Perro lobo detectado en ÁvilaCedida a El Debate por Isidro Borrego Navalón

Una peligrosa hibridación de perros lobos se extiende por España desde Ávila y un experto avisa: «Hay que eliminarlos cuanto antes»

Estos animales, de gran tamaño y que se reproducen con mayor facilidad, temen menos al hombre y ponen en peligro la propia existencia del lobo ibérico

Son negros, pesan entre ocho y diez kilos más que un lobo ibérico –hasta los 67–, se reproducen con mayor facilidad y se están extendiendo por tres comunidades autónomas «sin que las autoridades estén haciendo nada». El centro peninsular está siendo testigo de una introgresión genética fruto de la hibridación entre perros y lobos que está generando esta suerte de ejemplares que suponen un peligro tanto para el ganado como para la propia especie de cánido salvaje ibérica.

El Debate muestra las imágenes de varios de ellos, tanto recorriendo el monte, como depredando sobre el ganado. Y también muertos. Y es que en apenas ocho años se han abatido 17 perros lobos con estos rasgos. Así lo denuncia el salmantino Isidro Borrego Navalón, trabajador de un laboratorio de diagnóstico genético, cazador y un gran experto en el Canis lupus signatus, sobre el que ha escrito varios libros. Sus conocimientos y su visión sobre el estatus del gran depredador español le llevaron el pasado enero a ser el encargado de la primera ponencia del I Congreso Nacional del Lobo, en un acto en el Congreso de los Diputados avalado por Vox.

Borrego atiende a este diario tras publicar en algunos medios un breve estudio sobre este animal, titulado El impacto negativo de la introgresión genética en 'Canis lupus signatus'. En el mismo, el experto aborda cómo en las últimas décadas se han detectado numerosos casos de hibridación en la Comunidad de Madrid, sur de Castilla y León y Extremadura, «con una presencia creciente de híbridos negros, algunos de gran tamaño, que presentan rasgos físicos y comportamentales incompatibles con el estándar del lobo ibérico».

El origen de la hibridación habría sido el cruce entre una loba de Ávila y un pastor alsaciano de Madrid

El coto a la caza del lobo llevada por España en los últimos años ha propiciado la expansión del lobo hacia el sur del río Duero, lo que unido «a la baja densidad de ejemplares en algunas zonas y a la asincronía reproductiva entre perro y lobo, ha favorecido los cruzamientos». Todo empezó, según los registros de Borrego, en 2017, cuando una loba del sur de Ávila cruzó a Madrid y allí fue cubierta por un pastor alsaciano de un ganadero de la zona.

Ejemplar de perro lobo abatidoCedida a El Debate por Isidro Borrego Navalón

«De esa unión nacieron cuatro híbridos completamente negros que se dispersaron rápidamente hacia la provincia de Ávila», apunta el experto, quien añade que «cruzamientos sucesivos han originado un grupo numeroso de híbridos de capa negra que, a través de las comarcas del Valle del Alberche y Tierra de Pinares junto con la colindante Sierra de la Paramera, han colonizado ambas vertientes de la Sierra de Gredos».

Esto es, estos perros lobos negros ya se dispersan, además de por Ávila y Madrid, por Cáceres. Algo que, afirma, está en conocimiento de los tres gobiernos autonómicos, que «no tienen ningún plan de contingencia» para afrontar este problema. «Curiosamente, la provincia de Ávila es la que más daños al ganado tiene a nivel de Castilla y León», desliza el experto, quien precisa que son Zamora, León y Palencia donde más lobos hay censados. En 2024, del total de 3.576 ataques de lobos al ganado registrados en la Comunidad, 1.439 fueron en Ávila.

Borrego tiene muy localizados los ejemplares que se han detectado en los últimos tiempos y cómo se están reproduciendo. Así, en solo los dos últimos años se han reportado al norte de Gredos (Ávila) una manada con nueve individuos negros, de talla superior a la habitual, campeando por la reserva; varios híbridos en la Sierra de las Parameras, Valle del Alberche y Tierra de Pinares (Ávila); en Guijo de Santa Bárbara (Cáceres), una hembra híbrida negra y un macho de lobo produjeron cinco crías: tres negras y dos fenotípicamente ibéricas; y el pasado invierno, en Junciana (Ávila), una hembra de hibrido y un macho de lobo entraron en varios puestos a la montería de enero.

Malos para el ganado y para el lobo

Según Borrego, «estos animales desbancan a los alfas de las manadas, porque en vez de criar una sola loba en la manada, que es la hembra del alfa, cría más de una hembra». «Estas hembras híbridas tienen muchas más crías rápidamente, pero es que entran varias hembras al mismo tiempo en celo en las manadas y no se ciñen al comportamiento de quedarse preñadas en el invierno».

Ejemplar de lobo ibérico en EspañaEuropa Press

Como apunta el cazador, «la continua dispersión de los lobos hacia el sur peninsular favorece los cruzamientos con perros cuando las hembras en celo no encuentran congéneres», pero es que, asimismo, los machos de estos perros lobos de gran tamaño «desbancan fácilmente a los machos alfa de las manadas de lobo», por lo que su genética prevalece. Ello ha desembocado en que los híbridos muestren problemas «como displasias, orejas caídas, mayor peso y menor temor al ser humano».

Esos animales no pueden continuar en la naturalezaIsidro Borrego Navalón

Estos perros lobos, sin embargo, están fuera de las estadísticas. Las manadas de estas zonas, refiere Borrego Navalón, pueden ser de lobos, mixtas o solo de perros lobos, aunque son catalogados simplemente como lobos todas ellas. «Pero realmente no son lobos», apunta el experto, quien ve clara la solución ante estos híbridos con estas características tan concretas: «Hay que eliminarlos cuanto antes».

«Lo que pasa –precisa– es que luego hay algunas manadas híbridas que tienen el fenotipo parecido al Canis lupus y con esos lo que hay que hacer es capturarlos y hacerles un estudio genético, que es muy rápido». Si esos animales no son un Canis lupus signatus, «lo que tienes que hacer es eliminarlos automáticamente, ya no dejarlos, no devolverlos a la naturaleza. Se hace un sacrificio lo más ético posible, pero esos animales no pueden continuar en la naturaleza», zanja.