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16 de abril de 2024

Pere Aragonès y Laura Borràs durante la campaña electoral de 2021

Pere Aragonès y Laura Borràs durante la campaña electoral de 2021EFE

Laberinto catalán

Municipales 2023: la próxima batalla independentista no es contra España, sino entre ellos

Casi el 80 % de las 947 alcaldías de Cataluña están en manos de partidos independentistas. Junts ostenta 370 y cuenta con 2.804 concejales de los 9.076 que forman parte de los plenarios de los ayuntamientos catalanes. ERC controla 359 municipios y tiene 3.107 concejales

A pesar de que las cifras parecen muy parejas, las últimas elecciones municipales supusieron un vuelco en la política catalana con la primera victoria de ERC desde la II República. Ese resultado fue la antesala de la victoria de ERC en las elecciones autonómicas de febrero de 2021, también la primera desde República.
Si bien Junts, heredera de la magnífica estructura territorial de CiU, tiene más alcaldías, estas se concentran sobre todo en municipios poco poblados. No obstante, 487 de los 947 municipios catalanes tienen menos de 1.000 habitantes y ahí Junts, el partido de Puigdemont y Borràs, es hegemónico.
Junts –además de concentrar su implantación en vastas áreas del interior de Girona, Lleida y Barcelona– tiene el problema de que 140 de sus alcaldes forman parte aún del PDeCAT y muchos de ellos aún no han decidido bajo qué siglas concurrirán a las elecciones. Los neoconvergentes tienen sus feudos en Girona, donde ya han anunciado que su alcaldesa no repite candidatura y ERC anda al acecho, y en Vic, zona cero del independentismo y donde su victoria no está en cuestión; las municipales de 2019 se saldaron para ellos con decepciones importantes como la pérdida de Sant Cugat del Vallès (el Pozuelo de Alarcón catalán por nivel de renta y tipología social) donde un pacto de ERC, PSC y la antisistema CUP desplazó a los convergentes, hoy Junts, de su histórico feudo.

La batalla de Esquerra

ERC afronta sus primeras municipales desde el poder autonómico y municipal dado que en 2019 conquistaron Lérida y Tarragona, plazas arrebatadas al PSC así como sus diputaciones provinciales. Los republicanos vencieron en Barcelona pero el apoyo de Valls a Colau evitó que la Ciudad Condal cayera en manos separatistas. La diputación de Barcelona, la mayor en presupuesto entre todas las administraciones provinciales de España, está gobernada por el PSC con el apoyo de Junts.
ERC quiere afianzar en mayo del próximo año su poder local y su mejor caladero esté entre los votantes de Junts, pero los pactos en el gobierno catalán como demuestran Sant Cugat y la diputación barcelonesa son difícilmente reproducibles a nivel local donde las bases de ambos partidos están históricamente enfrentadas.
La mayor de las batallas se librará en Barcelona entre ERC, con Ernest Maragall de candidato, y el PSC, con el también eterno aspirante Jaume Collboni. Junts aspira a sumarse si convence al exalcalde Xavier Trias para que sea candidato. Sin mayoría clara para nadie, el PP, Valents o la CUP pueden tener la llave como ya sucedió en 2019 o incluso la mismísima Ada Colau ahora en horas bajas.
ERC tiene dificultades para retener Lérida y Tarragona dado que su gobernanza ha tenido un alto nivel de contestación y tanto desde Junts como desde el PSC no se hace ascos a repetir en esas capitales de provincia el acuerdo de la diputación de Barcelona para limitar el poder de ERC. Ahí el interés de socialistas y puigdemonistas es común.

El papel de los socialistas

El PSC será árbitro de la batalla entre las dos principales fuerzas independentistas. Gobierna con ellos en decenas de ayuntamientos catalanes y, por cierto, en la mitad de ellos no luce la bandera española. El PSC, mayoritario en el área metropolitana de Barcelona donde gobierna grandes municipios como L’Hospitalet, Santa Coloma o Cornellà, siempre juega un papel de acuerdos tácticos que les permita ampliar su poder más allá del entorno de Barcelona.
ERC quiere consolidar su sorpasso a Junts y está apoyada en su base territorial que se resiste a morir definitivamente. El PSC, aliado fiel de ERC en Madrid, practica en los municipios catalanes la promiscuidad política. En todo caso, el porcentaje de municipios catalanes en manos del independentismo variará poco en mayo de 2023. Lo que sí puede experimentar cambios importantes es el mapa de implantación local de las fuerzas constitucionalistas en Cataluña con las previsibles entrada de Vox y salida de Cs de muchos plenarios y la presentación de Valents.
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