Un menú Michelin en Barcelona para Nochevieja en casa por 66 euros

Cada vez más familias optan por celebrar la Nochevieja en casa, evitando los precios elevados y la masificación de los menús especiales en restaurantes. En este contexto, el chef Fran López, con estrella Michelin en el hotel y restaurante Villa Retiro de Xerta (Tarragona) y con propuesta propia en el Time Out Market Barcelona, ha diseñado un menú degustación de alto nivel gastronómico para llevar, pensado para disfrutar de una cena de fin de año sin cocinar, pero sin renunciar a la cocina de autor. El precio es de 66 euros por persona e incluye un recorrido completo de ocho pases, desde el cóctel inicial hasta el postre y las uvas de las campanadas.

Cómo se encarga y dónde se recoge

El menú se ofrece con una comanda mínima de dos personas y se entrega en una caja con todos los platos ya elaborados, acompañados de sus complementos envasados por separado para facilitar el montaje. Dentro del paquete se incluyen instrucciones en papel y un código QR que da acceso a un vídeotutorial en el que el propio chef explica el orden de servicio y propone recomendaciones de emplatado, de manera que cualquier hogar pueda reproducir una experiencia cercana a la de un restaurante de alta cocina. No es necesario cocinar, únicamente calentar algunos platos –al horno o al microondas– y emplatar siguiendo las indicaciones, si bien el menú no se adapta a intolerancias ni a requisitos especiales.

La reserva puede realizarse hasta el 30 de diciembre de 2025, y la recogida está prevista para el 31 de diciembre, entre las 11:00 y las 20:00 horas. Los puntos habilitados son el espacio de Fran López en la segunda planta del Maremagnum, dentro del Time Out Market Barcelona, y el Hotel Villa Retiro, en Xerta (Tarragona), de modo que el cliente debe elegir previamente dónde retirará su pedido. No se ofrece servicio de entrega a domicilio, lo que permite concentrar el dispositivo en estos dos enclaves y garantizar la correcta conservación del producto hasta el momento de la recogida.

Un recorrido de ocho pases

La propuesta arranca con un clásico de coctelería, un Cosmopolitan de perfil fresco y ligero, concebido como bienvenida y para preparar el paladar antes de los platos salados. A partir de ahí, el menú se estructura como un degustación al estilo de un restaurante gastronómico, con especial protagonismo del producto marino y los juegos entre mar y montaña que caracterizan la cocina de López. Entre los entrantes figura un tartar de atún acompañado de elementos vegetales y toques ácidos, y un carpaccio que combina pie de cerdo y pulpo con una salsa de base cervecera y frutos secos, en un guiño a la tradición catalana de los contrastes de texturas y sabores.

En la parte central del menú se incorpora un canelón de asado con bechamel trufada y salsa concentrada tipo demi‑glace, que enlaza con los platos clásicos navideños de la cocina familiar, reinterpretados con técnica de alta cocina. Como principal de carne, el chef propone un meloso de ternera con salsa de fricandó, setas y crema de calabaza, orientado a un público amplio, que busca un sabor reconocible pero refinado, sin estridencias, y adaptado a una celebración en la que conviven varias generaciones en torno a la mesa.

Postres clásicos y uvas incluidas

El cierre del menú mantiene un tono sobrio y clásico, evitando excesos azucarados. En el apartado dulce se ofrece un pequeño financier con crema cítrica, de sabor a frutos secos y mantequilla, que ayuda a limpiar el paladar tras los platos principales, seguido de un lingote de chocolate de intensidad marcada, pensado para quienes esperan un final de chocolate en una cena festiva. La caja incluye también las tradicionales uvas de las campanadas, de modo que el cliente no tiene que preocuparse por ningún detalle esencial de la velada.

Con esta propuesta, la noche del 31 de diciembre puede organizarse en torno a una cena de nivel gastronómico elevado, sin las complicaciones propias de una cocina de última hora. El menú de Fran López se presenta así como un pequeño lujo asumible si se compara con los precios de los menús de Nochevieja fuera de casa, y una opción que permite dedicar el tiempo al brindis y a la familia en lugar de a los fogones.