Los cruceros generan 1.236 millones de euros cada año en Cataluña, aunque Illa y Collboni los persiguen

Las administraciones públicas, tanto de Barcelona como de Cataluña, llevan años liderando una batalla contra el turismo a base de impuestos y restricciones. Los efectos negativos de estas políticas y su impacto en el crecimiento y el empleo han quedado, una vez más, de manifiesto con la publicación del estudio de la Universidad de Barcelona (UB), de titularidad pública, titulado Impacto económico de la actividad crucerista en Barcelona (2024).

Este informe refleja que los cruceros sostienen 9.511 empleos, facturan 1.236 millones de euros anuales y contribuyen al PIB con 707 millones. Cada día del año los cruceros inyectan a la economía catalana la nada desdeñable cantidad de 3,4 millones de euros.

A pesar de representar solo el 4,5 % de los visitantes a la ciudad aportaron más del doble de los ingresos derivados de la tasa turística, el 9,1 %. Este dato junto al elevado impacto económico y el bajo porcentaje que suponen sobre los visitantes pone de manifiesto que la campaña anti cruceros, emprendida desde las administraciones, tiene un efecto negativo para la economía que no está justificado.

2,8 millones de cruceristas

En 2024, el Puerto de Barcelona recibió 2,8 millones de cruceristas, una media de 7.671 diarios, con 3,7 millones de movimientos. La diferencia entre cruceristas y movimientos se debe a que muchos de los cruceros tienen punto de partida y llegada en Barcelona y por lo tanto los cruceristas de estos buques se contabilizan dos veces.

Uno de los aspectos más positivos es que el público norte americano, de alto poder adquisitivo y con un nivel de gasto muy por encima de la media, es uno de los mejores clientes de los cruceros.

Otro de los datos a destacar que aflora el estudio es que el 78 % de los cruceristas que recalan en el puerto barcelonés visitan la ciudad, aportando a la misma 2,2 millones de visitantes.

El otro aspecto más relevante del informe, y que además pone de manifiesto en sinsentido de la campaña anti turística emprendida por las administraciones desde tiempos de Ada Colau al frente de la alcaldía y que han continuado las actuales autoridades municipales y autonómicas, es que el 56 % de la facturación de las empresas de cruceros y el 41 % del empleo no está relacionado directamente a las empresas de cruceros no tan siquiera turísticas si no que afecta a otros sectores contribuyendo a su desarrollo.

Según el informe la actividad crucerista barcelonesa es el 20 % del total de la actividad de los cruceros a nivel nacional. El informe ha sido dirigido por Alfredo Serrano que en su presentación afirmó que: «El sector crucerista genera riqueza y es sostenible».