El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, junto a Ximo Puig.

El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, junto a Ximo Puig.EFE

Comunidad Valenciana  El PSOE insiste en el politiqueo con el agua: de Zapatero a Pedro Sánchez

El expresidente del Gobierno pactó con Esquerra derogar el Plan Hidrológico Nacional y el actual ha decidido condenar a los regantes del Levante

El 14 de marzo de 2004, contra todo pronóstico, José Luis Rodríguez Zapatero ganó las elecciones. Al no alcanzar la mayoría absoluta, tuvo que pactar y eligió a Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) como socio predilecto.
Una vez ya instalado en el Palacio de La Moncloa, una de las primeras medidas del nuevo Ejecutivo fue la de derogar el Plan Hidrológico Nacional (PHN). Esa fue una iniciativa del Gabinete de Aznar y consistía en trasvasar parte del agua sobrante del río Ebro a las cuencas deficitarias de la zona del Levante.
Lo que en un primer momento Zapatero argumentó como una cuestión medioambiental, posteriormente no tuvo más remedio que reconocer que no dejaba de ser la primera de muchas concesiones a los independentistas catalanes.
Casi dos décadas después, como si poco o nada hubiese cambiado, la 'guerra del agua' ha vuelto a la primera línea política. En este caso, no afecta al Ebro, sino al trasvase entre los ríos Tajo y Segura.
Esta infraestructura vital para los campesinos de las provincias de Alicante, Murcia y Almería, se ha visto seriamente comprometida por la decisión del Gobierno de recortarla.

Ribera, una ministra «fanática»

Para comprender lo que hoy día sucede, el diputado nacional del Partido Popular Vicente Betoret lo explica meridianamente claro: «Como dijo Zapatero, y es lo que tradicionalmente ha hecho el PSOE, siempre les conviene la confrontación. Por tanto, partiendo de una iniciativa que era para repartir un bien escaso como el agua, lo tomó como elemento de división y desde un punto de vista electoral».
En el mismo sentido se expresa el diputado de Vox en las Cortes Valencianas José Luis Aguirre. En su opinión, Zapatero cometió un «pecado original hídrico incontestable».
Según el parlamentario, el «nudo» de la historia está en la «hoja de ruta» que diseñó la por aquél entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. Aguirre detalla que lo hizo para «acabar» con el trasvase Tajo-Segura y así poner en marcha una sucesión de máquinas desaladoras que, en realidad, lo único que harían era conseguir unos precios «inasumibles» y provocar unos niveles «altamente contaminantes».
Con todo ello, y con un gobierno del Partido Popular de por medio, se llega al mandato de Pedro Sánchez.
Tal como explica Betoret, la actitud de la vicepresidenta Tercera y ministra para la Transición Ecológica es la de una persona «fanática» porque está utilizando el trasvase, una obra crucial para los regantes de Alicante, Murcia y Almería, desde «posiciones ideológicas».
Al respecto, el diputado nacional se pregunta de modo retórico por qué a la ministra Ribera, en principio, le preocupa tanto el medio ambiente cuando, a la hora de la verdad, la única solución que ofrece es el agua desalada. «Resulta, cuanto menos, paradójico», afirma, Betoret.
Un manifestante, durante la protesta en Madrid.

Un manifestante, durante la protesta en Madrid.ASAJA ALICANTE

Sobre ello, Aguirre califica la propuesta de la vicepresidenta Tercera como de «timo del tocomocho» y apunta que la desalación del agua tiene «un efecto perverso» al que no podrán hacer frente los agricultores de lo que ha venido a llamarse 'la huerta de Europa'.
Preguntado por la razón de esta hoja de ruta socialista que se repite independientemente de quién sea el presidente, el diputado es contundente: «Viven con mensajes prefabricados donde lo que dicen ellos es lo correcto y el resto resulta incorrecto».
Para asentar su posición, Betoret detalla: «Empezaron diciendo que el agua para el Levante era para los campos de golf. Es el enfrentamiento de siempre». Sin embargo, continua: «Como no les funcionó el enfrentamiento entre izquierda y derecha, ahora utilizan el de ricos contra pobres y obreros, pero no deja de ser lo de siempre», indica.
Al respecto, el parlamentario lamenta que por el hecho de que «ideológicamente le venga bien», el Partido Socialista deje a un lado la «catástrofe en empleo y turismo» que va a provocar la decisión de la ministra Ribera de recortar el trasvase Tajo-Segura.
Como conclusión, José Luis Aguirre señala que con la postura del Ministerio para la Transición Ecológica, «Zapatero, Narbona y Pedro Sánchez ya han conseguido lo que deseaban con su siniestro plan: dejar a Alicante, Murcia y Almería sin agua y sin empleo».
Por su parte, Betoret aporta una nueva clave: «Electoralmente, el PSOE da por perdida la Comunidad Valenciana y por eso se centra en Castilla-La Mancha. Es la única explicación que veo a que una ministra socialista deje en evidencia a un presidente autonómico de su mismo partido», zanja.
Cabe destacar que, tal como viene publicando El Debate, es la propia Cristina Narbona la que está bajo la lupa de la Justicia por su gestión cuando era ministra de Rodríguez Zapatero.
Según informes de la Unidad de Crimen Organizado (UCO) de la Guardia Civil, fue bajo su mandato cuando Acuamed, empresa pública dependiente de ella, pudo haber incurrido en irregularidades.
En esta línea, diversos tramos de la obra de otro trasvase, en ese caso, el del Júcar-Vinalopó, habrían servido para, presuntamente, que los socialistas valencianos hubiesen cobrado mordidas ilegales y, por ende, haber concurrido a las elecciones con una supuesta financiación ilegal.
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