Un oso pardo cantábrico, en una imagen de archivo
Una comarca leonesa, en pánico ante el aumento de osos: «Matan por matar»
Estos peligrosos animales llegan a zonas donde antes no lo hacían y cada vez se acercan más a los humanos
La Junta pide a los vecinos que no actúen por su cuenta tras el incremento de ataques al ganado
El oso pardo ibérico, una bestia que puede llegar a alcanzar hasta 200 kilos de peso, se está extendiendo por el norte de León de tal manera que su presencia ya está provocando el pánico en la comarca natural de Laciana, donde los ganaderos vienen días denunciando la multiplicación de ataques sobre el ganado. De hecho, incluso le atribuyen indirectamente a esta especie la muerte de Roberto Guantes, un pastor de 36 años que murió hace unos días de un infarto al corazón tras ver cómo un úrsido había matado a varias de sus ovejas y mientras buscaba a las que le faltaban.
La indignación y el miedo que se extiende por Laciana la sintetiza la Junta Vecinal y la Asociación de Ganaderos de Caboalles de Abajo (ASGA) que, en un comunicado, denuncia «los múltiples ataques de osos a la cabaña ganadera» de la comarca durante los últimos meses, que «están ocasionando graves perjuicios a los ganaderos de ovino». «En la actualidad, estos ataques se producen no solo en los montes y pastos, sino también entrando en cuadras y en medio de las casas, lo que supone un riesgo añadido para la seguridad de personas y animales», explican. Esto se ejemplifica, por ejemplo, con unas imágenes que han circulado las últimas jornadas en las que aparece una osa con tres oseznos paseando por el medio del pueblo de Sosa.
Los vecinos –que ya van al monte en estado de alerta–, y el sector ganadero aseveran que «conscientes de la necesidad de convivencia, aplican todas las medidas preventivas disponibles, uso de mastines, encuadre del ganado, vigilancia constante. Sin embargo, estas actuaciones resultan insuficientes, pues los ataques continúan. Además, la actitud de algunos ejemplares de oso no es normal: matan por matar, de forma similar a lo que ocurre con los lobos, en la misma noche lo hacen en distintas zonas dejando a su paso varios animales muertos».
La convivencia con la fauna salvaje cada vez resulta más difícil
Es por ello que exigen tanto a la Junta de Castilla y León como a la Fundación Oso Pardo «que se adopten medidas urgentes y eficaces para frenar esta situación, que ya se ha convertido en un verdadero problema para la supervivencia de la ganadería extensiva en la comarca». Y es que, además, denuncian «la excesiva burocracia y tardanza en el cobro de indemnizaciones, muchas veces rechazadas por motivos que consideramos insuficientes». «En la mayoría de los casos, las resoluciones se demoran más de un año, y las que finalmente se abonan, las cuantías no reflejan el valor real de los animales ni los daños ocasionados», lamentan.
Vista de Caboalles de Abajo, en la comarca de Laciana (León)
El comunicado prosigue instando a las administraciones a que otorguen unas indemnizaciones «justas, ágiles y realistas, acordes al perjuicio sufrido, y que se reconozca el esfuerzo de los ganaderos por mantener la actividad en un territorio donde la convivencia con la fauna salvaje cada vez resulta más difícil». Como recuerdan, «la ganadería extensiva es un pilar económico, social y cultural en Laciana. No podemos permitir que quede arrinconada por la falta de soluciones efectivas ante un problema que pone en riesgo nuestro futuro». «Esperamos no tener que lamentar incidentes con las personas por la falta de reacción de las administraciones competentes», zanjan.
La Junta ha pedido a los vecinos que no actúen por su cuenta
Desde el Gobierno autonómico, se han pronunciado sobre este asunto este lunes. El consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha agradecido a los vecinos «su paciencia y buen manejo de la situación», si bien les ha instado a que ante cualquier circunstancia, «no obren por su cuenta», sino que «den aviso al 1-1-2, desde donde se les dirá lo que hay que hacer».
Suárez-Quiñones ha apuntado a que el hecho de que «el oso esté llegando a lugares que no llegaba es una consecuencia del incremento de la población», por lo que se ha congratulado por el hecho de que «una especie que estaba en peligro de extinción en la zona cantábrica se haya recuperado a través de programas trabajados por Asturias, Cantabria y Castilla y León», de forma que mientras que antes había poblaciones dispersas en toda la zona cantábrica, «ahora pues hay una población continua y de mucho interés desde el punto de vista ecológico y medioambiental».
Radiomarcaje de ejemplares de oso pardo en Castilla y León
Sin embargo, como recoge Ical, ha admitido que este incremento de ejemplares «conlleva consecuencias», como que «se acerque a poblaciones, a los contenedores, a los árboles frutales y a lugares a los que no debería acercarse». En todo caso, el consejero de Medio Ambiente se ha mostrado convencido de que «las personas de la zona de Laciana conocen muy bien el oso y saben manejar muy bien la situación».
El consejero del ramo, asimismo, ha indicado que, con el fin de «mejorar la situación y ayudar», la Junta de Castilla y León ha constituido las Patrullas Oso, que viven en la zona, lo que «permite la rápida intervención ante cualquier aparición».