Una voluntaria de la Fundación Arrels habla con personas sin techo en Barcelona

Una voluntaria de la Fundación Arrels habla con personas sin techo en BarcelonaEuropa Press

Cataluña

Arrels alerta de un aumento récord de personas durmiendo en la calle en Barcelona

Es en el districto de Sants-Montjuïc donde más personas se han contabilizado

El recuento nocturno que Arrels Fundació llevó a cabo hace unos días, el pasado 3 de diciembre en Barcelona, ha revelado una cifra inédita en la ciudad: 1.982 personas durmiendo en la calle en una sola noche. El dato, obtenido gracias al trabajo de 600 voluntarios que recorrieron los barrios de la ciudad, supone un incremento del 43% respecto al último recuento, realizado en 2023, cuando se contabilizaron 1.384 personas. Según la entidad, se trata de «una cifra récord» que evidencia la necesidad urgente de diseñar políticas públicas más ambiciosas para afrontar el aumento del sinhogarismo.

El estudio constata que los desalojos de asentamientos efectuados desde verano en distintos puntos de Barcelona han tenido un impacto directo en el desplazamiento de personas sin hogar hacia otros espacios. Por primera vez desde que se hace el recuento, el distrito de Ciutat Vella deja de ser el que más personas tiene durmiendo al raso. Este año, el primer lugar lo ocupa Sants-Montjuïc, que ha registrado 489 personas, más del doble que las 209 detectadas hace dos años. Le sigue el Eixample, donde se han contabilizado 389 personas frente a las 302 del último recuento, mientras que Ciutat Vella pasa a la tercera posición con 372, apenas un ligero aumento respecto a las 339 de 2023.

También se observa un incremento notable en Sant Martí, donde viven en la calle 335 personas, casi un 70% más que en la anterior edición. El fenómeno es visible igualmente en Les Corts, que registra 74 casos frente a los 44 de 2023, así como en Horta-Guinardó, Gràcia y Sant Andreu, que también muestran incrementos. En Nou Barris y en Sarrià-Sant Gervasi, en cambio, las cifras descienden ligeramente, aunque se mantienen en niveles elevados.

Arrels señala que en 47 de los 73 barrios de Barcelona se ha detectado más presencia de personas viviendo al raso que hace dos años. Aun así, la entidad advierte de que se trata de cifras mínimas, puesto que algunas áreas, como determinados puntos de Montjuïc, no pudieron cubrirse completamente durante la noche del recuento. Además, las 1.982 personas contabilizadas no incluyen a las 100 que fueron acogidas el 2 de diciembre en el dispositivo invernal que el Ayuntamiento de Barcelona activa cada temporada de frío.

Tiendas de campaña

El recuento también ha identificado nuevas dinámicas en el fenómeno del sinhogarismo, como el aumento de tiendas de campaña y agrupamientos de personas en distintos puntos de la ciudad. Este año, por primera vez, el equipo de voluntarios se desplazó al aeropuerto, donde se encontraron 63 personas durmiendo en la terminal.

Según la entidad, la fotografía del sinhogarismo en Barcelona ha cambiado de forma clara en los últimos dos años. No solo hay más personas viviendo en la calle, sino que lo hacen en espacios distintos a los que tradicionalmente ocupaban. Arrels vincula este desplazamiento con los desalojos de lugares como el Parque de la Ciutadella, la Estación del Nord, el Parque Joan Miró o el Centro de Primera Acogida de Nou Barris.

A raíz de estas actuaciones, muchas personas se han visto obligadas a trasladarse hacia zonas periféricas o industrializadas como Montjuïc, la Zona Franca, el Bon Pastor u Horta, espacios donde tradicionalmente no se detectaba un número significativo de personas sin hogar. Este cambio, explica la entidad, agrava la situación de vulnerabilidad, ya que aleja a estas personas de los recursos sociales donde encuentran servicios básicos y, en muchos casos, provoca que pierdan sus pertenencias o la red vecinal que les daba apoyo.

Ante este escenario, Arrels reclama que se tomen medidas estructurales y urgentes. La entidad pide una mayor inversión en vivienda pública, una revisión de la normativa de la Mesa de Emergencias Social de Barcelona, la apertura de espacios diurnos y nocturnos de baja exigencia en todos los distritos, la eliminación de los requisitos de empadronamiento para acceder a determinados recursos y el desarrollo de ordenanzas de civismo que no criminalicen el hecho de vivir en la calle.

La fundación insiste en que el aumento de personas durmiendo al raso, así como su desplazamiento hacia nuevas zonas, demuestra que el fenómeno se está intensificando y cronificando, mientras que las respuestas institucionales actuales resultan insuficientes para revertir la tendencia.

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