Un ganadero díscolo desata una crisis en León con sus vacas sueltas: «Si él no actúa, lo hará la Administración»

Riofrío del Órbigo (León), una pedanía del municipio de Quintana del Castillo, podría poner fin a un conflicto que dura ya casi dos años, y que se ha convertido en una auténtica pesadilla para los vecinos de la zona. El origen del problema es un rebaño de cerca de 30 vacas que deambula sin control por huertos, carreteras y fincas particulares, y hasta ha provocado cinco accidentes de tráfico en los últimos meses. Ahora, el dueño del ganado se ha comprometido a guardar las reses en su finca en un plazo máximo de 15 días. Si no cumple, la Administración tomará medidas.

El compromiso del ganadero llega después de una reunión celebrada el viernes en la que participaron la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León, la Sección de Ganadería, y los ayuntamientos de Carrizo de la Ribera (donde se encuentra la explotación) y Quintana del Castillo, municipio afectado por el tránsito del ganado.

En dicho encuentro, se advirtió al ganadero de que el tránsito de reses por carreteras y parcelas privadas no podrá prolongarse más allá del plazo fijado. En el caso de que no cumpla, Agricultura activará el plan B, que incluye la recogida del rebaño por una empresa autorizada y la identificación individual de todas las reses por parte de los servicios veterinarios. Todo el proceso, desde la captura hasta la posible subasta de las vacas, será costeado por el ganadero, según explica el alcalde de Quintana del Castillo, Manuel Menéndez Omaña, a este periódico.

El regidor asegura que el propietario de las vacas mostró una actitud más colaboradora que en ocasiones anteriores, aunque recibe el compromiso con reservas: «Buena predisposición, sí; aunque tenemos que esperar a ver si cumple lo acordado. Si no actúa, lo hará la Administración». Menéndez recuerda que la promesa de encerrar el ganado ya se había escuchado antes «de palabra», sin resultados, y subraya que esta vez el plazo queda fijado de forma oficial.

El alcalde, que pide prudencia a los vecinos hasta comprobar que la situación se normaliza, relata que en últimos días se han visto menos vacas sueltas por la zona, aunque todavía existen animales fuera de la explotación. «El problema existe desde hace casi dos años, pero en los últimos meses ha sido crítico», denuncia. Antes de la reunión, el ganadero sostenía que terceras personas le estaban cortando los alambres del vallado para perjudicarle y expulsarle de la zona.

Falta de medios

En el plano competencial, la situación es especialmente complicada para Quintana del Castillo. El municipio cuenta con 800 habitantes repartidos en 13 pueblos, sin policía local ni personal suficiente para controlar un problema que no se origina en su término, por eso han tenido que pedir ayuda en repetidas ocasiones.

«Nosotros no tenemos competencias, ni medios, ni personal; dependemos de la Junta y de la Guardia Civil», recuerda el alcalde, que antes del encuentro remitió varios escritos tanto a la Delegación Territorial como a la Subdelegación del Gobierno para informar de los incidentes y pedir ayuda.