Jesús Julio Carnero y el Valladolid tras Óscar Puente: «Nos hemos encontrado con un muro»

Jesús Julio Carnero (Aspariegos, Zamora, 1964) es alcalde de Valladolid desde junio de 2023, tras obtener 758 votos menos que el actual ministro de Transportes, Óscar Puente, pero consiguiendo un acuerdo de gobierno con Vox que compara con «un matrimonio». Amable y cercano, el regidor 'popular' concede a El Debate una entrevista en su despacho de la Casa Consistorial. Desde allí aborda asuntos cruciales para la ciudad, como la multimillonaria estación de tren impuesta por el exregidor vallisoletano, que condena el soterramiento de las las vías que parten en dos la ciudad, o la posible venta de un Real Valladolid en horas bajas por parte de Ronaldo: «Ojalá se materialice».

–Hace un par de años, justo antes de que se convirtiera en alcalde, señalaba en una entrevista con El Debate que su entonces hipotético Gobierno se centraría en asuntos como la movilidad o la limpieza. ¿Qué balance hace de estos dos asuntos y del resto de acciones llevadas a cabo hasta este ecuador del mandato?

–Bien, el balance no puede ser más que positivo. Yo creo que Valladolid se está transformando en todos los sentidos y haciendo hincapié en ámbitos tan importantes como la movilidad, que nosotros siempre hemos hablado que fuera de convivencia y lo estamos consiguiendo. Queremos que haya peatones, que haya ciclistas, que haya personas que utilicen el transporte privado, pero también que utilicen el transporte público. Y en todos estos ámbitos estamos incidiendo, con obras en muchos casos transformativas. Piense usted que hemos incrementado más de un 10 % la infraestructura de carriles bici en la ciudad a lo largo de estos dos años. Por tanto, estamos hablando de una apuesta, que lo sigue siendo, por la bicicleta, pero una apuesta racional, planificada, que permita que pueda haber esa convivencia. El próximo mes de mayo nuestra intención es abrir ya el paseo de Isabel la Católica con el nuevo carril bici, que va a permitir que puedan convivir las personas que circulan en vehículos, bien sea públicos, bien sean privados, con las personas que quieran hacerlo en bicicleta. Es por tanto, una apuesta por la movilidad que haga a la ciudad de Valladolid una ciudad más vivible.

La única interlocución que tengo con el exalcalde es la epistolar, que yo mantengo y que no tiene el 99 % de las veces respuesta

Bien es cierto que en este momento estamos atravesando, y la palabra atravesar la utilizo en sentido positivo, por un elenco de obras que las distintas administraciones están acometiendo. Tanto la administración del Estado, con el arreglo de la VA- 20, como la propia administración regional, con la red de calor, entre otras obras, como las propias actuaciones municipales, que hacen que se esté molestando, incordiando al vecino, a la vecina, al ciudadano en definitiva, y desde aquí pedirles disculpas.

La limpieza, sin lugar a dudas, es otro de los grandes retos en el cual nosotros estamos haciendo una inversión importante, una inversión que no estamos haciendo en ninguna otra área con ese cariz, tanto desde el punto de vista de los recursos humanos como desde el punto de vista de los recursos materiales en los cuales estamos incidiendo para conseguir que Valladolid sea una ciudad mucho más limpia. Lo es ya, pero queremos que lo sea todavía aún más. En resumidas cuentas, estamos en transición. Estamos en los entornos de la mitad de la legislatura y por tanto tenemos una dinámica puesta en marcha muy clara y de apuesta a favor de hacer de Valladolid una ciudad atractiva, una ciudad vivible, una ciudad, en definitiva, que permita a cualquiera que quiera vivir en ella poder hacerlo con todas las garantías desde el punto de vista del bienestar y la seguridad.

–Hace dos años también se refería al soterramiento de las vías del tren como un derecho «irrenunciable», algo que llevaba en su programa. ¿Cómo asumirá este asunto en los próximos dos años desde la Alcaldía?

–Yo lo único que puedo decirles es que nosotros estamos haciendo nuestro trabajo y nuestro trabajo pasa por seguir pidiendo que Valladolid se merece tener soterrada la vía del tren. Nos hemos encontrado con un frontón, un muro, aparte del propio de la vía, que es el muro del anterior alcalde, que resulta que es el ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, y por tanto nuestro trabajo se está realizando, que es el de la exigencia de pedir la modificación del Convenio de integración del año 2017 y transitar hacia un modelo que es el modelo del soterramiento. Previamente a ello, con el correspondiente diálogo. Eso hoy por hoy no se puede dar. Nosotros no vamos a cejar en el empeño y esperemos que haya tiempos mejores para abordar una obra que es una obra copernicana en lo que es la estructura propia de la ciudad, como lo han sido otras muchas: el desvío de la Esgueva, la llegada del tren a la ciudad de Valladolid en el siglo XIX o la llegada del Canal de Castilla a la ciudad de Valladolid. Obras que dieron lugar a una transformación rotunda de la ciudad, como ha acontecido en muchas otras ciudades que han acometido el soterramiento. No estamos pidiendo nada extraño ni nada inalcanzable. Estamos pidiendo algo que es aprehensible, que es exigible, que es eliminar el muro que divide la ciudad y crear el gran bulevar que atravesaría toda la ciudad de este a oeste. De eso se trata.

–¿Ha podido analizar al detalle si la futura estación de tren anunciada por el ministro Óscar Puente es finalmente incompatible con el soterramiento?

–El análisis que he hecho es el análisis de lo que han señalado los técnicos de Adif, que hablan de la incompatibilidad. Bueno, algo incomprensible, porque se puede entender que no se quiera acometer una actuación en un momento determinado, pero hipotecar el futuro... Eso no es bueno en ninguna acción humana. Pero en la acción pública, en la acción política, a mí me parece, sin lugar a dudas, algo descabellado. Por tanto, nosotros ahí seguiremos trabajando. Bienvenida la estación de trenes. Todo lo que sean grandes inversiones en la ciudad de Valladolid vamos a defenderlas, pero también vamos a defender el interés de la ciudad, que eso nadie lo dude.

–Si no me equivoco, el anuncio de esa estación le vino completamente por sorpresa. ¿Está manteniendo actualmente algún tipo de contacto para tratar este asunto con el ministro y exalcalde después del sorpresivo anuncio del proyecto?

–La única interlocución que tengo con el exalcalde es la epistolar, que yo mantengo y que no tiene el 99 % de las veces respuesta. Por tanto, como bien dice usted, nos enteramos en una convocatoria que se nos hizo pública como al resto de ciudadanos. No hay ninguna interlocución más allá de la estricta y meramente legal y además ésta es parca también y muy exigua y muy escasa. Y por tanto, como digo, bienvenida a la estación. Pero nosotros no vamos a renunciar a defender los derechos de la ciudad de Valladolid en todo momento, porque es lo que nos compete. Esto es lo importante. Yo, hombre, creo que a los municipios, a los ayuntamientos, a las ciudades, a los pueblos, hay que tenerles respeto. Y el respeto como se materializa principalmente es a través de la comunicación y el diálogo, no a través de la imposición y la decisión unilateral.

–¿Está aprovechando la ciudad el hecho de que dos vallisoletanos como Ana Redondo y el propio Puente formen parte del Gobierno de Pedro Sánchez?

–No es que esté desaprovechado, es que está resultando algo inimaginable también desde el punto de vista de muchas de las cuestiones que podía haber conseguido esta ciudad gracias precisamente a la presencia de dos ministros vallisoletanos. Y no solo nos estamos viendo imposibilitados a conseguirlo, sino, además, que de alguna manera estamos percibiendo una falta de acción por parte de sus representantes en la consecución. Y podemos hablar de un montón de circunstancias. Acaba de acontecer con la no posibilidad de que acometamos el Museo del Cine en una ciudad con esa impronta tan grande en materia de cine como es la ciudad de Valladolid. Pero hace poco aconteció con la Cumbre Iberoamericana que, haciéndose este año una celebración, un acontecimiento tan universalmente importante como es el 475º aniversario de la Controversia de Valladolid, bien se podía haber celebrado en el año 2026 la Cumbre Iberoamericana. No se celebran los dos acontecimientos, que se quedan en Madrid. Por eso le digo que no solo no está siendo aprovechada, sino que no estamos consiguiendo nada que permita que Valladolid pueda presumir de que tiene ministros en el Gobierno de España y defiende los intereses de la ciudad en cualquier ámbito. No hemos conseguido tampoco el que pueda llegar un parador nacional. Nuestro apoyo, y quiero decirlo muy alto, es el que estamos recibiendo de Alfonso Fernández Mañueco en el Gobierno de la Junta de Castilla y León. Si no fuera por ello, no sé qué sería de los vallisoletanos.

–Cambiando de tema, ¿cree que Ronaldo venderá el Real Valladolid con usted portando el bastón de mando?

–Pues mire, esa es una pregunta de difícil contestación. Lo lógico es que se tenga que producir, pero, claro, estamos en una economía liberal y para que uno pueda comprar otro tiene que querer vender. Todo apunta a que pueda acabar materializándose. Ojalá se materialice.

–¿Cómo afecta la inestabilidad en la gestión del club a la remodelación del estadio y la construcción de la ciudad deportiva?

–Nosotros seguimos trabajando internamente, pero lógicamente afecta. Si hubiera una clara estabilidad, tanto desde el punto de vista deportivo como desde el punto de vista gerencial, eso facilitaría las cosas. Nosotros llevamos una buenísima interlocución con todos y cada uno de los representantes que en cada momento ha tenido el club y ahora lo seguimos manteniendo, por supuesto. Pero, lógicamente, como usted podrá imaginar, eso siempre acaba afectando. Nuestra intención sigue siendo la inicial: trabajamos en la línea de llevar a cabo en paralelo la ciudad deportiva y el inicio de la remodelación del estadio.

–¿Tiene trato hoy en día con el exfutbolista brasileño?

–No. El trato con quien lo tengo es con los representantes de Ronaldo, tanto algunos de los que han estado directamente implicados como los actuales dirigentes del club, con los cuales mantenemos una relación estupenda, ejemplar y de comunicación fluida en el día a día. Esta misma mañana.

Las coaliciones son matrimonios y los matrimonios son lugares de encuentro donde lo importante es que salga el bien propositivo que se pretende en ese matrimonio

–Hablando de relaciones, ¿es fluida también la que mantienen en el día a día con Vox?

–Bueno, es una buena relación. Mire usted, las coaliciones son matrimonios y los matrimonios son lugares de encuentro donde lo importante es que salga el bien propositivo que se pretende en ese matrimonio. Aquí de lo que se trata es sacar adelante el proyecto de la ciudad de Valladolid y yo creo que en eso estamos comprometidos ambos partidos y los responsables de dichos partidos, con independencia de que haya determinados trapos que haya que lavar dentro. Eso ocurre en el mejor de los matrimonios, pero lo importante es el proyecto y el proyecto es que Valladolid, hoy por hoy, es una ciudad más vivible, en la cual nuestras personas mayores, nuestros jóvenes, tienen un lugar de encuentro que se llama Valladolid y además una ciudad mucho más atractiva desde el punto de vista empresarial, que está ahí con un grandísimo proyecto como es Valladolid Now y que permite o quiere conseguir atraer inversiones, atraer proyectos a la ciudad de Valladolid, tan importantes para el desarrollo económico y social de esta ciudad. Por tanto, el proyecto se llama Valladolid y es un proyecto en el que ambas formaciones están implicadas, cada una desde su posicionamiento ideológico.

–Quizás es más sencillo convivir aquí con Vox que en otros gobiernos de coalición con los 'populares'…

–No lo sé. Yo en otros lugares no lo sé. Yo lo que sí sé es que he tenido ya situaciones de gobiernos de coalición e, insisto, un Gobierno de coalición es un proyecto, un objetivo, un desiderátum puesto en común y un tránsito que hay que recorrer, que muchas veces pues tiene problemas, tiene discusiones, pero esas discusiones, esos problemas, hay que superarlos por el proyecto definitivo.

–¿Qué pueden esperar los vallisoletanos de sus dos próximos años en el Consistorio pucelano?

–Que vamos a seguir consolidando muchos de los proyectos en los que estamos embarcados, que vamos a iniciar algunos otros y, en todo caso, que sepan que la ciudad en este momento, como le decía al principio, es una ciudad mucho más habitable y lo va a ser en un futuro inmediato, con la puesta en marcha del servicio de distintas infraestructuras que tenemos ahora precisamente en distintas actuaciones y en ejecución.

Me gustaría volver a ser candidato por mi partido en las próximas elecciones

–¿Confía en que su nombre aparezca encabezando la lista del PP en las próximas elecciones municipales?

–Bueno, yo nunca he pedido en política nada, ni he rehusado nada en política. Soy de esos políticos que entré y que se creyó esa máxima de Calderón que en política se está para servir en primer lugar y que ni se puede pedir nada ni se puede rehusar. De hecho, yo estoy aquí por eso precisamente. Pero sí que es cierto que me parece tan atractiva la función y el servicio que en este momento yo estoy realizando como alcalde de la ciudad de Valladolid, que a mí me gustaría volver a ser candidato por mi partido en las próximas elecciones a celebrar en el año 2027. Y si los ciudadanos me dan su confianza, volver a ser el alcalde de la ciudad. Entre otras cosas porque el ejercicio de esta responsabilidad es la de mayor dignidad y orgullo que puede tener un político. Ser alcalde y además alcalde de una ciudad como es la ciudad de Valladolid. Y, en segundo lugar, porque los proyectos necesitan un alcance temporal y exigen necesariamente el estar ahí. Por tanto, sí que me gustaría repetir como candidato y espero que así lo tenga bien mi partido.

–Hace ahora cuatro años se podría decir que usted volvió a nacer tras superar el coronavirus. ¿Cómo ha cambiado su vida desde entonces, más allá de la política?

–Bueno, me ha cambiado totalmente. Soy una persona totalmente distinta, porque de alguna manera eso me permite afrontar los problemas y la relación que mantienes con los problemas desde otra perspectiva, muchísimo más directa y muchísimo más cercana. Mire, lo más importante que tiene el ser humano, sin lugar a dudas, es la capacidad de poder ayudar. A mí me ayudaron muchísimo, me ayudaron como no puede nadie imaginar. Y yo lo que trato es, en la medida de mis posibilidades, también con mi función y con mi estar en el día a día, ayudar a los demás. Esa es la percepción más importante. Una enfermedad de ese alcance es como una especie de exfoliante. No solo externo, sino también interno. Yo me debo a esa nueva idea y esa manera de ser y de estar. Y siempre agradeciendo el trabajo y el esfuerzo del personal sanitario, que es para quitarse el sombrero. Por lo menos el personal sanitario que yo conozco del Sacyl. Y, en segundo lugar, también es para quitarse el sombrero, acordándose de todas las personas que por el camino se quedaron y de los familiares que perdieron a todas esas personas.