Illa gastó 1,3 millones de euros en Sant Jordi: un millón solo en publicidad y 150.000 euros para celebrarlo en las «embajadas»

El gobierno de Salvador Illa se gastó 1.366.000 euros aproximadamente en la celebración de Sant Jordi. De esa cantidad, un millón se destinó solo a publicidad y 150.000 euros para celebrarlo en las diferentes ‘embajadas’ que la Generalitat tiene repartidas en diferentes países. Así consta en una respuesta del consejero de la Presidencia, Albert Dalmau, al grupo parlamentario de Vox y a la que ha tenido acceso El Debate.

Yendo más al detalle se puede comprobar como, efectivamente, la partida más importante, 1.036.415 euros va destinada al «servicio de inserción en medios de una campaña para celebrar la diada de Sant Jordi (medios impresos, digitales, exterior, radios y algunas acciones en varias cadenas de televisión)», se recoge en esa respuesta parlamentaria. Y de este servicio se encargó la agencia Carat.

Desde luego, el Govern quiso poner toda la carne en el asador en esta diada bajo el lema «Sant Jordi és de tothom» (Sant Jordi es de todos), que fue el eje de esa campaña. Y es que uno de los mantras del ejecutivo catalán, tanto en este caso como, por ejemplo, en el caso del 11 de septiembre, es que tiene que ser de «todos».

Se explicaba entonces por parte del ejecutivo catalán, que se ponía en valor los elementos más emblemáticos de «la fiesta, el libro, la rosa y el dragón», y que el diseño estaba inspirado «en grabados antiguos de la época de la leyenda, que conectan con el imaginario popular y la fuerza simbólica del relato». La campaña se hizo en 11 idiomas.

En este sentido, la consejera de Cultura, Sònia Hernández Almodóvar, dejó claro que se trataba de una fiesta «de la ciudadanía», «en la que no hay casi ningún catalán ni catalana que no participe de una forma u otra en la celebración». Aseguraba que se trataba de un «acontecimiento colectivo» y resaltaba, por supuesto, que «Sant Jordi es de todos».

En esa cantidad se incluiría, por ejemplo, la gran lona que se desplegó en la Gran Vía de Madrid para anunciar las actividades culturales organizadas con motivo de Sant Jordi en la capital, con la idea de «reforzar los lazos entre Cataluña y Madrid».

La celebración en las 'embajadas'

Del resto de la cantidad destinada para Sant Jordi, unos 300.000 euros, prácticamente la mitad se divide entre las celebraciones entre las diferentes embajadas y los actos que se llevaron a cabo en Cataluña, tanto los impulsados desde la propia Generalitat, como las diferentes delegaciones en el territorio.

Con relación a las ‘embajadas’, fue la delegación en la Europa Central, la que gastó más dinero: 22.500 euros. Aquí se llevó un buen pellizco, algo más de 9.000 euros, el servicio de catering, decoración y preparación del espacio En el que se iba a desarrollar el acto en Viena. Y el alquiler del espacio propiamente costó 3.300 euros. También se compraron rosas, libros en diferentes idiomas (inglés, alemán o polaco) y se pagaron actuaciones musicales.

La siguiente delegación con más gasto fue la de Francia, con algo más de 17.000 euros. En este caso, el aperitivo institucional fue mucho más comedido, porque no costó ni 500 euros. A la delegación en el país vecino le sigue la de Estados Unidos y Canadá, que gastó unos 15.000 menos; la de Japón, con unos 14.500 euros; la del Cono Sur, con unos 10.000 euros; y la del Reino Unido e Irlanda, con 8.900. También destaca el gasto de la ‘embajada’ de la Generalitat en Andorra: el gasto fue de 4.740 euros, pero es que 4.000 sirvieron para pagar el concierto de Roger Mas en Andorra la Vella.

Esta diada también se celebró en otras delegaciones, como las de la Unión Europea, África Occidental, Alemania, Brasil, Corea del Sur, Estados Andinos, Italia, México y América Central, Países Nórdicos y Países Bálticos, Portugal o Suiza.

El portavoz del grupo parlamentario de Vox, Joan Garriga, ha lamentado que la Generalitat haya gastado esos 1,3 millones de euros en la celebración de Sant Jordi, sobre todo porque «más de un millón de euros del bolsillo de todos los catalanes va para propaganda y chiringuitos. Es una absoluta vergüenza».

Y recuerda que, mientras tanto, «las listas de espera sanitarias no paran de crecer, nuestros agricultores están ahogados por impuestos y nuestras familias sufren la inflación y la inseguridad. Qué fácil gasta el dinero el PSC, y como se nota que no es suyo, sino de todas las familias catalanas», apostilla Garriga.