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29 de abril de 2024

Inmersión lingüística en catalán

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Cataluña

Un instituto de Sant Pere de Ribes contempla que un monitor de extraescolares sea despedido si no usa el catalán

También un colegio de Terrassa insta a los profesores a dirigirse siempre en catalán, o incluso gesticular, antes que cambiar de lengua

La Generalitat está redoblando la presión para imponer el uso del catalán, no sólo en el ámbito escolar, en las aulas, sino también en otros ámbitos que van más allá, como a la hora del patio, en el comedor o en las actividades extraescolares. En este sentido, el instituto Xaloc de Sant Pere de Ribes (Barcelona) contempla la posibilidad de que un profesor o un monitor de extraescolares no continúen en su puesto de trabajo, sea despedido, en definitiva, si es que no usa el catalán.
En concreto, el proyecto lingüístico deja claro que sólo se contratarán extraescolares que se hagan en catalán: «según el plan educativo de entorno se contratarán actividades realizadas en lengua catalana con la excepción de las actividades organizadas desde las lenguas extranjeras (inglés y alemán)».
En otro punto se recoge que el profesor de referencia debe recordar al encargado de llevar a cabo esa actividad «la importancia de utilizar el catalán, independientemente de la lengua utilizada por los alumnos».
Y en el siguiente apartado, ya se incluye la amenaza si en la actividad no se usa el catalán: «hay que notificarlo a la comisión lingüística que valorará la posibilidad de no seguir con esta actividad».
La presidenta de la AEB, la Asamblea por una Escuela Bilingüe, Ana Losada, lamenta que «en Cataluña hablar castellano puede ser motivo de despido», y de que español sea una «lengua apestada en la escuela» a pesar de ser la mayoritaria de los catalanes.

En un centro de Terrassa, mejor gestos

También hace unos días se conoció el caso de la escuela Pere Viver de Terrassa (Barcelona), que, en su proyecto lingüístico, insta a los profesores a usar «habitualmente» el catalán en las comunicaciones con las familias. Se deja claro que las reuniones serán siempre en catalán, aunque al finalizar se dedicará un tiempo a aquellas familias que no hayan podido entender algún concepto.
Eso sí, el responsable de la reunión no debe cambiar de lengua, aunque sí «modificar su discurso», que consiste en hablar más despacio, utilizar frases sencillas, repetir el contenido más importante e incluso «utilizar la gesticulación».
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