El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, en el balcón del Ayuntamiento disfrutando de una mascletà.

El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, en el balcón del Ayuntamiento disfrutando de una mascletà.BIEL ALIÑO/EFE

Comunidad Valenciana  La hipocresía de la izquierda valenciana: presume de Fallas pero riega a entidades que quieren catalanizarlas

Ximo Puig y Joan Ribó presumen de valencianía estos días mientras son los principales mecenas de las ideas catalanistas en la Comunidad Valenciana

Decir izquierda valenciana e independentismo catalán se ha convertido en una redundancia. Así lo han querido dirigentes de alta alcurnia política como el presidente de la Comunidad, Ximo Puig, o el alcalde de la capital levantina, Joan Ribó.
En los casi ocho años que llevan en el poder, tanto uno como otro se han dedicado a intentar implementar con dinero público unos postulados secesionistas que todavía hoy siguen oscilando en la región entre cero y nada.
El importe destinado por el regidor está en el entorno del millón de euros. De este modo, que asociaciones como El Micalet o Acció Cultural del País Valencià (ACPV), sean milagrosa y constantemente las beneficiadas de ayudas municipales hace tiempo que dejó de ser una casualidad y pocos vecinos creen ya que se deba a aspectos que no tengan que ver con el alineamiento ideológico con Compromís.
Mientras que a entidades eminentemente valencianistas, que defienden y justifican la independencia entre el valenciano y el catalán como la Real Academia de la Cultura Valenciana (RACV) hay veces que ni siquiera pueden optar a las migajas presupuestarias, los grupúsculos sociales separatistas siguen a manos llenas a pesar de su nula implantación en el día a día valenciano.

Subvención de 800.000 euros

El instituto Ramón Llull es otro de los nunca casualmente agraciados por la gracia separatista del tripartito valenciano. Y no es para sentirse contrariado. Hasta 800.000 mil euros ha recibido esta entidad de todos los valencinos. Nada más y nada menos.
Pero lo más curioso viene cuando esta asociación no tiene ni el más mínimo pudor a la hora de tirar por tierra la identidad valenciana y su autonomía política.
Así pues, el Instituto Ramon Llull aboga por la creación de los, al menos hasta hoy, 'Países Catalanes'. En su hoja de ruta para intentar conseguirlo el tema social y de tradiciones resulta clave, por lo que cataloga las Fallas cono una «tradición» eminentemente catalana.
En contraposición a ese constante intento por parte del secesionismo para apropiarse de todo lo valenciano, es el propio presidente de la Generalitat el que calla de manera estruendosa y permite que el dinero de todos sus convecinos vaya a tan poco nobles causas.

Pedro Sánchez no se ha dignado a acercarse a las Fallas para evitar otro «que te vote Txapote»

Los golpes en el pecho de Puig, Joan Ribó y tantos otros mandatarios de izquierdas cuando llegan las Fallas son constantes. No obstante, ni siquiera el portentoso ruido de una mascletà puede tapar ni la hipocresía que rezuman ni la incoherencia que dejan a la luz.
Si el alcalde Valencia ha destinado más de un millón de euros para que el soberanismo catalán campe por sus respetos en la capital regional, Puig no iba a ser menos. A más competencias, más dinero… Es de perogrullo.
Bajo esa óptica, son casi diez millones de euros los que la Generalitat Valenciana ha destinado a fomentar el independentismo catalán. Barra libre al secesionismo mientras la Sanidad pública se pone en huelga por la situación tercermundista en que está. Ya se sabe: fuera el Che y en casa Pinochet.
Frente a semejante panorama, la senadora por Castellón Salomé Pradas exige a Puig que exija que la asociación beneficiada devuelva «de inmediato la subvención de 800.000 euros» que el Gobierno valenciano le ha dado.
Tal como relata, con el dinero de los valencianos no se puede «permitir que se subvencione a entidades que no respetan las señas de identidad de la Comunidad Valenciana y del pueblo valenciano».
Los presidentes autonómicos de Cataluña, Pere Aragones (i) y de la Comunitat Valenciana, Ximo Puig

Los presidentes autonómicos de Cataluña, Pere Aragones (i) y de la Comunidad Valenciana, Ximo PuigEFE

En esta línea, la representante en la Cámara Alta afirma que los valencianos de las tres provincias no son «una sucursal de nadie» y no forman parte «de esa entelequia de los inexistentes Países Catalanes».
Esa defensa económica y política del anhelo independentista choca de frente con la Constitución y con concebir las Fallas como una parte de la cultura valenciana.
Acerca de este último aspecto, fuentes del PP consultadas aseguran que la izquierda en la Comunidad tanto defiende como participa en las fiestas «con la boca pequeña». El motivo no es otro que, tal como declaran, se encuentran «más cómodos subvencionando a entidades catalanistas que defendiendo» la cultura y las tradiciones valencianas.
Para los populares, una muestra de ello es que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, «no se ha dignado» a acudir a disfrutar de una mascletà desde el balcón del Ayuntamiento. Sí lo han hecho otros dirigentes como Ione Belarra, Irene Montero, José Luis Martínez Almeida o el mismo Alberto Núñez Feijóo.
Miembros de su propio equipo de más estrecha confianza aseguran a El Debate que el escaqueo de Sánchez tiene como razón «oficial» la moción de censura presentada por Vox y su «apretada agenda internacional».
Sin embargo, esas mismas fuentes no tardan en reconocer que el presidente del Gobierno «por jodido que pueda parecer» no puede hacer actos con gente «para evitar riesgos». Ante la respuesta de que si lo que se pretende es otro «que te vote Txapote», no hay lugar a dudas: «Pues claro, hay que evitar abucheos a toda costa».
En cuanto a Vox, la formación de Santiago Abascal considera que la izquierda valenciana «siempre se ha mofado de las Fallas» porque a pesar de su carácter popular creen que son «rancias y caducas».
Por ello, las mismas fuentes indican que tanto Compromís como el PSPV-PSOE «se acercan y participan» de la fiesta valenciana por «motivos electorales». «Los valencianos no son tontos y saben que por otro lado se dedican a regar con millones de euros a entidades catalanistas que dicen que las Fallas son catalanas».
En conclusión, Vox piensa que la izquierda «dice una cosa y hace otra», algo a lo que lamentablemente en la Comunidad Valenciana ya están «acostumbrados».
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