El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en la presentación del cartel oficial del 9 de
Octubre.

El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, en la presentación del cartel oficial del 9 de OctubreBIEL ALIÑO/EFE

Comunidad Valenciana  La Comunidad Valenciana celebra su Día con el mayor respeto a símbolos y tradiciones de los últimos años

A diferencia de con los gobiernos de la izquierda, la Real Señera entrará en la Catedral durante el Te Deum, la capital ha recuperado su topónimo en castellano y se llama a la «unión» frente a las políticas de Puig y Ribó

La Comunidad Valenciana celebra este lunes la festividad de su región, un día en el que se conmemora la entrada en la ciudad de Valencia del Rey Jaime I El Conquistador en el año 1234 con tal de terminar con el dominio que hasta la fecha ejercía el musulmán Abul Djumayl Zayyan, que era rey de Balansiya. Este hecho de enorme trascendencia, curiosamente, no se celebra desde esa fecha, sino un siglo más tarde, bajo el reinado de Jaime II de Aragón.
Los actos de este año tendrán cambios significativos, tanto en su desarrollo como en las caras que los protagonizan. En cuanto a este último aspecto, tan solo una de las cuatro principales siete instituciones regionales repite. Se trata del alcalde de Alicante, Luis Barcala, que revalidó sus cargo tras las elecciones del 28 de mayo. El resto es debutante en sus responsabilidades. Así, será el primer 9 de Octubre para Carlos Mazón como presidente de la Generalitat Valenciana. Lo mismo sucede con María José Catalá y Begoña Carrasco, regidoras de Valencia y Castellón, respectivamente. También se estrenarán los tres presidentes de las diputaciones provinciales: Marta Barrachina en Castellón, Vicente Mompó en Valencia y Toni Pérez en Alicante, sucediendo precisamente a Mazón. Todo ello, además, muestra la fuerza en toda la Comunidad que el Partido Popular recuperó tras los comicios municipales y autonómicos.
Otra novedad será que por parte del Ejecutivo regional se hará una defensa total de lo que significa ser valenciano, tanto hacia dentro del territorio como formando parte de España. No es que el anterior Gobierno presidido por Ximo Puig renegase abiertamente de valencianía, pero no es menos cierto que las políticas educativas, lingüísticas y en muchos otros ámbitos fueron más beneficiosas a los intereses del independentismo catalán que a los de la ciudadanía valenciana. Valgan como ejemplo los 13 millones que el socialista, Compromís y Unidas Podemos destinaron a asociaciones separatistas o el feroz adoctrinamiento en las aulas siempre bajo la lógica de los 'Países Catalanes'.

Protagonismo de la Real Señera Valenciana

Frente a ello, Mazón ha optado por organizar una festividad que abogue por la «unión» porque «perder los orígenes es perder la identidad», dijo aludiendo a una canción regional. En esta línea, ha apostado por que la gente muestre y demuestre el «orgullo» que supone ser valenciano y de pertenecer a una tierra «enérgica y alegre». Para lograrlo, la campaña de la Generalitat es tan sencilla como contundente: un número nueve trazado con los tres colores que conforman la Real Señera Valenciana: «Tres colores: el rojo pasión, el amarillo del sol y el azul del Mediterráneo. Son tres colores compartidos en las tres provincias» explicó el dirigente.
En la capital levantina también la celebración tendrá elementos de contraste en comparación con cómo transcurría el Día de la Comunidad cuando el Ayuntamiento lo gobernaba Compromís, con Joan Ribó como alcalde y en coalición con el PSPV-PSOE. Así, el de este lunes será el primera gran acto solemne después de que la ciudad recuperase su doble topónimo y se volviese a llamarse Valencia en castellano y Valéncia en la lengua autonómica, que fue la única denominación que dejó la izquierda cuando se aupó al poder local en 2015.
Imagen del cartel por la festividad de Sant Donís, usando la fórmula valenciana y no la catalana.

Imagen del cartel por la festividad de Sant Donís, usando la fórmula valenciana y no la catalana.AYTO. VLC.

Este no es el único cambio de nombre que se verá a lo largo del día. Tradicionalmente, el 9 de Octubre también la Comunidad celebra su particular día de los enamorados. Con la izquierda en el Consistorio, la festividad que se llamaba Sant Donís pasó a ser Sant Dionís, volviendo ahora a su denominación original tras la decisión adoptada por Catalá. A simple vista, pudiera parecer una modificación sin importancia, pero en realidad significa desechar la fórmula catalanista impuesta por Ribó y sus socios y volver al valencianismo, algo que la alcaldesa se ha propuesto hacer en muchos más ámbitos. De hecho, otro gesto de enorme simbolismo será que la regidora portará la Real Señera durante la procesión cívica.

Vuelve el Te Deum

En ella, la enseña autonómica volverá a entrar en la Catedral de Valencia para participar en el Te Deum, algo que no sucedía desde 2014, el último con el PP al frente del Ayuntamiento. Durante los ocho años de nacionalistas y socialistas, el alcalde Ribó se negó a que esto sucediera. Para intentar argumentarlo, se excusó en que la Señera es «de todos los valencianos, no solo de los católicos». Esta política de menosprecio al catolicismo también pudo verse todas y cada una de las Navidades en que fue alcalde, felicitando a veces la llegada del invierno y en todas ellas evitando poner o destacar elementos religiosos, como el Niño Jesús o el Portal de Belén.
Por tanto, la festividad del 9 de Octubre recupera el sentimiento valencianista en comunión con el orgullo de la españolidad y lo hace desde el respeto a los símbolos, tanto regionales como nacionales, recuperando unas tradiciones que se intentaron obviar y desnaturalizar por meros criterios políticos e ideológicos y, a la vez, se orilla cualquier atisbo de división y sectarismo.
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