de garantizar un turismo que mire al futuro sin devorar lo que hace únicas a estas localidades. Este es el mensaje que ha resonado en la mesa redonda ‘Ciudades patrimonio de Castilla-La Mancha como motor turístico y económico’, celebrada en el II Foro de la Asociación Club Conecta, donde alcaldes y responsables municipales pusieron palabras a un problema que avanza en silencio.
Almagro y el reto de sostener un patrimonio que pesa —y que merece futuro
El alcalde de Almagro, Francisco Ureña, ha hablado sin rodeos. El patrimonio es una riqueza… pero también una responsabilidad que los ayuntamientos no siempre pueden sostener solos. Ha subrayado que muchos de los edificios históricos de la ciudad son de titularidad municipal, y que los presupuestos locales, por sí solos, no alcanzan para mantenerlos como merecen.
Ureña ha abierto también un debate que tarde o temprano, dijo, Castilla-La Mancha deberá afrontar: la regulación de la tasa turística. Ha reclamado que las Cortes regionales habiliten el marco legal que permita a los municipios aplicarla o no en función de sus necesidades reales. Y ha añadido otro desafío clave: el equilibrio entre la vida de los vecinos y las oleadas de visitantes que llegan cada año. Porque, aunque el turismo sea el motor de estas ciudades, la convivencia debe ser sostenible, amable y compatible con el día a día de quienes las habitan.
Almadén pide políticas útiles y reales para evitar que la España vaciada se quede en discurso
La alcaldesa de Almadén, Raquel Jurado, ha puesto el acento en algo que muchas veces se pierde entre la teoría y el titular: la política útil, la que pisa tierra. Ha recordado que todos hablan de la España vaciada, pero ha advertido que el discurso no sirve si no se traduce en resultados tangibles para los vecinos.
Almadén, ha señalado, arrastra numerosas necesidades y un patrimonio inmenso que requiere atención continua. Jurado ha citado el plan de sostenibilidad que gestiona el Ayuntamiento para toda la comarca y ha alertado de las dificultades que supondrá ejecutarlo y justificarlo. Ha explicado, con sinceridad, que a veces el esfuerzo que exige un proyecto supera sus beneficios reales para municipios tan pequeños, con estructuras administrativas limitadas.
Sigüenza defiende su modelo: esfuerzo, inversión y la mirada puesta en la UNESCO
La alcaldesa de Sigüenza, María Jesús Merino, respondía defendiendo la utilidad de los planes de sostenibilidad. En su municipio —recordaba— han permitido invertir 1,5 millones de euros, «el impulso que nos ha abierto el camino para estar en la línea de salida hacia la declaración de Patrimonio de la Humanidad».
Merino ha insistido en un punto que preocupa a muchos pequeños ayuntamientos: las cargas administrativas. Aseguró que consistorios como el suyo deben enfrentarse a gestiones casi idénticas a las de una capital de provincia, a pesar de contar con plantillas y recursos incomparables.
También se declaraba abiertamente partidaria de la tasa turística, defendiendo que cada localidad tenga la libertad de aplicarla según su realidad. Y vinculaba el futuro de Sigüenza a tres pilares: normativa clara, Estatuto del Pequeño Municipio y vivienda.
Toledo apuesta por un turismo de calidad que financie la conservación del patrimonio
En la capital regional, la mirada está puesta en un turismo de calidad que permita proteger lo que hace única a la ciudad. El concejal de Turismo, José Manuel Velasco, ha defendido que las tasas o precios asociados a ciertos recursos patrimoniales no deben entenderse como barreras, sino como herramientas necesarias. Sin financiación, ha dicho, el patrimonio no se rehabilita y las actividades culturales no se sostienen.
Velasco reivindica un turismo responsable que rompa con la turismofobia y con la idea de que los visitantes son un enemigo. «El turismo es riqueza para nuestras ciudades», afirmaba, recordando que sin él sería imposible reinvertir en vivienda, en actividad cultural o en la mejora cotidiana de la ciudad.
Cuatro voces y un mismo mensaje: proteger lo que somos
De Almagro a Sigüenza, de Almadén a Toledo, el diagnóstico se repite: falta financiación, falta flexibilidad normativa y falta una política que entienda que el patrimonio no es un lujo, sino un activo económico y emocional para toda Castilla-La Mancha.
Los representantes municipales coinciden en que el futuro pasa por un turismo ordenado, una gestión realista y una normativa que dé aire a los municipios pequeños. Porque lo que está en juego no es solo la belleza de sus calles, sino la vida que late dentro de ellas.
Y, mientras Castilla-La Mancha busca su lugar en el mapa del turismo internacional, estas cuatro ciudades recuerdan algo esencial: ningún patrimonio se conserva solo. Para mantener viva su historia, necesitan herramientas, apoyo y una política que deje huella… en el buen sentido.