La localidad de Frías, en Burgos, con su castillo medieval al fondo
Así es Frías, la ciudad más pequeña de España
Con 270 habitantes, cuenta con un imponente castillo y un rico pasado que explica que el Papa Juan II le concediera el título de ciudad
No es solo una de las localidades más bonitas de Castilla y León, sino la ciudad más pequeña de España. Frías, en Burgos, tiene rango de ciudad aunque apenas cuenta con 270 habitantes. Su majestuoso urbanismo y su rico patrimonio arquitectónico y cultural dan varias pistas sobre por qué con una población que podría entrar en algunos edificios tiene tal distinción.
Como apunta el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones en su ficha sobre la localidad, en la Edad Media, Frías era un paso natural de la meseta castellana hacia el norte de la Península, «lo que explica su impresionante puente fortificado sobre el Ebro, el único autorizado en la zona durante el reinado de Alfonso VIII para el paso de animales y gentes».
Y es que en la época, Frías se convirtió en un asentamiento importante y el viejo bastión, que tal vez sea de origen musulmán, se amplió hasta convertirse en un imponente castillo que garantizaba la seguridad de sus habitantes y la estabilidad en la linde fronteriza.
La localidad burgalesa tuvo fueros propios, privilegios tributarios y, en el siglo XV, el Papa Juan II le otorgó el título de ciudad, con el que cuenta hoy. Gracias a la ganadería, la agricultura y el comercio, creció hasta contar sobre el año 1600 con más de 2.000 habitantes.
Iglesia de Frías, en Burgos
De Frías destaca su citado castillo, sus casas colgantes y, en general, sus calles medievales. Asimismo, destaca la Iglesia de San Vicente, cuyo pórtico románico se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Vista panorámica de la ciudad de Frías, la más pequeña de España
Frías fue tierra de emigrantes, que la fueron despoblando, muchos de ellos al partir hacia América en busca de fortuna, como tantos españoles a lo largo de la historia.
En la actualidad, ya sin fueros ni privilegios tributarios, y sin arciprestazgo, Frías es un peculiar rincón con gran interés turístico en el que destacan, además de su urbanismo, su gastronomía o la Fiesta del Capitán, que se celebra en junio en conmemoración del levantamiento popular contra el Conde de Haro, quien «poco a poco fue quitando los fueros, además de ir subiendo los impuestos, lo que colmó la paciencia de los vecinos, que se negaban a pagarlos cuatro años después de haber perdido sus libertades», detalla el Ministerio de Inclusión.