Los gatos negros sin símbolo de mala suerte
Halloween
Tarrasa prohíbe adoptar gatos negros durante un mes para que no se usen en rituales satánicos en Halloween
El consistorio catalán establece un protocolo pionero en España para evitar que estos felinos acaben en manos de personas con intenciones peligrosas
Un ayuntamiento catalán ha tomado una decisión inédita en España que pone el foco sobre una amenaza silenciosa para los animales domésticos. Tarrasa ha paralizado cualquier entrega de gatos de pelaje negro durante un período de cuarenta días que abarca desde inicios de octubre hasta la segunda semana de noviembre, según informa La Vanguardia.
La determinación, formalizada mediante una resolución municipal de carácter urgente, afecta exclusivamente al refugio de animales gestionado por el propio consistorio. El objetivo declarado: impedir que estos felinos caigan en redes de maltrato vinculadas a las celebraciones de Halloween y festividades relacionadas con el mundo esotérico.
Noel Duque, edil responsable del área de Bienestar Animal en el gobierno local, explicó a La Vanguardia que la iniciativa surge tras recoger las inquietudes manifestadas por varias organizaciones defensoras de los animales del municipio. «Es una cuestión preventiva ante posibles escenarios de riesgo, para proteger a estos animales de supersticiones, rituales satánicos o usos irresponsables», declaró el político.
El teniente de alcalde reconoció ante el diario la existencia de «un submundo que no podemos negar, pero, por lo menos, sí advertir». Duque subrayó que la medida responde a criterios estrictamente preventivos y temporales, sin implicar discriminación alguna basada en características físicas de los animales, sino únicamente garantías adicionales de protección.
Consultadas por La Vanguardia, fuentes de los cuerpos policiales admitieron no tener registro de episodios macabros con animales domésticos en territorio catalán durante las últimas celebraciones de Todos los Santos. Sin embargo, en otros puntos de España la situación difiere: hace justo un año, en una zona comercial de San Sebastián de los Reyes (Madrid), aparecieron la cabeza decapitada y las extremidades amputadas de un carnero, en lo que se interpretó como un acto de índole satánica.
La tradición popular atribuye a los felinos de color oscuro propiedades místicas especiales, como si albergaran espíritus reencarnados. Durante la época medieval, estos animales fueron perseguidos masivamente bajo la creencia de que brujas transformadas habitaban sus cuerpos. «Aunque parezcan costumbres de siglos atrás, hay quien les parece divertido tenerlos de atrezzo o hacerles daño», lamentó Duque en declaraciones a La Vanguardia.
La contradicción
El personal del centro municipal de acogida recordó a La Vanguardia la importancia de la legislación vigente sobre Bienestar Animal, que establece la obligatoriedad de que toda adopción responda a un compromiso responsable y permanente, sometiendo a los candidatos a rigurosos controles previos. Las instalaciones albergan actualmente más de cien gatos, entre los cuales aproximadamente una docena presenta pelaje completamente negro.
Una veterinaria del centro expresó a La Vanguardia su perplejidad ante la paradoja: «¡Qué contradicción! Durante el resto del año, nadie los adopta por la superstición de que traen mala suerte cuando lo importante para tener un gato es su carácter, que se adapte a tu ritmo de vida».
Carme Parrot, presidenta de Progat Terrassa, manifestó al diario su estupor ante esta contradicción. «Cómo puede ser que haya estigmas contra los gatos negros y ahora los busquen para hacerles daño. ¡Es una locura!», declaró. Su organización gestiona cerca de un millar de felinos callejeros distribuidos en colonias por distintos espacios urbanos de Terrassa. «Son animales libres, criados en la calle y no pueden vivir en una casa. No se adaptan. Por lo tanto, que nadie se los lleve a casa porque sufrirían mucho estrés», advirtió Parrot a La Vanguardia.
La preocupación de las entidades protectoras trasciende las fronteras municipales. Claudia Matheja, responsable de la Lliga Protectora d'Animals de Sabadell, confirmó a La Vanguardia que se trata de «un tema recurrente cada mes de octubre». Con más de dos décadas dedicadas al cuidado animal, Matheja reveló al diario que «desde hace años, vigilamos de no dar gatos negros en fechas que se acercan a Halloween. Si alguien quiere un gato negro, queda reservado para más adelante. Es una manera de evitar que queden en malas manos». La responsable añadió que realizan entrevistas exhaustivas y aplican filtros rigurosos a todos los potenciales adoptantes.