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29 de abril de 2024

Gonzalo de Oro-Pulido en un momento de la entrevista con El Debate

Gonzalo de Oro-Pulido, durante una entrevista con El Debate

Cataluña

Así se aísla a Vox en Barcelona: no se apoyan ni se tramitan sus iniciativas ni se les incluye en reuniones con entidades

La formación que preside Santiago Abascal estudia emprender acciones legales contra este «apartheid institucional»

La comisión de Presidencia del Ayuntamiento de la capital catalana aprobaba hace unos días la propuesta de Barcelona en Comú para aplicar el 'cordón sanitario' a Vox en el consistorio. Iniciativa que salía adelante gracias a los votos favorables de los comunes, pero también del PSC, TriasxBCN y ERC. Estos grupos argumentan que el Ayuntamiento tiene que ser una institución «libre de discursos de odio y en la que no tengan cabida el racismo ni las discriminaciones de ningún tipo». Vox y PP votaron en contra.
Una propuesta que no es más que la «oficialización» de lo que ya viene ocurriendo en el Ayuntamiento de Barcelona desde el mismo día en que los concejales tomaron posesión de su cargo. Quien lo explica a El Debate es el líder del grupo municipal de Vox, Gonzalo de Oro, que destaca que, simplemente, «se ha puesto en papel y con luz y taquígrafos» algo que ya hace meses que están aguantando.
De hecho, el mismo día de constitución del plenario, el día en que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, tomó posesión, ya dejó claro en su discurso que no iba a reunirse con los representantes de Vox. Y así ha sucedido en varias ocasiones. Ya de entrada, en verano se reunió con los distintos grupos municipales para hablar sobre la gobernabilidad de la ciudad. Llevó a cabo una ronda de contactos con todos, menos Vox. Y el alcalde tampoco incluye a esta formación en otras reuniones que mantiene de forma periódica con los líderes de los grupos.

Colau y sus concejales, ni les saludan

También el día de la constitución del plenario, la exalcaldesa, Ada Colau, dijo públicamente que no iba ni siquiera a saludar ni a dar la mano a los concejales de Vox. Y hasta ahora, asegura de Oro, lo «están cumpliendo a rajatabla». Al menos el resto de regidores, apunta, «aunque sea por educación y a nivel personal, tienen un trato exquisito con nosotros».
Pero además, la propuesta aprobada también incluye otros puntos: que Vox no ocupe presidencias de distrito o de comisiones; evitar suscribir iniciativas de impulso y control conjunto con «la extrema derecha» y evitar que sus iniciativas prosperen. Aunque también es grave, para Gonzalo de Oro, otro añadido: «pretenden que ni siquiera nos reunamos con entidades o asociaciones. Y esto es gravísimo, porque están atentando contra el derecho a la participación política, que es un derecho fundamental. Y es atentar directamente contra el resultado de las urnas».
También desde el primer momento se han ido rechazando las iniciativas de Vox. Y lo curioso, como apunta el líder de la formación en Barcelona, es que «nos dicen que están de acuerdo con todo el redactado, pero que votan en contra porque lo presentamos nosotros». De esta forma, se han rechazado propuestas presentadas por Vox en las que se pedían que se dote de más medios a la Guardia Urbana; que se abra un museo Dalí en Barcelona; o tampoco ha prosperado una declaración institucional «aséptica», apunta de Oro, en la que se condenaba «el intento de asesinato de alguien que fue además concejal en Barcelona, de Alejo Vidal-Quadras. Solo el PP la apoyó».
Precisamente, para evitar negociar o hablar con Vox sobre declaraciones institucionales, o que esta formación las pueda «bloquear», se han cambiado los requisitos para poder aprobarlas: ya no se necesita unanimidad y basta con una mayoría cualificada. Y, por supuesto, la formación no preside ninguna comisión municipal, ni tampoco ostenta ninguna presidencia de distrito. Y solo se les concedió dos puestos de asesor.

«Pretenden señalarnos»

Por todas estas cuestiones, Gonzalo de Oro señala que la izquierda y el separatismo, al llevar a cabo esta «apartheid institucional», se están saltando «todas las normas constitucionales y democráticas». Y añadía: «es grave y lo único que pretende es señalarnos, deshumanizarnos y ponernos en el punto de mira. Esto es muy peligroso, porque ya hay muchas agresiones. El 98 % de las agresiones de carácter político en Cataluña se dirigen contra Vox. Y está azuzado desde la administración y es intolerable». Por todos estos motivos, la formación está estudiando «las consecuencias de lo que se ha aprobado y a ver cómo a nivel legal lucharemos contra esto. A ver cómo podemos contraatacar desde el punto de vista legal».
Para el concejal de Vox, el PSC también debería mostrar «más altura institucional», teniendo en cuenta que es partido de gobierno «y se le presupone una responsabilidad mayor». Aunque para de Oro, tampoco ha sido una sorpresa que apoye la propuesta «cuando son los aliados de ETA, de Puigdemont y de todos los enemigos de España».
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