El exresponsable de Relaciones Internacionales de CDC Víctor Terradellas, en 2022

El exresponsable de Relaciones Internacionales de CDC Víctor Terradellas, en 2022Europa Press

Cataluña

Muere Víctor Terradellas, el cerebro de la «trama rusa» del ‘procés’ independentista catalán

Se le atribuye ser uno de los principales organizadores de la red de conexiones internacionales para conseguir la independencia de Cataluña

Este domingo, 31 de agosto, ha fallecido el empresario y activista independentista Víctor Terradellas a los 63 años, por graves problemas de salud derivados de un ictus. Fue secretario de relaciones internacionales en Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) cuando la lideraba Artur Mas, y también fue un hombre influyente para Carles Puigdemont.

Natural de Reus, a Terradellas se le atribuye ser el organizador de la conocida como «trama rusa» del procés independentista. Fue el protagonista de un documental estrenado por ARTE France y Capa Presse titulado ¿Europa en las manos de Putin?, que dedicaba el arranque de su primer capítulo – bautizado como Ingenuidades europeas– a explicar dicha la conexión entre la Rusia de Vladimir Putin y los líderes separatistas catalanes.

En dicho documental, Laure Pollez y Christophe Barreyre hablan de los atentados yihadistas llevados a cabo en 2017 tanto en Las Ramblas de Barcelona como en Cambrils. Los autores del documental comentan que tres años después de la anexión de Crimea, el Kremlin detecta una grieta en España, gracias al movimiento independentista de Cataluña: «Moscú ve una ocasión enorme para fracturar un país miembro de la OTAN», se explica.

Los directores dan voz al propio Terradellas, quien explica que, en su campaña para buscar apoyos a la independencia de Cataluña, pidió nombres de personas que lo pudieran acercar al Kremlin. Le sugirieron hablar con Sergei Markov, antiguo diputado del partido de Putin y jefe de sus propagandistas.

También contactó con Nikolay Sadovnikov, uno de los emisarios rusos que se entrevistó con Puigdemont el 26 de octubre de 2017, el día antes de la proclamación de la independencia. Terradellas explica que los rusos ofrecieron 10.000 soldados y ayuda económica, pero que el entonces presidente de la Generalitat no aceptó el ofrecimiento porque defendía un proceso de independencia pacífico.

La investigación de la trama

Esta trama fue investigada por el juez Joaquín Aguirre. En su auto explicaba que, de haber prosperado el proceso de independencia en Cataluña, «habría contado con una puerta trasera para desestabilizar toda la Unión Europea, tanto política como económicamente, mediante el uso fraudulento de criptomonedas».

Y añadía el magistrado que «si el proceso de secesión de Cataluña fracasaba, como ocurrió, la simple existencia del conflicto y la consecuente desestabilización de un país miembro de la OTAN ya representaban una victoria notable para los intereses de Rusia». En su auto el juez Aguirre añadía que Rusia contó en Cataluña «con la cooperación de un elemento subversivo interno, que buscaba ansiosamente el apoyo de una potencia que le ayudase a pagar su deuda y le prestase apoyo político en el momento clave» de la secesión.

Carles Puigdemont, el domingo pasado, en un acto de Junts en el sur de Francia

Carles Puigdemont, en una imagen de archivoJunts

A parte de Carles Puigdemont y Víctor Terradellas, en la trama rusa del procés también estaban implicados otros nombres como Elsa Artadi, que fue vicepresidenta de Junts y consejera de Presidencia de Quim Torra; Gonzalo Boye, actual abogado de Carles Puigdemont, o Josep Lluís Alay, coordinador de Políticas Internacionales con Quim Torra y hoy jefe de gabinete de Puigdemont en Waterloo.

También se vincula a Francesc de Dalmases, hoy diputado en el Parlament, o a Aleksander Dmitrenko, que según el CNI mantenía estrechos vínculos con los servicios secretos del Kremlin y con la mafia rusa, así como a los empresarios Jordi Sardà y Zeus Borrell; a los periodistas Natalia Boronat y Carles Porta, o al organizador de eventos Miquel Casals.

El magistrado Aguirre investigó, desde su juzgado de Barcelona, si existió algún tipo de entramado con base en Moscú para impulsar el independentismo catalán después del referéndum de 2017. Pidió la imputación de Carles Puigdemont y seguir adelante con la investigación, a pesar de que la Audiencia de Barcelona, el tribunal supervisor del proceso, había acordado terminar con la investigación y archivar las pesquisas.

El juez envió el caso al Tribunal Supremo (TS), a pesar del criterio de la Audiencia barcelonesa. Finalmente, el TS desestimó el caso, al constatar que el magistrado había obviado las resoluciones de la Audiencia de Barcelona y decidió archivar el caso.

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