Ximo Puig y Carlos Mazón, en la constitución de las Cortes valencianas

Ximo Puig y Carlos Mazón, en la constitución de las Cortes ValencianasEFE

Comunidad Valenciana  Mazón y Puig llevarán su pugna al Senado con motivo de la ley de amnistía que prepara Sánchez

Los dos dirigentes coincidirán en la Comisión General de las Comunidades Autónomas y está previsto que ambos intervengan, el popular como presidente de la Generalitat y el socialista como vocal

La única sesión al Gobierno de la Generalitat Valenciana que las Cortes regionales han celebrado hasta el momento tuvo como gran ausente a Ximo Puig, que fue jefe del Ejecutivo autonómico hasta mediados del mes de julio. El escaño vacío del socialista fue llamativo, un hecho que el actual mandatario, Carlos Mazón, no quiso pasar por alto: «Confieso que hasta última hora tenía dudas sobre si iba a debatir con el señor Puig, pero ya veo que no está y ha decidido no venir. Me imagino que ser secretario general, presidente del Grupo en las Cortes Valencianas, campaña para ministro, ser diputado autonómico, ser senador y haberse acogido al Estatuto de Expresidentes le tiene muy ocupado y por tanto no ha podido venir hoy a estar con nosotros», le dijo a la portavoz del PSPV-PSOE, Rebeca Torró.
Dos semanas después, es muy probable que se pueda dar esa pugna dialéctica entre ambos. De ser así, tendrá lugar este mismo jueves en el Senado, donde se celebrará la Comisión General de las Comunidades Autónomas con motivo de la ley de amnistía que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ya prepara para complacer al independentismo catalán a cambio de sus votos a favor en una investidura que, por otra parte, todavía sigue sin fecha estipulada.
En la Cámara Alta la mecánica de la sesión no seguirá el mismo formato que en el parlamento valenciano. En este caso, los presidentes autonómicos tomarán la palabra para, según Mazón, «debatir sobre la aplicación efectiva de los principios de igualdad ante la ley de todos los españoles y de solidaridad entre las comunidades autónomas». Cabe destacar que a la cita no acudirán los dirigentes de Asturias y Navarra, los socialistas Adrián Barbón y María Chivite respectivamente, al igual que tampoco lo harán el catalán, Pere Aragonés, y el lehendakari, Íñigo Urkullu. Por contra, al Senado –donde el Partido Popular cuenta con mayoría absoluta– sí asistirán todos los barones territoriales donde gobiernan los de Alberto Núñez Feijóo.

Sánchez y una «España a la carta»

Se da por hecho que el mandatario tomará la palabra y que, por tanto, critique el texto legal que Sánchez tiene previsto ofrecer a los independentistas. En su intervención, Mazón seguirá la línea marcada por su formación y por él mismo desde que la amnistía se convirtió en la protagonista de la política nacional. De ese modo, al igual que viene sosteniendo, denunciará que el Ejecutivo con tal de lograr la investidura esté construyendo una «España a la carta» y que esa política de cesiones hacia Junts per Catalunya y Esquerra Republicana esté sumiendo al país en la «involución».
Frente a ello insistirá en que como presidente de la Generalitat estudiará «todas las vías» que haya con tal de «defender la unidad de España desde la pluralidad». «Es lo que siempre hemos defendido: España es plural y queremos trabajar la unidad desde la pluralidad, pero no utilizar la pluralidad para desgajar España ni que haya dos velocidades», asegura.
En este sentido, Mazón hará hincapié en que no se debe «perdonar delitos gravísimos u olvidarlos» como si fuesen «una moneda de cambio para unos cuantos votos que le faltan a un señor para su investidura». Si la ley que está negociando Sánchez se materializase y fuese aprobada en el Congreso de los Diputados, para el popular supondría «más agravios» para la Comunidad, ya que otra de las peticiones del separatismo catalán es que la ampliación del puerto de Valencia siga bloqueada y no se lleve a cabo a pesar de la envergadura del proyecto y del profundo impacto económico consecuente.
Ximo Puig y Carlos Mazón, reunidos en el Palacio de la Generalitat.

Ximo Puig y Carlos Mazón, reunidos en el Palacio de la GeneralitatGVA.

Al respecto, el dirigente autonómico rechaza la deriva con que el presidente del Ejecutivo está gestionando su reelección, algo que también pondrá sobre la mesa en el Senado: «Es difícil llamar progresista al Gobierno, que parece que está en ciernes, cuando en ningún caso va a suponer progreso para los que venimos sufriendo demasiado tiempo. Más que progresista, empieza a dar señales demasiado claras de que va a ser el Gobierno de la involución y de la España a la carta: si te saltas las normas tienes premio y si las cumples tienes penalización», lamenta Mazón.
A pesar de que no habrá un cuerpo a cuerpo con Puig, el todavía líder del PSPV-PSOE sí podrá intervenir gracias a su condición de vocal de la Comisión General de las Comunidades Autónomas. Tampoco en su caso habrá sorpresa sobre el contenido de su discurso y defenderá la amnistía según lo marcado en el argumentario socialista y que este mismo lunes ejemplificó a la perfección el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero en una entrevista radiofónica. Así, abogará por «medidas de gracia, reconciliación y reencuentro» en aras de resolver el «conflicto político» que a su juicio se vive en Cataluña.
Para Puig, aceptar la redacción de una ley de amnistía equivale a que «hay un trayecto que se ha emprendido que tiene que ver con la reconciliación y el encuentro» y que justifica en base a que se debe «recomponer una situación que se produjo por un proceso muy complejo con muchas derivadas para muchas personas». En su opinión el Gobierno debe apostar por «continuar con medidas de gracia, reconciliación y reencuentro», ya que están «contempladas en la gobernabilidad de todos los países del mundo». Es decir, lo vería como un gesto de avance dentro de «la pluralidad y la diversidad».
En su confrontación con Mazón y el resto de presidentes autonómicos del PP, Puig también rechazará la crítica de Feijóo a Sánchez en la que el popular ha acusado al líder socialista de llevar a España hacia un «horizonte similar al de los Balcanes». Según el expresidente valenciano, España «no va hacia una balcanización», una idea que achaca –en alusión directa al gallego– a quienes tienen una visión de país fundamentada en «el pensamiento único».
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